En ocasiones, hacer caso a lo que dicen las apps y desviarse de la ruta gastronómica habitual, saliéndose del centro de la localidad que visitas, puede tener premio. Es lo que nos ocurrió hace poco en plena búsqueda de restaurantes en San Vicente de la Barquera, en Cantabria. En vez de quedarnos en la zona típica de la localidad marinera, donde está el casco histórico, el castillo y casi todos los restaurantes a pie de carretera, mira por dónde, nos dio por cruzar el puente sobre la ría hasta dar con el restaurante El Retiro.

Tradición marinera en un local renovado de estilo desenfadado

Situado en una zona residencial muy tranquila que linda con el puerto de esta ilustre villa marinera, antes de entrar a comer decidimos tomar algo y echar un vistazo a la carta. Fuera del bar-restaurante, en un sitio tranquilo pero no demasiado accesible, con escalones, al abrigo de varias barricas y mesas altas con banquetas, vemos que hay bastante gente que no duda en comer de picoteo: vinos, tapas y raciones.

El albariño que nos sacan nos termina por convencer y decidimos quedarnos a comer en el restaurante El Retiro de San Vicente. El interior del local se ve renovado recientemente, con un estilo moderno y desenfadado que se mezcla gustosamente con múltiples detalles y retales del pasado marinero de San Vicente de la Barquera. Al parecer, “Cucu”, el dueño del restaurante, ha sido pescador y marinero durante muchísimos años, de ahí que conozca mejor que nadie el buen género que llega a puerto todos los días. Y esto le permite trabajar con pescados y mariscos de calidad comprados directamente en la lonja de San Vicente, a pescadores locales de confianza a los que conoce por nombre y apellidos. Y por “mote”.

Dividido en dos plantas, con barra y comedor en la planta baja y comedor principal en la parte superior, la ambientación de taberna marinera renovada se completa con varias pizarras notables en las que se ha escrito, casi a modo de lección, información sobre diferentes pescados que se sirven en El Retiro; muchos de ellos son pescados de los que jamás habrás oído hablar, pero precisamente para eso está la pizarra, para que leas y para que aprendas, que no todo va a ser comer.

Aunque no teníamos intención de darnos un homenaje, la ambientación del restaurante, la pizarra, y los comentarios en torno al pescado que leemos en nuestras apps favoritas para buscar restaurantes, hacen que acabemos sucumbiendo al más tentador de los placeres gastronómicos. Tras preguntar y decir que venimos sin reserva, nos toca sentarnos en la planta baja, en una mesa cerca de la barra.

Sin haber visto el comedor de la planta superior, el sitio y la puesta en escena de la planta baja es correcta y agradable, con 4-5 pequeñas mesas, cerca de la barra y los baños. De nuevo, los aires de vieja taberna marinera renovada nos llevan en volandas.

Llama la atención el formato simple pero original de la carta del restaurante El Retiro, así como su carta de vinos. Definitivamente, la vieja taberna marinera de “Cucu” se ha modernizado, ha entrado en la línea de locales trendy del siglo XXI. La carta de vinos no es muy extensa pero sí bastante selecta, con excelentes referencias en distintos tipos de vinos y denominaciones de origen. Nos dio la ligera sensación de que algunos precios de vinos, los más comerciales, estaban algo inflados en comparación con los precios de venta al público a los que accedemos el resto de mortales que no trabajamos en la hostelería.

Pescados y mariscos directos de lonja, comprados a pescadores locales

En la parte de pescados, la maître, muy amable, nos explica lo que tienen y lo que no tienen ese día. Trabajan directamente con lonja, por lo que unos días hay unos pescados, y otros días, tienes otros diferentes. Es cuestión de suerte, pero su personal te garantiza que vas a comer pescado fresco de calidad. Los camareros están perfectamente capacitados para explicarte cómo es cada pescado, y en caso de ser un pescado de la zona que no conoces, te buscan analogías frente a otros pescados más conocidos. Algunos de ellos también se pueden ver en una pequeña cámara situada frente a la entrada.

Te aseguramos que se te hará la boca agua con las opciones de pescado existentes, porque ya que estamos en la costa, lindando con Asturias, lo lógico es comer pescado, qué menos. Al no ser temporada, apuntamos para otra vez el famoso Sorropotún de San Vicente de la Barquera, y nos contenemos, mucho, con la carta y con las sugerencias varias de la joven que nos atiende. Es más, por una vez en la vida, obviamos la tentación de la carta de vinos y nos conformamos con dos copas de albariño.

La mesa auxiliar que nos traen para dejar el pan (¡muy rico, habrá que ser comedido!) y el vino se queda huérfana por tanto de cubitera y de un buen vino blanco. Luego hay que conducir hasta Eibar. Otra vez será.

Comprobamos que si se quiere degustar un arroz marinero o arroz con bogavante, un plato muy típico en otros restaurantes de San Vicente de la Barquera, tiene que ser mínimo para dos personas y conviene reservar con antelación. Lógico. En nuestro caso, como entrante, pedimos una ensalada de pulpo a la plancha para compartir. Lleva una lujuriosa vinagreta de miel muy conseguida, y los trozos de pulpo están deliciosos, en su punto, con un toque potente de pimentón que realza y reparte alegría en el plato.

Cuesta contenerse y no untar, pero Izaro espera pacientemente a que salga un segundo plato que compartiremos: lubina de anzuelo. Es un segundo plato generoso y elegante para una persona, ligeramente corto para dos; perfecto para un adulto y un niño. A la hora de tomar nota, la camarera especificará si los pescados que tienen son de ración, para dos, etc. Lo tienen muy controlado, déjate guiar. Volviendo al plato, se nota que estamos ante una lubina salvaje, su jugosa carne y sabor lo dice todo. Por ende, el plato apenas necesita acompañamientos ni florituras, la calidad es excepcional.

Picoteo que sabe a mar: Vinos, tapas y raciones

Laura se sale de la zona de confort del pescado fresco y opta por una recomendación que nos hace la camarera en plan picoteo: mejillones en salsa picante.

Una docena de mejillones asoman en un plato en forma de cuenco, rehogados en una salsa rojiza que promete experiencias really hot. Estamos hablando de mejillones tamaño XXL, y no sólo en concha, sino también en ‘bicho’. La salsa tiene mucha vida e impacta al principio, pero acabarás untando pan como un bobo. Nos quedamos a un migaja de tener que pedir más pan. ¿Por qué nos da tanta vergüenza pedir pan? Algún día escribiremos sobre ello.

Tanto la lubina como los mejillones nos dejan un regusto estupendo en la boca, y si bien podríamos haber pasado sin ello, acabamos tentados por los postres y pedimos un flan de queso para compartir. Si no nos equivocamos, el flan de queso está entre los postres típicos de Asturias, pero es normal que se ofrezca en San Vicente de la Barquera, a escasos diez kilómetros de la frontera astur. Las fronteras, especialmente las gastronómicas, nunca debieron existir. Es un generoso postre con una textura y sabor caseramente celestial, sobre una base de crema de natillas, con canela, que está de muerte, abuela.

Dos cafés mejorables (la marca Dromedario no es de nuestras preferidas), completan una gastroexperiencia más que interesante en los confines de Cantabria, a cambio de 55 €.

Y lo mejor de todo es que terminamos de comer compartiendo una sensación muy placentera, tanto a nivel de atención, como a nivel de confort en mesa y local, y por supuesto, con el estómago en su justa medida, sin quedarnos, como ocurre otras muchas veces, demasiado llenos. Salimos del restaurante El Retiro con ganas de repetir en otra ocasión, para esa vez sí, ya, probar otros pescados y darnos un homenaje en condiciones, sin preocupaciones de tener que coger el coche.

Y así se lo hicimos saber al camarero que nos atendió durante la comida. La atención es cercana y cordial, exquisita en cuanto a recomendaciones de todo tipo, especialmente a nivel de pescados y mariscos. Por todo ello, de aquí en adelante, sin tener que tirar de apps o de “gastroagenda”, si alguien nos pregunta dónde comer en San Vicente de la Barquera -comer bien, gastándose unos dinerillos-, creo que le podemos recomendar sin ningún temor ni pudor el restaurante El Retiro. Es más, está decidido: volveremos a San Vicente con más tiempo y volveremos a cruzar el puente de la ría, todo sea con tal de probar otros pescados frescos de la zona o un tentador arroz marinero, acompañados de un buen vino, por supuesto.

Definitivamente, si te gusta comer bien y no te importa pagar un poco más de lo habitual, es un sitio donde merece la pena ir a comer. Y no solo lo decimos nosotros, lo dice Foursquare, donde aparece como el restaurante de San Vicente de la Barquera mejor valorado por los usuarios. Por algo será, ¿no? ¿Alguna otra recomendación gastronómica en la zona?

Valoración @Lonifasiko: 4,7/5

Información práctica:

• Teléfono: +34 942 71 08 12
• Martes cerrado por descanso semanal.
• Dirección: Calle Cuesta del Retiro – 39540 San Vicente de la Barquera (Cantabria)
• Precio: 55 € con todo lo descrito y detallado en este artículo (2 adultos y un niño).
• Se aconseja llamar para reservar mesa, especialmente en fines de semana, puentes, festivos y época estival en general.
• Gastroexperiencia disfrutada en Enero del 2017.
• Ya que te vas a quedar a comer, ¿por qué no quedarte a dormir tranquilamente en San Vicente de la Barquera?
• Mapa con la ubicación del restaurante El Retiro en San Vicente de la Barquera

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