Archivo de la categoría: Francia

Cap Corse (Córcega): qué ver de ruta en coche por cabo Corso

Más allá de Calvis, Ajaccios y Bonifacios, una ruta en coche por el norte de Córcega es la excusa perfecta para descubrir cabo Corso, la parte más tranquila, salvaje y desconocida de esta bella isla mediterránea.

Porque no todo es sur en Córcega, aquí tienes algunas ideas y consejos sobre qué ver en Cap Corse, pistas para no perder el norte (o sí) en el ‘dedo de Córcega’.

barcaggio playas cabo corso
Playas de aguas cristalinas en Cap Corse

Sigue leyendo

Restaurant L’Eden, exquisita relación calidad-precio en Périgueux

Un sábado de mercado en Périgueux no es un día cualquiera. Si el mercado de los miércoles es tradición, el mercado de los sábados en la capital de la Dordoña es religión. Recorrer las diferentes plazas y curiosear los puestos que salpican el centro histórico de Périgueux se ha convertido en algo sagrado; al igual que degustar y comprar algunos productos locales como fresas, nueces o foie gras. Y para rematar, qué mejor que sentarte en una terraza para tomarte un buen vino de Bergerac con alguna de las tapas o raciones que se ofrecen en los coquetos bares y cafeterías de la zona.

Pero, ¿y si tu plan es comer en plan bien, de plato, sentado y con fundamento? Con la traicionera hora de comer en Francia al acecho, y envueltos en ese aura francesa de bon vivant que merodea en el aire los días de mercado, decidimos ponernos a husmear cartas de restaurantes, buscando dónde comer en Périgueux. Paseos erráticos aparte, finalmente confiamos una vez más en las calificaciones y reviews de la dupla Foursquare-Google Maps, y decidimos comer en el restaurante L’Eden en Périgueux. Allez!

Restaurantes L'Eden Périgueux donde comer
Un restaurante muy francés

Sigue leyendo

Un viaje de cuento por Dordoña-Périgord

El departamento de la Dordoña (Dordogne en francés) es tan grande que podríamos estar semanas discutiendo cuál es la mejor ruta en coche para descubrir Dordoña-Périgord. Estando como estamos en una de las zonas más bonitas de Francia, sería injusto recomendar visitar una docena de lugares imprescindibles; sería hablar con alevosía sobre qué ver y qué hacer en Dordoña-Périgord, y desgraciadamente, solo conocemos un ínfimo porcentaje de los tesoros que encierra esta región del suroeste de Francia. Por ello, huyendo de guías completas y sin lanzarnos de cabeza a la piscina al río Dordogne, te damos unas pinceladas globales -muy françaises- para que te hagas una primera idea de lo que puede dar de sí un viaje por Dordoña-Périgord con niños. ¿Quieres vivir un viaje de cuento?

Visitar Château de Hautefort fotos
Todo parece de cuento en Dordoña-Périgord

Sigue leyendo

Villefranche-sur-Mer, una joya al Este de la Costa Azul

En uno de los últimos recodos de la accidentada Costa Azul francesa, al amparo de las glamourosas Niza y Mónaco, encontramos una pequeña y pintoresca localidad que tiene una gran peculiaridad: su puerto es el primero en Francia en cuanto a tránsito de cruceros de recreo, ahí es nada, lo que se traduce en mucho turismo. Nunca lo hubiera dicho, me imaginaba que los cruceros, requerirían de una infraestructura de puerto considerable, y claro, viendo el pueblo y puerto de Villefranche encajonados en una pequeña bahía, no lo veía muy factible. No, hasta que comprendí la maniobra de aproximación del barco, que se detenía lentamente y echaba el ancla en la propia bahía, sin llegar al diminuto puerto. Aaaamigo, así sí. Parece que esta bahía reúne las condiciones ideales para el fondeo de semejantes bestias navales, y luego, si te apetece, te transportan al puerto de Villefranche en barcos nodriza más pequeños, para que pases el día por allí a tu aire o realices alguna de las excursiones disponibles, por ejemplo, la visita a Mónaco, muy recomendable.

Por todo ello, esta localidad es turísticamente muy conocida, siendo una de las paradas típicas en cualquier crucero por el Mediterráneo, también en el caso del crucero “Brisas del Mediterráneo” de la compañía Pullmantur, que fue el que nosotros hicimos, a bordo del mega buque Sovereign, ¡menudo monstruo!

El buque Sovereign desde la distancia

El buque Sovereign desde el barco nodriza

El auténtico 'Lobo de Mar', avistado en Villefranche-sur-Mer

Uno de los tripulantes del barco nodriza, un auténtico “lobo de mar”

El barco nodriza, con bastante capacidad, estable, y apto para sillas de ruedas y cochecitos de bebé (fuimos en este plan, Izaro tenía 3 meses), te deja en menos de 10 minutos en la pequeña terminal marítima del puerto de la localidad. Según sales de la terminal, a mano derecha y antes de entrar en el puerto y paseo marítimo, nos damos de bruces ya con la pintoresca capilla de San Pedro.

Chapelle Saint-Pierre en la zona del puerto

Capilla de San Pedro ó Chapelle Saint-Pierre, en el mismo puerto de la localidad

A partir de aquí, una sola recomendación para descubrir la localidad: subir de frente por alguna de las estrechas callejuelas y escaleras que suben hacia el casco histórico y…¡perderse, literalmente! No hay otra fórmula mejor para explorar esta localidad, una guía de turismo poco tiene que hacer en este caso, ga-ran-ti-za-do. Nosotros empezamos a caminar en grupo, pero acabamos como el rosario de la Aurora, completamente desperdigados, cada uno sacando fotos en diferentes puntos del casco antiguo; divertido, sólo sabíamos que a cierta hora había que estar de vuelta en la terminal marítima, y para llegar allí, es tan fácil como bajar hacia el puerto, el asunto no tenía pérdida.

Una vez te adentras en el casco histórico, a través de sus estrechas calles de accesibilidad cero, sólo queda disfrutar de los mil y un detalles que irán procesando tus  retinas, siempre fusionando múltiples colores de fachadas y vegetación, con ese ambiente bohemio y a veces “viejuno” tan propio de los cascos históricos. Os puedo asegurar que la combinación funciona, y si además, añades a la visita un poco de día gris y sirimiri, el cóctel es explosivo no, lo siguiente.

Puertas y ventanas coloridas en el casco histórico de Villefranche

Puertas y ventanas coloridas en el casco histórico de Villefranche

Gotas de lluvia en macetas del casco histórico de Villefranche

Gotas de lluvia en macetas del casco histórico de Villefranche

Como monumento destacado y referente de la parte antigua, cabe mencionar la iglesia de San Miguel, construida inicialmente en el siglo XV, y de influencia italiana. El interior no llamó mucho mi atención, y destacan a los ojos del viajero, su espigada y colorida torre y su gran reloj.

Torre y reloj de la Iglesia de San Miguel (Église Saint-Michel)

Torre y reloj de la Iglesia de San Miguel (Église Saint-Michel)

De todas formas, como comentaba, yo me sigo quedando con los detalles pintorescos y fotogénicos, de vida cotidiana algunos, de la parte antigua, para empezar a hacer fotos y no parar…

Detalle ornamental en la parte antigua de Villefranche

Fuentes que ¿florecen?

Flores y plantas en las calles de Villefranche

Flores y plantas en las calles de Villefranche

Viejos ventanales y vida cotidiana en Villefranche

Calles de contrastes: viejos ventanales y pinzas modernas

Calles empinadas, nada accesibles, del casco histórico de Villefranche

Calles empinadas, nada accesibles, del casco histórico de Villefranche

Todavía con el dedo pegado al botón de disparo de la cámara, por si algún inesperado detalle hace acto de presencia, salimos del casco histórico, con la mirada puesta ya en otro sitio con no menos historia: la ciudadela de Saint-Elme. Construida en el siglo XVI, y situada en un punto ligeramente elevado cerca de la actual terminal marítima, esta fortaleza ejerce de testigo mudo del turbulento pasado de ocupaciones y batallas vividos por la villa. Y es que Villefranche, pasó gran parte de su historia a caballo entre diferentes condados y ducados, siendo a finales del siglo XIX, no hace tanto vaya, cuando definitivamente es anexionada a Francia.

Asentada sobre una colina, es una ciudadela de dimensiones bastante grandes, cuya construcción y gruesas paredes verticales, de piedra, bajan hasta el mar, o en su defecto, hasta un foso bastante profundo. El estado de conservación es relativamente bueno, pero no sé si por el musgo, la vegetación y el desgaste y color de la piedra de los muros, desde fuera puede dar la sensación de un poco de dejadez, ésa fue al menos mi impresión.

Entrada a la ciudadela del siglo XVI

Entrada a la ciudadela de Saint-Elme, del siglo XVI

Panorámica de Villferanche y su caserío desperdigado, desde la entrada a la ciudadela

Por dentro, diferentes estancias del fuerte se han reacondicionado, alguna de ellas convertida incluso en museo, por lo que entre sus estancias y paredes coloridas, es posible ver antiguos cañones bélicos y anclas marinas al lado de esculturas ciertamente modernas, curiosa combinación.

Cañón apuntando a la bahía de Villefranche

Cañón apuntando a la bahía de Villefranche

Interior de la ciudadela de Saint-Elme

Interior de la ciudadela de Saint-Elme

Escultura "El Hombre de Piedra"La dama ¿vergonzosa?

Diversas esculturas jalonan el recorrido interno por la ciudadela

Saliendo ya de la ciudadela, no es mala idea bajar de nuevo al puerto y caminar tranquilamente por el adoquinado paseo marítimo, e incluso tomarnos algo (si nuestra cartera lo permite, los precios son muy caros) en alguna de sus tranquilas terrazas y restaurantes, a modo de descanso.

Terrazas frente al puerto de Villefranche

Terrazas en la zona del puerto de Villefranche

Por último, recomendar la vista aérea de Villefranche que se obtiene desde el improvisado mirador la carretera dirección a Mónaco, tramo de asfalto que serpentea bajo la montaña, elevándose a bastante altura sobre la bahía. Si no me equivoco, se puede subir también a pie desde la última parte del paseo marítimo, frente a la larga y afilada playa de la localidad; en nuestro caso, al tener la excursión a Mónaco a continuación de esta visita, fuimos comodones y nos llevaron hasta este punto en autobús. Hay que parar malamente en el arcén de la carretera, por lo que ojo al bajar, el sitio no es muy apropiado, apenas hay arcén y un pequeño murete, y la carretera tiene bastante tráfico. Independientemente de cómo llegues a él, las vistas sobre la bahía y la pintoresca localidad asentada sobre la colina, al amparo de la montaña, son muy chulas, merece la pena.

Villefranche desde la carretera dirección a Mónaco

Villefranche desde la carretera dirección a Mónaco

Playa de Villefranche

Playa de Villefranche 

Tras este entretenido e intenso paseo de una mañana entera aproximadamente, me queda claro por qué muchos cruceros como Pullmantur han elegido esta localidad como una de sus escalas en la Costa Azul: es una localidad pintoresca y divertida, y está muy cerquita de Mónaco, una excursión lujuriosa y muy apetecible. ¿Qué opináis, creéis que ando desencaminado con mis teorías crucerianas o consideráis que Villafranche por sí sola bien merece una parada?

SaludoX!