A Cosme Damián Churruca, como a todo buen vasco que se precie, le gustaba la buena mesa. Estamos convencidos. Reconocido científico y marino natural de Mutriku, localidad de la que también fue alcalde, lo único que no hizo este valiente brigadier de la Real Armada durante su corta vida fue dejarnos por escrito pistas sobre dónde comer en Mutriku. No tuvo tiempo, ni Internet. Él se dedicó a menesteres más complicados como capitanear naves en diferentes batallas, la astronomía, las matemáticas y la geografía. Casi nada. Caprichos del destino, a los pies de su estatua, la plaza que lleva su nombre alberga actualmente uno de los más clásicos y conocidos restaurantes en Mutriku. Y como para tareas más sencillas estamos nosotros, hoy, en nuestro particular homenaje a Don Cosme, nos ponemos el traje de guardiamarina y te detallamos nuestra experiencia gastronómica en el restaurante Ametza Taberna en Mutriku. ¡Al abordaje gastronómico!
Índice de contenido
Comer en el casco histórico de Mutriku
Tras una intensa mañana en la playa de Mutriku, con baños varios y exitosa recolecta (y posterior devolución) de karramarros, caracolillos y quisquillas, nuestros estómagos rugen más que nunca en el puerto de Mutriku. A sabiendas de que en verano y en fines de semana la terraza del Ametza Taberna suele estar muy demandada, decidimos subir al centro de la villa marinera y probar suerte, sin reserva previa. Si el almirante Churruca levantara la cabeza…
Nos hacen un hueco. Por los pelos. En vez de comer en las mesas de la plaza, intimidados bajo el dedo índice de Churruca y bajo las traicioneras sombrillas, conseguimos que nos hagan sitio en una mesa junto a la fachada de piedra del local. A la rica y consistente sombra de un señor toldo.
Tras visionar la carta, lo único que tenemos claro es que comeremos algo de pescado. Estamos en Mutriku, en pleno Geoparque de la Costa Vasca, donde se tiene que notar la frescura y calidad de la excelente materia prima que nos brinda el mar Cantábrico.
Hace calor y no hay dudas en cuanto a la elección de la bebida. Nos sirven un estupendo txakoli Aialle de la D.O. Getariako Txakolina, al razonable precio de 12,5 € la botella.
Nos traen la botella en una “ice bag“, para mantener la bebida fría. Buen detalle. De reseñar también que con una terraza a rebosar de gente local y de turistas, las numerosas camareras del restaurante Ametza manejan con brío, soltura y rapidez el trajín gastronómico veraniego.
Cocina casera y producto fresco, de calidad
Con una carta de entrantes que tira a muy clásica, obviamos las apetecibles ensaladas y optamos por unas croquetas caseras, pensando en no defraudar el apetito de Izaro. Nos sirven muy rápido un plato compuesto por seis croquetas bien hermosas. Se nota buena mano tras la elaboración de las mismas. Ideal para contentar a cualquier niño que aprecie este tipo de comida casera. ¿Niños? ¡Y adultos! Riquísimas.
Habíamos dicho que aquí tocaba comer pescado, ¿verdad? ¿Y si pedimos dos y compartimos? Esforzándonos mucho en desviar la mirada de tentadores pescados como la lubina o el rodaballo, optamos por platos de pescado sencillos y económicos, sin grandes complicaciones. Lo que no quita que no busquemos producto fresco.
Siendo temporada, vamos a probar el bonito a la plancha. Nos sirven media rodaja, probablemente de un ejemplar bastante majo. Viene acompañado con una piperrada que le aporta sabor y que evita que el bonito se quede seco.
El bonito es un plato que engaña, sobre todo a nivel de cantidad. Tanto cuando lo compras en la pescadería como cuando te lo sirven en plato: Parece que hay poco, pero al ser un pescado que tiene mucha carne, cunde. Mucho. Por supuesto, Izaro también se anima con el bonito, es un pescado que le chifla.
De un plato estival clásico del cantábrico a otro clásico de la zona: Chipirones a la plancha. Como decimos en Euskadi, “txipis plantxa“, que para algo tenemos la ‘tx’ en nuestro abecedario, y en nuestro ADN. De la misma forma que los chipirones en su tinta suelen tener un tamaño pequeño, los ejemplares que se utilizan para ponerlos a la plancha, suelen ser de un tamaño considerable. A este tipo de chipirón se le conoce aquí con el nombre de begiandi o begiaundi (“ojo grande” en euskera).
Al igual que con la sepia, nos gusta que el chipirón a la plancha esté al dente. Su jugosa carne no puede estar dura, pero tampoco blanda. En el Ametza le dan ese punto de perfecto equilibrio gastronómico. Con el chipirón súper limpio, engalanan el plato con un poco de arroz negro, y por supuesto, no faltan los generosos tentáculos de las tres piezas de begiandis que sirven. Muy ricos.
Platos tradicionales y buen servicio
Tras haber dado buena cuenta de dos platos de excelente producto a la plancha, crecidos por la calidad, el calor y el txakoli, nos animamos a echar un vistazo a la carta de postres, algo no muy habitual en nosotros después de calzarnos dos buenos segundos.
Cuando nos apetece un postre en concreto, tenemos la buena o mala manía, siempre, de preguntar si son postres caseros. Porque no es lo mismo comerse una tarta de queso precocinada, perfecta en forma, producida de forma industrial junto a otras miles de unidades, que degustar una tarta de queso casera. ¡A por ella! A pesar de su sospechosa apariencia uniforme, la galleta de abajo delata la producción artesanal de este postre. Quizás preferimos la versión de tarta de queso al horno, la que no lleva tanta empalagosa mermelada por encima, pero esta tarta, hay que decirlo, se come sin querer. Y sin tener hambre. Es triste decirlo pero hoy en día cuesta encontrar tartas con base de buena galleta. Ésta está chapeau!
Terminamos con un helado para la peque y con dos cafés, solos, que están a punto de arruinar una agradable comida. Malos hasta con hielo. La combinación del txakoli, el estómago lleno, la rica sombra y la buena sentada que llevamos (en sillas de plástico, eso sí…), invitan a alargar la sobremesa y a soñar con las heroicas hazañas de Churruca. Tomarse una buena copa con la cabeza pegada al grueso muro del Ametza, adivinando el sorprendente interior de la enorme Iglesia de la Asunción tampoco sería un mal plan. Quizás para otra vez.
Abonamos gustosamente con tarjeta de crédito los algo más de 57 € que debitamos por comer, bien, en este clásico restaurante en el centro de Mutriku.
Es cierto que Mutriku tiene mucha vida en el puerto y en todo el casco histórico que circunda los alrededores de Beheko Plaza (plaza de abajo), también a nivel de bares y restaurantes, pero el restaurante Ametza Taberna, a los pies de la iglesia principal de la localidad, es sin duda una muy buena opción para comer en Mutriku.
Bonus track: Prueba los pintxos del Batzoki
Antes de comer en el Ametza, que también dispone de una espectacular barra de pintxos, a la vuelta de la esquina saliendo de la plaza, no olvides pasarte por el Batzoki de Mutriku. Tómate un txakoli y prueba su mítico pintxo de morcilla de verduras. Sin piel, está colosal.
Al igual que el generoso pintxo de pulpo. Buen género y excelentes precios. Y no, no hay que ser simpatizante de la doctrina de Arzallus para degustar estas delicatessen de la casa.
Como nota final de la batalla, nos atrevemos a afirmar que si la estatua del almirante Churruca cobrara vida, él mismo giraría su torso ligeramente hacia la derecha y señalaría con su dedo índice la entrada del restaurante Ametza Taberna. Él tiene claro dónde comer en Mutriku. Allí, reuniría en torno a la buena mesa a todos los combatientes de la histórica batalla de Trafalgar: Españoles, franceses, ingleses y demás aliados. Enemigos en el mar, amigos en la mesa. Como buen anfitrión, Churruca invitaría al ágape a todo el ejército de Horatio Nelson, no dejándoles tomar asiento en otros restaurantes en Mutriku. Porque ante el buen producto y la buena atención, hay que ser caballero y saber rendirse. Al igual que nosotros confiamos y nos rendimos ante las excelentes recomendaciones gastronómicas de nuestra amiga Noemi Lekube. Eskerrik asko!
Valoración @Lonifasiko: 4,2/5
Información práctica
- Dirección: Txurruka Plaza s/n – 20830 Mutriku (Gipuzkoa)
- Teléfono: (+34) 943 603 749
- Precio para 2 adultos y una niña con todo lo descrito aquí: 57,70 €
- Se puede pagar con tarjeta.
- Gastroexperiencia disfrutada en Agosto del 2016.
- Se aconseja reservar mesa en época estival y en días festivos. Te recomendamos comer en las mesas “pegadas a la pared” del local, mejor que en la propia terraza con sombrillas.
- Quizás te interese leer: Paseo Deba-Mutriku
- Mapa con la ubicación del restaurante Ametza en Mutriku.
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4 comentarios sobre “Ametza Taberna, coqueteo gastronómico junto al almirante Cosme Damián Churruca”