La grandeza del río Ebro no queda suficientemente reflejada en su humilde nacimiento en Fontibre (Cantabria) ni en su discurrir frente a la Pilarica de Zaragoza. Donde se ve y se siente verdaderamente la majestuosidad del río más caudaloso de la Península Ibérica es en su desembocadura, en el Delta del Ebro.
Allí, los sedimentos que ha ido arrastrando y depositando con suma delicadeza el río que da nombre a la península, han ido formando su propia “barra” frente al mar Mediterráneo. El entramado de canales, naturales y artificiales, donde el agua dulce juega con el agua salada, da lugar a un terreno muy fértil, lleno de biodiversidad. En el Parque Natural del Delta del Ebro, declarado en 2013 Reserva de Biosfera, emergen dos bahías naturales: la bahía del Fangar al norte y la bahía de Alfacs/Alfaques al sur. Hoy vamos a navegar por esta segunda bahía para visitar Musclarium, templo de ostras y mejillones en Sant Carles de la Ràpita, una antigua mejillonera reconvertida en icono turístico, gastronómico y económico de Terres de l’Ebre.
Índice de contenido
El preciado ecosistema marino de Sant Carles de la Ràpita
El pueblo de Sant Carles de la Ràpita, una de las cuatro villas marineras del Delta de l’Ebre, despierta con pereza, fuera de temporada estival, frente a la tranquila bahía de Alfacs. En este rico ecosistema marino-terrestre, el agua salada del Mediterráneo recibe, a través de canales de riego de arrozales y otros cultivos, el agua dulce, llena de nutrientes, que proviene del río Ebro.
No hay duda, ni paisajística ni científica, de que esta fusión de aguas da pie a una más que rica biodiversidad. Para ser el pueblo pequeño que es, Sant Carles de la Ràpita es el segundo puerto de Catalunya con más volumen de capturas de pescado. Ahí es nada.
Paseo en velero por la bahía de Alfacs
Estamos en un área marina protegida cuya profundidad va desde el metro hasta los 8 metros máximo, ya en la bocana de la bahía. Aguas tranquilas con un fondo marino donde las algas marinas juegan un papel fundamental, incluso dando un color especial a las aguas de la bahía. Aguas perfectas para jugar con el viento y navegar en barco de vela.
Es lo que hicimos de la mano de Alfred Bailach, instructor de vela del Club Nautic de Sant Carles de la Ràpita. Apasionado de la vela y de la pesca submarina, y sobre todo, gran conocedor de la bahía de Alfacs y de la región que baña la desembocadura del Ebro. Y lo más importante: Muy buena gente.
Subimos cinco personas al barco de vela con el que surcaremos las aguas de la bahía de Alfacs. Nos cuenta Alfred que estamos navegando en un barco de carreras, de competición. A bordo, nos explica los detalles básicos del barco: cómo funcionan las velas, los amarres, cómo manejar el timón en base a los vientos que azotan la zona, etc.
Este barco de velas no tiene motor, por lo que ante la quietud de Eolo, cuesta arrancar y salir de la zona del puerto. Es más, tenemos que pedir ayuda para que nos den un empujón marinero. De repente, un soplo de Levante iza por completo las dos velas del barco.
Qué gozada ver el rápido fluir de este elegante y rápido velero sobre las aguas de la bahía. Y qué rápido obedece a las contradictorias directrices de los torpes grumetes, que a turnos, ejercen de aprendices de capitán.
Maravillosa la sensación de paz y relax que se siente al navegar en velero por primera vez. Un barco ligero y moderno para un deporte náutico y forma de navegación sostenible, en un entorno que requiere y agradece este tipo de detalles. Por momentos sólo se escucha el sonido del fluir del barco a medida que “corta” el agua.
En los momentos de quietud, llegamos a conectar y sentirnos parte del ecosistema de la bahía de Alfacs.
En el horizonte tenemos la enorme barra de arena y vegetación elaborada con esmero por el río Ebro, mientras que a nuestras espaldas, recorriendo las cimas de la Serra del Montsià, entendemos el fenómeno del famoso microclima de Sant Carles de la Ràpita.
Gastronomía de Terres de l’Ebre: Mejillones y ostras como productos estrella
Los cambios de viento son continuos, alternando momentos de agradable velocidad con momentos de calma chicha. Aprovechando un buen soplo, damos un golpe de timón. Giro de 120 grados, cambio de orientación de la vela y rolamos ya hacia temas culinarios.
Hay muchos productos alimentarios de los que puede presumir esta región bañada por el cauce del Ebro. Por algo se le denomina a esta zona “la despensa de Catalunya”. Hortalizas, cítricos, vinos de la D.O. Terra Alta… Y como no, su apreciado pescado, moluscos y marisco. Doradas, lubinas, rayas y anguilas (¡incluso angulas!) son pescados tan habituales como apreciados en la rica gastronomía de la zona. Sin embargo, por perezosa e injusta reducción al absurdo, si tenemos que destacar dos productos de mar, ésos son los mejillones y las ostras del Delta del Ebro.
Ruta de las mejilloneras en Sant Carles
¿Qué tienen de especial estos dos productos? Nos acercamos a visitar Musclarium en barco, un coqueto bar-restaurante que flota sobre las bateas mejilloneras de la bahía de los Alfaques.
Subimos a la estructura de madera del recinto. Nos recibe Albert Grassa, uno de los dos precursores de esta disparatada y acertada aventura empresarial. Nos cuenta la historia de las hileras de antiguas mejilloneras (muscleres en catalán) que se abren ante nuestros ojos. Llevan décadas funcionando, explotadas por familias de la zona íntegramente dedicadas a labores marinas. De hecho, Musclarium se asienta sobre la mejillonera número 3, una de las más antiguas de la bahía, en funcionamiento desde 1942.
La producción del mejillón sigue siendo hoy una actividad con un peso económico importante en la región. Hasta hace unos años, los esfuerzos se centraban en producir toneladas y toneladas de mejillón. Cuanto más, mejor. Ahora las tornas han cambiado. La producción de este molusco bivalvo en Delta de l’Ebre, se ha centrado en una firme apuesta por la calidad y la excelencia. Este giro socio-económico ha sido de 180 grados mínimo. La clave está en diferenciarse de otros mejillones, por ejemplo, de los producidos en las rías de Galicia.
Este preciado ecosistema tiene todos los ingredientes para hacer triunfar a estos moluscos en cocinas y mercados internacionales. Las aguas sobre las que crecen los mejillones no pueden ser más ricas en nutrientes. Las mejilloneras se han renovado ligeramente y son algo más modernas, pero siguen siendo unas simples estructuras de cemento y madera ancladas al lecho arenoso y poco profundo de la bahía. No hace falta más, estas aguas están protegidas de temporales y de los oleajes del invierno.
Hoy en día se controla perfectamente todo el ciclo de cría y producción del mejillón. Nos lo demuestra Albert tirando y levantando una cuerda en la que se encaraman miles de sabrosos mejillones. Cuesta levantar tanto molusco junto, parece una prueba de herri-kirolak. Así crecen, no hay más misterio.
De diferente tamaño, de diferentes ciclos. Algunos están para recogerlos, otros se llevan a analizar y otros, los mejores, se utilicen para que críen y “colonicen” otras zonas de producción y mejilloneras. ¿Sabes que puedes apadrinar una ristra de mejillones?
Ostra del Delta del Ebro, marisco de lujo
Si las condiciones son ideales para la producción del mejillón, ¿por qué no hacer lo propio con la ostra? La tradición, aunque no tan arraigada como la del mejillón, también existía en la zona. El mecanismo de plantación y crecimiento que utilizan en la producción de la ostra es muy similar al del mejillón. De hecho, mejillones y ostras comparten espacio y hábitat marino bajo nuestros pies.
Algunas maderas están cargadas de mejillones mientras que las ostras han conquistado otras. Peces y otros organismos pululan libremente por estas aguas, enriqueciendo el hábitat marino. El proceso de producción de este marisco de lujo es diferente. Es un producto más delicado, que requiere más atención y cuidado. Su precio final en mercado también va en consonancia.
En el Restaurante Musclarium cultivan principalmente una variedad de ostras denominada ostra rizada. No les gusta el término ostrón del Delta del Ebro, nombre con tinte despectivo con el que se ha conocido a este producto durante muchos años. Es más, Albert insiste en que las ostras pequeñas son mucho mejores y más sabrosas que las grandes. Llama la atención que el 70% de la producción de ostras se exporta a Francia. Cuando el río suena… Buenas ostras lleva.
Visita a Musclarium Restaurant
Teniendo estas estructuras de cultivo a muy poca distancia de la tierra, en una bahía de aguas tranquilas, ¿por qué no permitir a la gente vivir la experiencia de visitar las mejilloneras? Es una excelente forma de conocer de cerca el proceso de producción de mejillones y ostras en la bahía de Alfacs.
Y ya que estamos, ¿por qué no construir sobre las propias mejilloneras un espacio único, diáfano y con aire chill out, donde el lujo y la exclusividad cobran especial relevancia?
Esto permite completar la visita ofreciendo al turista una experiencia única que finaliza con una espléndida degustación de mejillones y ostras, acompañada de vino blanco o cava. Aquí es donde la experiencia Musclarium gana enteros en la escala del bon vivant.
Mención especial al vino blanco Lo Xalador, D.O. Montsant, que produce una bodega en exclusiva para Musclarium. Espectacular. Tanto el vinazo como el momentazo.
Cómo abrir una ostra
Pasemos a tareas importantes. La mesa se llena de suculentas bandejas con los mejores productos de la bahía de Alfacs. Albert nos pregunta si sabemos cómo abrir una ostra. Están vivas por supuesto. El síntoma más claro de que una ostra está mala es su olor. Si tiene tufo, mejor pasar de ella. Sujetamos la ostra en nuestras manos, con la parte cóncava hacia arriba.
Insertamos un fino cuchillo por el lateral superior derecho. Vamos directos al nervio. Sin contemplaciones. Una vez abierta, con limón o sin él, y con la ayuda de una pequeña cuchara de plástico, tu paladar recibe un chute de sabor a mar al que no está habituado. El típico dicho “del mar a la mesa“, en Musclarium se convierte en “del mar a la boca”. Literal.
Gastronomía, lujo y exclusividad sobre el mar
Suena música moderna y alternativa de fondo. Bajo las sombrillas, el ritmo y buen rollo de este garito es más que contagioso. Las mesas de este chiringuito high-level se van llenando. No lo vamos a negar. Por normal general, aquí acude gente de nivel económico medio-alto. Más alto que medio :).
Gente que tiene su propio barquito o pequeño yate. Gente de bien. Eso sí, sin desmerecer a nadie, más chulos que un ocho, nosotros hemos venido en un barco de vela. Y con Alfred como capitán. Lujazo.
También hay gente que se anima a venir en kayak o stand-up paddle. Si estás preparado incluso podrías llegar nadando, aunque la vuelta, especialmente después de catar marisco y beber vino, se puede complicar. Anda, llama a ese amigo de aquel amigo de la zona que tiene un padre con barquito para navegar por la bahía de Alfacs.
Experiencia top en los confines de Catalunya
El ambiente y momentum de este lugar es inmejorable. Puede que este sitio lo tenga todo. Pero todo, todo.
Aunque no seas, como es mi caso, muy amigo, gastronómicamente hablando, de mejillones, ostras y marisco en general, la visita y experiencia Musclarium merece realmente la pena.
Ofrecen un servicio de barco-taxi desde el propio puerto de Sant Carles de la Ràpita, que te acerca hasta Musclarium en cuestión de cinco minutos de rápida navegación.
Si además tienes la suerte de llegar hasta aquí disfrutando de un paseo en barco de vela, aprendiendo lo básico sobre navegación, puede que ésta sea una de tus mejores experiencias en Terres de l’Ebre.
No me quiero ni imaginar lo que tiene que ser tomarse un buen gintonic viendo el atardecer en Musclarium. Lo probaré algún día, pero espero que antes nos lo cuenten de viva voz nuestros amigos Leire y David, habituales de la zona que saben de sobra qué ver y hacer en Sant Carles de la Ràpita.
Ibiza está masificado. La bahía de Alfacs, de momento, no. Luego no digas que no te hemos avisado de lo ricas que están las ostras y mejillones del Delta del Ebro. Si este txoko te parece irreal, lo mejor es que eches un vistazo al siguiente vídeo sobre el Restaurante Musclarium en Sant Carles de la Ràpita.
Gracias a Turismo Terres de l’Ebre por permitirnos disfrutar de estas dos experiencias únicas de forma conjunta.
Información práctica:
- El Club Nautic de La Ràpita ofrece cursos de vela.
- Página web Musclarium.
- Precio aproximado de la visita a las mejilloneras y degustación de ostras y mejillones con vino y cava: 15 € por persona.
- Musclarium dispone de bar y restaurante.
- No hemos tenido la oportunidad de comer allí, pero suponemos que la gastronomía estará a la altura del sitio, con opciones que van más allá de las ostras y mejillones.
- Precio medio-alto de consumiciones. Ten en cuenta el lugar especial en el que estás.
- Experiencia disfrutada en Junio del 2016.
- Mapa con la localización de Musclarium.
Información para completar tu viaje al Delta del Ebro:
- Alojamiento en Sant Carles de la Ràpita
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Saludos!
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Hola Como sienpre un buen articulo.muy acertado. Cada vez que leo tus blogs .Los disfruto tanto que pare que Los este viviendo yo. Bueno tengo que decirte que yo soy de Barcelona y cuando puedo y ay un puente me voy para L’anpolla que se encuentra cerca de Sant carlos de la rapita. Bueno ace poco estube en la fiesta del ostron y estube al otro lado de la baia del delta al lado contrario del musclariun que se llama Badia mar chiringuito disfrutano del sitio y sus mejillones pescados y marisco .Bueno te dire que para este San Juan subire y ire al musclariun. Aaaaa ya tome nota del vino Lo xalador bueno un saludo a ti y a famili y asta pronto de tu nuevo blog
Muchas gracias por tus palabras Esther! Qué bueno saber que sueles ir a Terres de l’Ebre. También estuvimo en L’Ampolla, en la Fiesta de la Plantada del Arroz, ¡muy chulo! Esperamos que Musclarium te guste, y por nuestra parte, nos apuntamos el chiringuito que comentas. ¿Dónde está, en la punta de la bahía de Alfacs o en la bahía del Fangar, en L’Ampolla? Porque también me han hablado bien del primero. Habrá que ir para contrastar la info ;). Gracias de nuevo y saludoX!