Con todos los estímulos y experiencias que tenemos en la actualidad a nuestro alcance, a golpe de clic, debería estar terminantemente prohibido que la visita a un museo fuera aburrida. Hablo especialmente al viajar con niños. Porque vale, a ti puede que te guste la pintura de Alfredo Palmero, pero para tu hija o hijo, con toda la razón del mundo, si no le ofreces algún tipo de aliciente durante la visita, es probable que la palabra ‘museo’ adquiera en su cerebro una connotación negativa y aburrida difícil de borrar. ¿Por qué algunos museos y centros de interpretación se empeñan en hacerlo tan mal, en ser tan aburridos?
Menos mal que quedan algunos museos de Bilbao que se adaptan a los nuevos tiempos y necesidades. Al hilo, nos ha gustado mucho el enfoque de la visita al Museo Marítimo de Bilbao con niños. Un museo sin el que probablemente no se puede entender la regeneración urbana de la ría de Bilbao y del Botxo en general; un espacio que ha sabido adaptar su discurso y recursos a un público que pasea o visita Bilbao con niños, con divertidas y variadas actividades para las familias. ¡Al abordaje!
Índice de contenido
Los terrenos del mítico astillero Euskalduna en la ría de Bilbao
Nunca hubiéramos pensado que el Museo Marítimo Ría de Bilbao era tan amplio por dentro. Con la entrada a pie de ría, por el muelle Ramiro de la Sota, es un museo que vive protegido por la señorial grúa Carola, agazapado en los bajos de una de las rotondas que más tráfico soporta en Bilbao.
Muchas veces, pese a estar bien indicado, el ‘Museo Marítimo’ -como popularmente se le conoce- pasa desapercibido para el visitante entre la oferta de museos en Bilbao. ¿Por qué? Está situado en un terreno histórico, mítico. Allí se agolpan los recuerdos y vivencias del mítico astillero Euskalduna de Bilbao.
Si has conseguido dar con él, se abre ante ti un espacio museístico moderno, amplio y luminoso con ganas de agradar al visitante desde el minuto cero.
El objetivo que tienen en el museo es doble, ambicioso a partes iguales: por una parte quieren descubrir al visitante, bilbaíno o foráneo, curioso, cómo era Bilbao en el siglo XX, la importancia de la ría de Bilbao como motor económico y social, y la transformación de la villa en las últimas décadas; por otra parte, y sin que la historia marítima y los recuerdos sean incompatibles, buscan que la gente que visita el museo en familia se lo pase bien; que aprendan algo, pero que en esencia, se rían, jueguen y se lo pasen bien.
‘El museo según Playmobil’
Con las entradas y el mapa del museo en la mano, pasamos los tornos de acceso al recinto, topándonos con una primera vitrina de exposición. Es una recreación de épocas pasadas, ¡realizada con muñecos Playmobil!
A lo largo de todo el recorrido, iremos descubriendo distintas recreaciones que evocan situaciones y momentos, pasajes de la historia, en torno a la ría de Bilbao. Aparte de ser recreaciones muy trabajadas -qué paciencia montar todo eso-, los niños tienen una misión: han de buscar en cada una de las recreaciones un ratón gris muy pequeño que se cuela en sitios inverosímiles. ¿Y lo fácil que es despertar la curiosidad de un niño?
Alucinarás cuando tu hija o hijo te diga que ha visto el ratón mientras tú sigues intentando enfocar tu miopía como buenamente puedes. Parece sencillo, pero el ratoncito de marras es pequeño, se esconde bien el jodío. Competición sana en familia, ¡a ver quién gana!
Actividades para niños: gymkhana pirata
¿Que no eres de Playmobil? No problem, hay alternativa. ¿Te van por casualidad los barcos y las historias de piratas? El museo dispone de una especial audioguía para niños -a prueba de golpes- que se pueden colgar del cuello, en plan medalla; el gadget en cuestión lleva instalada una app para que los niños realicen un recorrido por el museo aprendiendo escuchando ciertos datos muy básicos sobre la historia y glorioso esplendor de Bilbao y su ría, mientras van completando diferentes actividades, pruebas y juegos, de forma amena y divertida.
La gymkhana pirata del Museo Marítimo de Bilbao consiste en recorrer el museo a través de ocho ‘estaciones’ bien identificadas a lo largo y ancho de todo el espacio museístico. En cada una de ellas, basta pulsar un botón de la app para que los personajes piratas nos cuenten anécdotas y nos digan qué tenemos que hacer.
Con la ayuda de los tips que proporcionan, se trata de realizar y superar ocho pruebas que alternan la memoria, la lógica y la habilidad. Es en esas estaciones piratas donde vienen las risas y los buenos ratos en familia.
Es entonces cuando el padre se da cuenta de que ya no sabe hacer un nudo del ocho, cuando a la madre le cuesta levantar un saco con la técnica de la polea, o cuando la niña se empeña en capturar todas las fichas con una traviesa caña de bambú. Más que piratas, está claro que nosotros somos aspirantes a grumetes del río Ego.
Completar las pruebas adecuadamente tiene premio, tan solo hay que ir marcando en la hoja de control los resultados de las pruebas. Así, todo el mundo se esfuerza y pone algo de su parte. Sin hacer trampas, ¿eh? 😉 Todo sea por obtener el codiciado diploma de pirata oficial firmado por el mismísimo Capitán Pirata Jack Karramarro.
Hay algunas pruebas en las que lógicamente hay que ayudarles, pero en general, lo bueno de hacer este recorrido en familia es que los niños se entretienen, con lo que hay menos protestas y tú tienes algo de margen para admirar las notables piezas de legado histórico-marítimo que atesora el museo.
Visitar el museo por libre con la ayuda de una app
Previa reserva, realizan visitas guiadas grupales al Museo Marítimo de Bilbao, pero si eres de los que prefieres ir por libre, a tu aire, dispones de una app o SmartGuide de apoyo que puedes descargar gratuitamente.
La app que te guía a lo largo del recorrido contiene indicaciones en distintos idiomas: euskera, castellano, inglés y francés. Significar que hay conexión WIFI gratuita en todo el recinto del museo, por lo que no protestes, te puedes descargar la app allí mismo, en un periquete.
La famosa maqueta ‘universal’ de Bilbao
Dejando a un lado los interesantes recursos disponibles para niños, el museo alberga la famosa maqueta y proyección audiovisual que llevó Bilbao a la Exposición Universal de Shanghai en 2010, donde obtuvo gran reconocimiento y premios. Acompañada de la proyección de un espectacular vídeo de Euskadi que no llega a los 10 minutos, la maqueta es una propuesta artística y multimedia que muestra la transformación vivida por Bilbao desde finales del siglo XX; en la maqueta se van iluminando diferentes zonas de Bilbao y su ría al ritmo y localización de las imágenes de la proyección. Es un audiovisual que merece la pena.
Ya en la planta de arriba, nos llaman la atención los curiosos y diferentes instrumentos de navegación antiguos. Junto a ellos uno se siente marinero capitán por un día.
Legado histórico-marítimo en forma de cartografía marina, planos y maquetas de barcos
¿Y qué decir de la excelente muestra de cartografía marina de la Costa Vasca? Se exponen históricos mapas, con siglos de antigüedad, realizados por prestigiosos cartógrafos del norte de Europa. Si te gustan los mapas, aquí tienes auténticas joyas en las que te costará reconocer puntos de la actual geografía del Golfo de Bizkaia.
Quien dice mapas, dice planos de construcción de barcos. Aderezados con curiosas anécdotas e historias en torno a la nomenclatura de los barcos, tras las desavenencias surgidas entre Eduardo de Aznar y Ramón de la Sota, primos y fundadores de los astilleros Euskalduna.
A medida que la pirata Izaro se gana su graduación pirata, descubrimos que el museo conserva el primer motor fabricado en Euskadi para una embarcación, made in Gipuzkoa, by Guascor. Lo mejor de todo es que el motor todavía funciona, y lo puedes accionar mediante un sencillo botón. No es una prueba de la gymkhana pirata, pero seguro que a los niños les hace ilusión poner en marcha un motor y escuchar su peculiar traqueteo inicial. Pssst, no te cortes, los adultos también pueden pulsarlo. Para eso está ;).
Pero estando en un museo marítimo, ¿dónde están los barcos? ¿Qué quieres, pinturas, maquetas o barcos de verdad? ¡Tienen de todo!
Estupendas y muy logradas maquetas de barcos ocupan una sala de la planta superior del museo. Si hay que tener paciencia con los Playmobil, qué decir de la construcción de estas maquetas, ¡vaya artistas!
La falúa del Consulado de Bilbao, un barco VIP de la época
Ah, ¿te refieres a barcos reales? Vale, según va acabando la visita, parece que nos vamos entendiendo. Volvemos a la planta baja, donde tienes la oportunidad de embarcar en una falúa, una peculiar embarcación con un armazón cubierto por un toldo, utilizada en la época por las autoridades marinas en los puertos. Al ejemplar expuesto en el museo, que tiene asientos acolchados y un toldo con bordados en plan VIP, se le conoce como la falúa del Consulado de Bilbao. Si yo fuera del Athletic, me olvidaba ya mismo de la mítica gabarra y sacaba a esta joya de paseo por la ría de Bilbao.
Exposición de fotografías 3D del Bilbao de principios del siglo XX
Mención especial a una exposición itinerante de fotografías 3D que pudimos contemplar durante nuestra visita. Provistos de unas sencillas gafas 3D, la exposición ‘Estereoskopiko’ permite realizar una inmersión en la antigua Bilbao de principios del siglo XX, un viaje profundo en el Jesús de Echebarría nos lleva con sus fotos a palpar y sentir la complicada y ajetreada realidad del Botxo y sus alrededores no hace tanto tiempo, con toda su crudeza y sus contrastes.
Sin duda, desde el punto de vista adulto, uno de los puntos fuertes del museo es la impresionante colección de fotografías antiguas que atesora este museo marítimo. Es fácil engatusar al visitante con fotografías de alta calidad en las que se ve el antes y el después de Bilbao; es a través de ellas donde se percibe la impecable cirugía urbanística a la que se han rendido la capital de Bizkaia y su arteria fluvial, más allá del Guggenheim.
Normal que el museo lleve en su nombre la coletilla ‘Ría de Bilbao’. Y es que este museo no es sino un profundo homenaje a ese revirado cauce que tanto trabajo, vida y algún disgusto (¿te acuerdas de las inundaciones del 83?) ha dado a la villa de Bilbao. Bilbao no sería nada sin su río Nervión, un río que cede y se desprende gentilmente de su nombre nada más entrar en la capital de la Galaxia, unas aguas que serpentean con elegancia los ilustres y clásicos barrios bilbaínos.
La descomunal y desconocida labor de las ‘sirgueras’
Mención especial a las mujeres que recorrían kilómetros ría arriba, desde Santurtzi a Bilbao, no solo para vender ‘Sardiña freskue‘ (‘sardina fresca’ en euskera), sino remolcando barcos, tirando de cuerdas -llamadas ‘sirgas’- de forma aguerrida. Eran las conocidas como ‘sirgueras‘, una figura y labor eminentemente femenina totalmente desconocida para nosotros, impensable hoy en día. Impactante y descomunal, siempre, la silenciosa labor de las mujeres, en este caso, ligada al ámbito portuario y marinero.
Modelismo naval y taller artesano de barcos
Para rizar el rizo, o para dar la última lazada marinera, en plan petit comité, tuvimos la suerte de visitar las ‘catacumbas’ del museo, donde amantes del modelismo naval realizan verdaderas obras de arte a nivel de maquetas de barcos, y donde en un fotogénico y caótico taller -para eso es un taller-, osados artesanos amantes de la mar y de los barcos, en su tiempo libre, acondicionan barcos antiguos y hacen réplicas usando métodos de construcción tradicionales.
Sin visitar la factoría de Albaola en Pasaia, nos atrevemos a decir que este taller se asemeja a un ‘pequeño Albaola’. Nos pareció super interesante ver el proceso de construcción de un barco de madera, desde el plano en escala al minucioso montaje de las tablas que forman el casco. Es mucho más difícil de lo que parece. Ojalá pronto el museo pueda valorizar esta parte y mostrarla de algún modo al público, podría ser muy instructivo para jóvenes y niños, especialmente para visitas de escuelas.
Grumete por un día en el barco-escuela Atyla Ship
Y llega el bonus track del día, con un greatest hit de los buenos: durante los meses de invierno, una forma de completar el periplo marítimo por el museo es dar un paseo por el muelle, fotografiar las enormes cadenas de Vicinay, y por último, subirse al buque-escuela Atyla.
Atyla Training Ship es un barco-escuela que pasa los meses de invierno amarrado en la ría de Bilbao, siendo acondicionado por voluntarios, profesores y estudiantes de ¿náutica? que realizan maniobras prácticas de navegación y preparan a conciencia esta preciosa goleta para próximas aventuras transoceánicas.
La visita al Atyla cuesta un euro aparte de la entrada al museo, pero la experiencia de subirse a un barco histórico de 31 metros de eslora y recibir una lección personalizada sobre construcción de barcos antiguos y navegación es amena, y de un valor pasional incalculable.
Lo más difícil de esta curiosa visita al barco Atyla es amarrar a los peques de la casa para que no toquen lo que no deben tocar :).
No todos los días se aprende dónde está estribor -creo que esta vez ya me ha quedado claro- y su color verde asociado, las diferencias entre los mástiles, el funcionamiento de un timón, o cómo izar y arriar una vela.
Y como ya teníamos un Máster en Nudos Marineros gracias a la gymkhana pirata, no nos costó mucho -ejem- realizar un perfecto nudo para sujetar la vela en lo más alto. Porque nos frenaba el puente Euskalduna que si no, nos hubiéramos marcado una regata hasta el trampantojo de puente de Calatrava.
¿Te apetece vivir la experiencia de navegar en alta mar?
En amena conversación y entre absurdas preguntas -por desconocimiento- por nuestra parte, repasamos los históricos documentos y fotografías que explican paso a paso cómo fue construida esta antigua goleta en un astillero de la ría de Lekeitio, utilizando la mejor madera traída directamente de los bosques de Soria.
La conversación y nuestras dudas podrían dar para toda la mañana. Menos mal que el personal del barco tiene paciencia, ganas de enseñar y ganas de dar a conocer este interesante proyecto.
Lo mejor de todo es que este buque-escuela es un barco muy vivo, y una vez se realicen los pertinentes trabajos de mantenimiento y reparación -en los que puedes participar- durante los meses frío del año, en verano volverá a acometer, como hace todos los años, una nueva aventura en alta mar.
¿Te imaginas unas vacaciones cruzando el Atlántico a bordo del Atyla? ¿O navegar un tramo, por ejemplo la ruta Bilbao-Oporto por mar? Que sepas que es posible, solo tienes que echar un vistazo a los viajes y experiencias que tienen disponibles en la web y estar dispuesto a vivir una experiencia diferente a bordo de este barco de película.
Un divertido plan cultural si visitas Bilbao con niños
¿Has tomado apuntes pirata, te queda alguna duda grumete? Ya ves que la visita al Museo Marítimo de Bilbao con niños es una opción amena y divertida, más aún si se completa con el abordaje y visita al barco Atyla ship. Si vienes en familia, te recomendamos encarecidamente que te animes con la gymkhana pirata, es una sencilla forma de pasar un buen rato en familia y de que los niños no se aburran. Además de dar con el dichoso ‘ratón de Playmobil’, ¡maldito roedor!
Si estás buscando planes con niños en Bilbao, o qué hacer en Bilbao con lluvia, los segundos domingos de cada mes suelen organizar otra actividad especial para niños, en euskera, denominada ‘Domingos marineros‘. Es otra opción de temática marítima que puede ser la mar de interesante si visitas Bilbao con niños.
Vamos, que tras la visita Izaro volvió a casa diciendo que se había montado en un barco, que había aprendido a hacer nudos, que había encontrado los ratoncitos antes que su aita y que había visitado un taller en el que hacían barcos. Se le olvidó decir que volvimos con un póster de delfines que quiere llevar a toca costa a la ikastola y que tiene un diploma pirata firmado por el mismísimo Jack Karramarro, sobrino de Jack Sparrow. Porque visitar un museo con niños puede debe ser una experiencia divertida. Es cuestión de actitud, tanto por tu parte, como por parte del museo.
¿Cuándo te vas a embarcar en esta aventura pirata en familia? Recuerda reservar hueco en la agenda antes de que lleguen los temporales del Atlántico y los temidos saqueos de los corsarios. ¡Hasta la vista, grumete!
Visita realizada en Febrero del 2017 gracias a la iniciativa ‘Meet a Blogger‘.
Información práctica:
- Web oficial del Museo Marítimo Ría de Bilbao.
- Web oficial del barco-escuela Atyla Ship.
- Dirección: Muelle Ramón de la Sota 1, 48011 Bilbao (Bizkaia)
-
Teléfono: (+34) 946 08 55 00
- Horarios:
- En invierno:
- Martes a viernes: de 10 a 18 horas.
- Sábados, domingos y festivos: de 10 a 20 horas.
- En verano:
- Martes a domingo: de 10 a 20 horas.
- Cierra los lunes.
- En invierno:
- Precio entradas al museo marítimo de Bilbao:
- Entrada adultos: 6 €.
- Entrada gratuita para niños menores de 6 años de edad.
- Precios especiales para jubilados, estudiantes, grupos, etc.
- Los martes de Septiembre a Junio la entrada es gratuita.
- Actividad especial para niños ‘Domingos marineros‘. Todos los segundos domingos de cada mes. Consultar detalles en la web.
- Parada de metro más cercana: San Mamés.
- Aparcamiento: El Palacio del Euskalduna dispone de un parking subterráneo de pago. Por lo demás, se recomienda aparcar en el muelle Olabeaga, en la Avenida Sabino Arana o en las inmediaciones del Parque de Doña Casilda.
- Alojamiento en Bilbao
- ¿Buscas dónde comer en Bilbao? Consulta nuestra selección de restaurantes en Bilbao.
- Mapa con la localización del Museo Marítimo en Bilbao.
Saludos!
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2 comentarios sobre “Museo Marítimo de Bilbao: abordaje pirata en familia”