¿Se puede ver la capital de un país en un día? Pregunta relativa donde las haya. Casi todos contestaréis aquello de ‘depende de qué país, en qué plan vayas, cómo de grande sea la ciudad…’. Bien, nosotros nos atrevemos a decir que Liubliana (Ljubljana en esloveno), sin entrar en museos, es una ciudad cuyos principales lugares de interés turístico se pueden visitar, sin problemas, en un día. Es más, te lo confirmamos con conocimiento de causa, tras experimentar de primera mano cómo es visitar Liubliana con niños. Dicho esto, aquí va nuestra ruta y consejos sobre qué ver en Liubliana en un día, incluyendo la visita a los sitios imprescindibles de la ciudad.
Índice de contenido
Qué ver en Liubliana en un día
Cómo moverse en transporte público
La capital de Eslovenia es una ciudad cuyos puntos principales se pueden recorrer perfectamente a pie una vez estás en el centro. Si estás alojado en las afueras de Liubliana, ni te molestes en conducir tu coche hasta el centro de la ciudad. Es mucho más fácil, cómodo y barato que el coche utilizar el transporte público en Liubliana, en concreto el autobús. Al igual que en otros sitios, funciona con unas tarjetas donde recargas dinero: en gasolineras, quioscos, estancos, etc. Cada viaje cuesta 1,20 €, pero desde la validación en la máquina del autobús, tienes hora y media para subirte a todos los autobuses que quieras, por ese 1,20€. Nos ha parecido curioso el sistema, y se ve que los autobuses funcionan muy bien por aquí, los utiliza un montón de gente.
Los autobuses son bastante puntuales, y hay pantallas electrónicas en casi todas las paradas de autobuses indicando qué autobuses son los siguientes en venir y cuánto tiempo falta para que lleguen.
Una vez estás en el centro, es muy probable que ya no vuelvas a utilizar el transporte público, pero para ir y venir hasta el centro, o desplazarte a otros lugares más lejanos como el zoo de Liubliana, los autobuses son la mejor opción.
Una de las paradas de autobús más habituales y transitadas de Liubliana es la parada frente al emblemático edificio y oficina de Correos.
Desde allí, en tan sólo 5 minutos caminando, te plantas en la plaza Prešernov, plaza que antecede al famoso Triple Puente de Liubliana.
Cruzando el puente a mano izquierda está la oficina de turismo de Liubliana, donde te proporcionan de forma gratuita un completo mapa-callejero y algún que otro tip para viajeros con niños como nosotros.
Casco histórico de Liubliana
Cruzar el pequeño y tranquilo río Ljubljanica por alguno de sus múltiples puentes significa acceder al casco histórico de Liubliana. Calles adoquinadas (perfectas para ir con la sillita de niños, ¡ja!), edificios clásicos y resultones de corte europea, fachadas de colores, y mucho comercio clásico y coquetas cafeterías. El casco histórico de Liubliana es peatonal, únicamente pueden circular vehículos autorizados.
La primera, en la frente. Imposible no alzar la vista hacia el edificio del ayuntamiento de Liubliana. Junto con el resto de casas de esta especie de plaza presidida por una fuente, las calles se van estrechando y perdiendo a ambos lados, entre adoquines, comercios y terrazas.
¿Un café antes de emprender la ascensión del día? La cultura del café y de la tertulia con amigos está muy extendida en Liubliana, por lo que no te olvides tomar un buen café en cualquier bar o cafetería de la calle Mestni trg.
Visitar el castillo de Liubliana
El café sirve para despertarnos y para analizar las opciones de acceso al castillo de la ciudad, que se eleva imponente sobre una colina a casi 400 metros de altura.
Hay opción de subir en un cómodo y moderno funicular, pero siendo vascos y mendizales (¿?), y para ahorrarnos unos eurillos…
…finalmente ascendemos por una callejuela, a posteriori sendero de gravilla y finalmente pasarela de madera, que sale frente al Mercado Central o Glavna tržnica, ubicado en la plaza Vodnikov.
En varios zig-zags, y cargando con la sillita de la peque, nos encaramamos a la parte trasera de la base del castillo.
El acceso al patio del castillo es gratuito. Si bien el castillo tiene origen medieval, en torno al siglo XII, a día de hoy poco rastro quedan de aquella gloriosa época. En la actualidad es un castillo “moderno”, que ha sufrido muchas remodelaciones, y cuyo interior está inteligentemente orientado al turismo y a diferentes eventos socio-culturales de la ciudad.
Hay que pagar 6 € entrada para subir hasta la torre del castillo, que ofrece unas vistas espectaculares sobre la ciudad de Liubliana.
¿Tan espectaculares como para pagar esa cantidad, subir una enrevesada escalera de caracol y soportar un viento considerable allí arriba?
Quizás es un precio excesivo, especialmente si has decidido viajar en familia. La entrada incluye una videoproyección virtual del castillo a unos horarios prefijados, la visita a las antiguas mazmorras o cárceles del castillo, y la entrada al museo o exhibición permanente que trata de recoger la historia de Eslovenia.
Es una muestra etnográfica desde la época a.C., hasta la independencia de Eslovenia de la antigua República de Yugoslavia. Sinceramente, tampoco es un museo para echar cohetes.
Mercado central de Liubliana
Después de dar de comer a la peque en una de las turísticas terrazas del patio del castillo, nos hemos animado a bajar de nuevo al casco histórico caminando, pero por el otro lado. Es un pelín más largo, pero las ruedas de la sillita, y por ende, nosotros, agradecemos la sensación de pisar asfalto.
Tras callejear por una zona de embajadas y algunos viejos y bohemios edificios que tienen su punto, volvemos a dar con el Mercado Central de Ljublajana. Frutas, verduras, ropa, flores… Es el principal mercado de la ciudad, situado junto a la Catedral de San Nicolás.
¿Por qué nos gustan tanto los mercados? ¿Qué tiene este mercado que no tenga otro mercado o mercadillo de otros sitios? Sinceramente, nada. Pero es innegable la atracción que tenemos los turistas, y especialmente los aficionados a la fotografía, por retratar, ver, oler, sentir y conversar con la gente para intentar captar ese aroma local que emanan.
Go local! Y así lo hacemos, rápidamente y sin despeinarnos: hay que comprar unas cerezas que se le antojan a Izaro, Laura merodea los puestos de ropa para analizar la moda eslovena, y Miguel opta por comer un burek relleno de carne comprado en una panadería cercana. Cada loco con su tema, ¡pura vida (eslovena)!
En un lateral del mercado, al otro lado de la catedral, hay varios bares con mesas altas donde sirven excelentes aperitivos con diferentes variedades de vino esloveno, en muchos casos, servido directamente de cañero. Es un punto de encuentro de mucha gente que realiza la compra en el mercado. Shopping + vinito y aperitivo, ¡planazo!
Dónde comer en Liubliana: Restaurante Valentín
Tras merodear varios sitios y cartas, finalmente nos decantamos por comer en el Restaurante Valentin, enfrente del mercado, junto a la catedral. Ya nos había llamado la atención al subir al castillo, y mirando la carta de precios, a pesar de estar en el mismísimo centro de Liubliana, no parecía excesivamente caro.
Es un local curioso, con dos partes, aparte de la terraza, bien diferenciadas. Realmente, la entrada y primera parte del local es una pescadería/marisquería en la que puedes elegir tú mismo la pieza de pescado/marisco que quieres comer o llevarte a casa; también está habilitada en formato de tienda gourmet delicatessen.
El comedor interior está super chulo, mosquea bastante que no haya casi nadie. Una vez pasas la zona de producto primario, accedes al comedor.
Siendo cautos y no siendo la intención darnos un homenaje gastronómico, optamos por un risotto marinero, medio kilo de mejillones a la buzzara (impresionante esta salsa) y unos calamares a la plancha.
Platos de raciones generosas y producto fresco de calidad. Con un café y dos cervezas, 30 €. Sí, también había platos mucho más caros que incitan a malvadas gastroexperiencias, especialmente si te vas a pescados, mariscos o carnes. Pero es que estamos hablando de comer bien en el centro de Ljubljana, tranquilos y en un sitio chulo, con clase, ¡por 30 € dos personas! Unbelievable!
Puentes de Liubliana
Había que pasear para bajar la abundante e inesperada comida, por lo que hemos caminado junto a la Catedral de San Nicolás, el ayuntamiento y toda esa zona del casco antiguo rodeada de imponentes y coloridos edificios señoriales.
Hemos cruzado a la otra orilla y hemos recorrido a pie gran parte de la ribera del río Ljubljanica, donde la tentación de sentarse en alguna de las animadas terrazas repletas de juventud, es anormalmente alta.
Dedicamos especial atención a los puentes que cruzan este pequeño río por donde se puedes realizar tours turísticos en barco . El Puente de los Dragones, el Puente de los Carniceros, el Triple Puente y el Puente de los Zapateros.
Las estatuas presentes en todos ellos llaman la atención, aunque en algún caso, los dichosos ‘candidatos del amor eterno’ intentan estropear la faena. Pobre rana.
Y pobre puente en general :(.
Continuamos el paseo y vamos a dar con el punto de partida de todo en Liubliana, donde a su vez, todo confluye: La plaza Prešernov. La estatua del poeta esloveno France Prešeren preside esta siempre animada y transitada plaza.
Es la antesala del Triple Puente o Puente Triple, el puente más conocido de Liubliana, símbolo de la ciudad junto al castillo.
Es una pena que este puente le reste tanto protagonismo a la adoquinada plaza, coronada en un lateral por la colorida fachada de la Iglesia Franciscana de Liubliana.
No cabe duda de que es un puente raro, donde uno se pregunta cuál fue la finalidad o genialidad que buscaba su arquitecto. Desde luego, notoriedad la tiene, más aún habiéndose convertido en el punto de encuentro de mucha gente en Liubliana; un sitio reconocible que todo el mundo es capaz de ubicar, y desde donde se accede a todos los puntos importantes de la ciudad caminando, en cuestión de 5-10 minutos. ¿Bonito? Los hay más bonitos.
Continuamos paseando por la ribera del río, sin prisas, entonados por la música callejera y algarabía de fondo.
El Puente de los Zapateros es el último puente reseñable del centro de la ciudad.
Zona alternativa e intelectual de Liubliana
En esta zona intermedia entre el río y Slovenska Cesta, la avenida principal de Liubliana, se perciben aires modernos y renovados en las calles.
Ese aroma a espacio vivo de la ciudad, antes degradado pero ahora emergente, donde surgen movimientos artísticos alternativos, en muchos casos, críticos y reivindicativos.
Edificios con fachadas alegres sin nombre alguno, teatros, academias, la Biblioteca Nacional, entre otros elementos arquitectónicos tradicionales, ponen la nota colorida e intelectual a esta zona de Liubliana que se debate entre lo alternativo y lo intelectual.
Empieza a chispear ligeramente, lo que nos obliga a terminar este paseo por Liubliana con niños de forma algo más ligera. ¡Qué pena que no tenemos una bicicleta! ¿Somos los únicos que Liubliana que no vamos en bici? Liubliana es ciudad bike-friendly a más no poder, a pesar de los espacios adoquinados.
Terminamos la ruta en la rectangular plaza del Congreso (Kongresni trg), una plaza en cuesta, rodeada de jardines y bellos monumentos como la Universidad de Liubliana, la Iglesia de las Ursulinas de la Santísima Trinidad y el edificio de la Orquesta Filarmónica Eslovena.
Visitar Liubliana con niños
Aquí termina nuestra pequeña guía sobre qué ver en Liubliana (con niños) en un día. Como ya advertíamos antes, sin entrar en museos, visitando lo básico e imprescindible de la ciudad, dejándonos llevar por nuestra intuición y por aquello que va llamando nuestra atención a medida que recorremos a pie la ciudad.
Liubliana se antoja como una ciudad coqueta, ‘manejable’ y con aires muy europeos; el aire señorial que tienen gran parte de los edificios de la ciudad le confieren ese aire ‘coqueto’, donde puertas, farolas, ventanas y fachadas se prestan a una foto, sin protestar.
La ‘manejabilidad’ de la ciudad se percibe en las calles, en las cortas distancias, en el trato de la gente, en la multitud de bicicletas que transitan por la ciudad, especialmente en la ribera del río. Recorrer Liubliana en bicicleta tiene que ser una experiencia muy agradable. Es una ciudad pequeña, de apenas 270.000 habitantes, cuyo centro y puntos de interés turístico principales se pueden recorrer perfectamente a pie. Sin rechistar, que caminar es sano.
Para estar en los Balcanes, es una ciudad que a pequeña escala, puede guardar similitudes con otras ciudades y países europeos mucho mas al norte.
Es más, pasear por Liubliana es comprender visualmente la rápida e inteligente integración que tuvo Eslovenia en la Unión Europea; la ciudad es fiel reflejo de un país y gente de carácter abierto, que no tuvo, ni tiene, reparos en absorber y aprender, sin perder su esencia, de otros sitios.
Bicicletas, canales, arquitectura, terrazas, ambiente cultural, gente joven… Es una ciudad con mucha vidilla, que se podría asemejar con muchas ciudades intelectuales y vibrantes de Francia, Bélgica y Austria, guardando muchos paralelismos con la mismísima Amsterdam.
Si quieres contagiarte de ese aire europeo e integrador que tanto hace brillar a la capital de Eslovenia, no dudes en seguir nuestras recomendaciones sobre qué ver en Liubliana en un día. Te aseguramos que nuestra ruta por esta ciudad coqueta y muy ‘manejable’ es perfectamente compatible con visitar Liubliana con niños.
Información práctica:
- Recomendamos acudir a la oficina de turismo de Liubliana para obtener un mapa de la ciudad
- La mejor forma de acceder al centro de la ciudad es utilizando el transporte público, especialmente los autobuses. No recomendamos llevar el coche, el centro histórico es peatonal. Desde la parada del Edificio de Correos, hay menos de 5 minutos caminando al famoso Triple Puente.
- Recomendamos visitar Liubliana a pie o en bicicleta. Las distancias son muy cortas. Todo lo imprescindible se puede ver en un radio de 15-20 minutos máximo.
- Castillo de Liubliana.
- La entrada al patio del castillo es gratuita.
- Hay que pagar 6 € de entrada para subir a la torre del castillo. Incluye visita a museo y proyección audiovisual.
- Se puede subir a pie al castillo, por cualquiera de sus vertientes. Es algo engorroso subir con cochecito o carrito de niño por la vía corta que hicimos nosotros. Dando un agradable paseo, más largo, es posible subir por terreno de asfalto, lo que hicimos nosotros para bajar.
- El acceso más cómodo al castillo es en funicular, desde el mismo mercado central.
- La mayoría de calles del casco histórico son calles adoquinadas. Algo incómodo para ir con sillita de niño. Si es muy pequeño, mejor llevarlo en mochila portable. Se recomienda no llevar tacones y calzar zapatilla cómoda.
- Visita enmarcada dentro del viaje de 18 días por Eslovenia realizado en Junio del 2014
- Mapa con la ubicación de los puntos de interés visitados en Liubliana
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Saludos!
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Me gustó bastante la ciudad pero las dos veces que fuimos nos cayó la mundial!!! Y estoy de acuerdo contigo, en un día sin museos da para pasearla.. Un abrazo!!!
Hola Fran! Ya me acuerdo, os tocó bastante lluvia durante vuestro viaje a Eslovenia, ¡una faena! Nosotros tuvimos 2-3 tormentas por las tardes en la zona de Bled, pero en general, tuvimos mucha suerte con el tiempo. El paseo por Liubliana, y se puede ver en los cielos de las fotos, fue en un día bastante gris, y luego a la tarde tuvimos amago de llovizna, pero nada de chaparrones. Como dices, una capital cuyos imprescindibles se pueden visitar en un día, incluso al ritmo de viajar en familia ;). Gracias por el comentario Fran, un abrazo!
Hola, hoy hemos probado el rest. Valentin y la comida estaba muy buena, recomiendo el carpaccio de lubina.
Hola Ainhoa! Nos alegra mucho leer que habéis comido en el restaurante Valentín de Liubliana. De momento, toda la gente que nos ha leído y se ha pasado por allí, ha salido contenta :). Ummm, qué rico tiene que estar ese carpaccio de lubina. El género que manejan es bueno, se ve en la pescadería que tienen nada más entrar. A este paso, con vuestras recomendaciones, no nos va a quedar otra que volver a Eslovenia y pegarnos un señor homenaje en este restaurante :). Muchas gracias por el feedback y saludos!