Andorra es sinónimo de nieve, Andorra es sinónimo de esquí. El deporte rey del invierno tiene en el país de los Pirineos uno de sus grandes feudos, motor deportivo, turístico y económico del país. En este sentido, el Principado y las estaciones de esquí andorranas han empujado y evolucionado mucho en los últimos años, renovándose y ofreciendo una completa y variada oferta de actividades en torno al esquí y la nieve.
Un claro ejemplo de esta mitad evolución, mitad innovación es la estación de esquí de Grandvalira, el dominio esquiable más grande de los Pirineos. Entre su atractiva propuesta, hay que destacar su orientación y condiciones especiales para esquiar en familia y su amplia oferta de actividades para que los niños disfruten del esquí y de diversas experiencias en contacto con la nieve. Ropa de abrigo, casco, gafas, esquís… ¿Preparados para aprender a esquiar con niños en Andorra, en Grandvalira?
Índice de contenido
Primeros pasos en el mundo del esquí
Los padres y madres cometemos muchos errores con nuestros hijos. Si nos gusta la nieve, uno de ellos puede ser el empeñarnos en que aprendan a esquiar con nosotros desde el principio, sin ayuda externa, actuando nosotros como profesores particulares. La intención de los padres siempre es buena, pero en ocasiones, no es suficiente con la intención.
Durante nuestro viaje a Andorra con niños fue la primera vez en la que Izaro se calzaba unos esquís. Tal y como te contábamos en el post planes y actividades para niños en Andorra, antes de lanzarnos a la aventura de subir a una estación de esquí, nosotros hicimos los primeros pinitos en la zona de Parador Canaro, una zona para debutantes situada entre El Tarter y Soldeu. Allí se puso Izaro unos esquís por primera vez y allí experimentó esas primeras sensaciones extrañas donde el equilibrio y la coordinación brillan por su ausencia.
Primeros pasos para aprender a esquiar que hay que acompañar de momentos de diversión, con bajadas en trineo, muñecos de nieve, etc. Eso, que no falte. Además, te advertimos desde ya que por muy bien que esquíes my friend, y por mucha voluntad que pongas en enseñar a tus hijos, tu formación y paciencia nunca serán suficientes. Es más, es bastante probable que la jornada de iniciación al esquí por tu cuenta acabe como el rosario de la Aurora.
Recomendación de un padre que lo intentó por todos los medios: Antes de llegar a enfados serios y gritos superiores a 32 decibelios que pueden generar aludes, iros a casa y descansad, todos, de una jornada agotadora. Ahí, justo en ese punto es donde hay que empezar a pensar en contar con la ayuda de los servicios profesionales de una estación de esquí, por ejemplo Grandvalira.
Grandvalira con niños: clases de esquí para niños
Bien descansados, y con Izaro deseando montarse en un telesilla por primera vez, al día siguiente decidimos probar las instalaciones de Grandvalira. Accedemos desde El Tarter, donde un telecabina te sube desde la cota 1700 a la zona de Riba Escorxada, a 2100 metros de altitud. En este punto se sitúa la zona de debutantes de El Tarter y una de las escuelas de esquí de la estación.
El precio del forfait de adulto en Grandvalira, para un único día, cuesta 46 € (seguro aparte), mientras que el forfait es gratuito para niños menores de 6 años. Es un buen detalle para fomentar el esquiar con niños pequeños, más aún sabiendo que van a ir acompañados al menos de un adulto, que ya paga suficiente por acceder a las pistas de esquí.
Nada más salir del telecabina de El Tarter, el saludo del paraíso blanco es cálido y afectuoso. Estos paisajes de alta montaña y nieve, en un buen día, animan a cualquiera a aprender a esquiar.
Una sencilla bajada nos conduce desde la salida del telecabina hasta la Escuela de Esquí de Grandvalira, en el sector El Tarter. Esta bajada, si no eres muy hábil ni te ves capacitado, se puede realizar bajando por unas escaleras “acolchadas” y caminando por una esquinita de la pista, sin molestar al resto de esquiadores.
En nuestro caso, le calzamos los esquís a Izaro, que bajó como una reina arropada por las piernas de Alberto Tomba su padre, intentando poner en práctica lo no-aprendido en la jornada anterior.
Nos recibe fuera de la escuela de esquí José Luis, quien nos hace las pertinentes preguntas de si la niña ha esquiado alguna vez, etc. Nos sugiere que estemos algo pendientes durante la primera bajada, por si la peque entra en pánico y le da un ataque de mamitis; insiste en que una vez pase ese rato, andemos a nuestro aire, que no nos preocupemos; es más, casi mejor si nos vamos a dar una vuelta, para que no nos vea y no boicotee la clase. ¿Hace cuántos años que no teníamos un rato para esquiar en pareja?
Profesores de esquí cualificados (y con mucha paciencia)
La principal zona de debutantes de El Tarter se llama Jardí de Riba, y consta de una pista verde, muy ancha, que los profesores utilizan para enseñar a esquiar a niños como Izaro. En nuestro caso, y gracias a Grandvalira, la clase de esquí fue individual, por lo que José Luis se volcará, por espacio de dos horas, en que Izaro aprenda lo más básico en el proceso de iniciación al esquí.
Mola ver cómo poco a poco, con más paciencia que el santo Job, José Luis e Izaro descienden Riba I, una de las pistas fáciles de debutantes de Grandvalira. Realizamos algunas bajadas por esa misma pista para ver qué tal se las arregla la pareja.
Con las gafas y casco todo se disimula, pero intuímos (Laura dixit) que la cara de Izaro, al principio, es de circunstancias. Vemos cómo toman juntos el arrastre o telesquí Riba para volver a subir, y vuelta para abajo, intentando “apretar los botoncitos y abrir la colitas“. Son las divertidas indicaciones de José Luis para aprender a hacer la cuña, la primera maniobra del esquí que se aprende, esa con la que disminuir la velocidad y frenar.
En una nueva bajada en la que coincidimos, y en la que Izaro ve a su amatxo cerca, hay un amago de motín, pero convencemos a la peque para que siga aprendiendo con maixu José Luis. Es hora de alejarnos un poco de la zona, para que la peque no nos busque con la mirada en la pista de debutantes. José Luis sabe mejor que nadie que si la cosa se pone “fea”, se para y punto. Para eso es un profesional como la copa de un pino andorrano.
Jardí de Riba, la zona de debutantes de El Tarter
Tras realizar un par de bajadas a nuestro aire y no verlos en la zona de debutantes, vemos que se han pasado al lado opuesto del edificio de la escuela de esquí. Están en el jardín de nieve, una zona kids-only en la que los niños tienen diferentes juegos infantiles y otra pista verde con algo menos de pendiente.
Aquí no hay telesquí sino una cinta o tapiz mecánico, que les sube cómodamente, como si fuera una alfombra mágica. ¡Más fácil, mejor! Y lo mejor de todo, suben protegidos en un tubo cubierto, perfecto para cuando hace mal tiempo. ¿Necesitas algún cuidado más para tu hijo?
Tranquilos, aprovechamos un rato para esquiar a nuestro aire, aunque pasamos frecuentemente por la zona de debutantes, no vaya a ser que… Paramos frente a la escuela de esquí un rato antes de la hora de finalización de la clase.
Allí aparecen el “profe” y la peque, que viene sonriendo, de buen humor. Dato importante. José Luis, muy majo y cercano, nos da el “parte”, diciendo que la cosa ha ido bien, normal, sin ninguna incidencia reseñable.
Nos comenta que la peque tiene buena movilidad y que no va a tener ningún problema en aprender a esquiar, aunque lógicamente, hay que seguir practicando. Es normal, ha sido una clase de dos horas. Para ello, nos da una serie de instrucciones muy sencillas para seguir practicando, sin forzar; así como nos explica la forma en la que hay que tomar el arrastre con niños, cosa que desde fuera se antoja algo complicada.
Le damos las gracias y nos despedimos los tres de José Luis. Ya en privado, preguntamos a Izaro y nos dice que se lo ha pasado bien, que José Luis era majo. Bueeeno, ¡qué bien, así da gusto! Por lo menos que no le pille manía el primer día, ni al esquí ni al profesor :). Con la intención de aprovechar la buena onda, hacemos un par de bajadas con la peque, intentando poner en práctica las indicaciones de José Luis. No es lo mismo, empezando por la flexibilidad y acabando por la poca paciencia, pero creednos que lo intentamos. Y conseguimos tomar el arrastre sin problemas, ¡y llegar arriba sin caernos los dos! No es tan difícil, aunque la tensa siempre está ahí.
Gastronomía, “terraceo” y parque infantil en Pi de Migdia
Eso sí, notamos que la peque está cansada. Empieza a protestar y a agarrarse a nosotros más de lo debido. Probablemente no es debido al cansancio físico, que también, sino más bien debido a la tensa, al cansancio mental de su “primera vez”. Sólo han sido un par de bajadas very slow con nosotros, pero es suficiente. Es mejor quedarse con buen sabor de boca que realizar una tercera bajada, caerse y acabar “a tiros”, con mal recuerdo para la peque. Es la hora de comer, por lo que como premio al primer día de esquí, subimos andando hasta la cafetería-restaurante Pi de Migdia, también en Riba Escorxada. Vaya lujo de sitio para descansar, admirar los paisajes de Andorra, y reponer fuerzas.
Y lo mejor de todo, ¡con parque infantil! Ése era el premio, un detalle en el que nos habíamos fijado en las bajadas que habíamos hecho a nuestro aire.
Por supuesto, las madres y padres también se merecen un premio, enogastronómico en este caso, en el primer día de esquí con niños en Grandvalira. Ya hemos hecho el día, ¿no?
Así lo piensa Izaro, que no se queda dormida en el telecabina de bajada de milagro. La siesta que se echó ese día en el apartamento fue de campeonato :).
Diversión asegurada para esquiar en familia
El parque infantil es uno de los muchos detalles que tiene Grandvalira en su orientación hacia el esquí en familia. Del parque infantil pasamos al asiento reservado para niños en cada telesilla… Son detalles como estos los que hacen perfecta para niños a una gran estación de esquí.
Sinceramente, con lo experimentado junto a los primeros pasos de la peque y con lo visto por nuestra cuenta, en otro día en el que Miguel tuvo la oportunidad de recorrer gran parte de la estación, tenemos que decir que nos hemos quedado alucinados con la amplia oferta de servicios que ofrece Grandvalira para disfrutar de la nieve en familia.
Circuitos infantiles: Pistas fáciles y divertidos recorridos temáticos
Para los niños que ya saben esquiar algo, aparte de un sinfín de pistas verdes y azules, fáciles y anchas, se ofrecen 5 circuitos infantiles en Grandvalira, en torno a las temáticas BoboBoom Circus, Imaginarium y Mont Magic. Son pistas fáciles que circulan por recorridos temáticos, con divertidas figuras y personajes creados para tal efecto, obstáculos y diversos juegos. Hay prácticamente un circuito infantil por cada sector de la estación.
Son recorridos kids-only, sólo para ellos, en los que los adultos tienen prohibida la entrada. Os juro que lo preguntó una mujer en mi presencia, y una profesora de la escuela de esquí le dijo que no estaba permitido el acceso. Recuerda que esquiar no es una obligación o mal trago, ¡esquiar puede ha de ser divertido!
Los detalles y guiños hacia los peques de la casa, a lo largo y ancho de los más de doscientos kilómetros de área esquiable son muchos. Esperábamos encontrarnos una estación de esquí preparada para el turismo familiar, pero nuestras expectativas se han visto ampliamente superadas. Grandvalira es una estación de esquí muy kid-friendly.
Servicio de guardería y jardín de nieve
Por último, si los padres quieren disfrutar y esquiar un rato sólos, o sentarse en una terraza a tomar el sol, existen servicios de guardería para dejar entretenidos, en las mejores manos, a los peques de la casa. En este caso hablamos de niños más pequeños, menores de 2-3 años, con personal que se encarga de atender y jugar con ellos en espacios indoor perfectamente habilitados y dotados. Al calorcito vamos, nada de salir fuera a jugar en la nieve. Lógicamente, nosotros no hemos probado este servicio. De haberlo sabido hace un par de años…
Incluso existe una fórmula denominada jardín de nieve donde los niños combinan el aprendizaje del esquí con divertidos juegos, por un espacio determinado de horas. Por ejemplo, el jardín de nieve de El Tarter es la zona donde estuvo Izaro en la segunda parte de las clases de esquí con José Luis, la zona de la cinta y tubo cubierto. Allí aprenden a esquiar, mientras que a resguardo y dentro de la cabaña de madera, tienen juegos y entretenimientos varios, una especie de txiki-park. Es un planazo; caro, pero si te lo puedes permitir, es una manera de que toda la familia disfrute, en este caso, por separado.
Consejos para aprender a esquiar con niños
Basados en nuestra experiencia andorrana, aquí van una serie de humildes consejos para que aprender a esquiar con niños no sea una tortura, ni para ellos ni para vosotros:
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- Ármate de toneladas de paciencia. Los primeros días de esquí en familia pueden ser duros y frustrantes. Para todos. Ponte en su piel, están experimentando algo completamente nuevo para ellos.
- Elige “ventanas” de buen tiempo. O al menos, intenta, en la medida de lo posible, no ir a esquiar con mal tiempo. Elementos como la lluvia, la ventisca, el frío extremo y la niebla no harán otra cosa que fastidiar la primera vez de vuestros niños. Si vais a estar varios días, mira el parte metereológico, sé paciente y sube a pistas el día que mejor tiempo anuncien.
- Primera prueba del equipo de esquí. Antes de subir a una estación de esquí (y pagar el correspondiente forfait), busca un sitio, a poder ser llano, donde los niños puedan probar el equipo y experimentar la sensación de deslizarse sobre unas tablas. Aunque sea un rato, es bueno que sepan de qué va esto de esquiar.
- Considera las clases particulares de esquí para niños. Todos sabemos que no es una opción barata, pero contar con la ayuda de un monitor cualificado, dedicado a que tus hijos den los primeros pasos en la nieve, y al que no le van a poder chillar como te harían a ti, vale su peso en oro. Intenta que metan a tu niño en un grupo de nivel de esquí similar, para que la broma te salga más económica. Hay profesores especialistas en enseñar a esquiar a niños, y esto evita que cojan desde pequeños los “malos vicios” que tenemos algunos padres y madres esquiadores.
- Ropa de esquí/abrigo adecuada. Que tú pases frío o acabes hundido al hacer tus pinitos en la nieve, pasa; pero intenta por todos los medios evitar que eso ocurra con tus niños. Hay “buzos” de nieve para niños muy económicos, que no sólo vas a utilizar para esquiar, sino también para andar en trineo o “hacer el mono” en la nieve.
A una mala, siempre hay algún conocido que te puede dejar algún pantalón o anorak para la nieve. Porque no, tampoco hay que comprarles ropa gore-tex para su primera vez.
- Respeta sus horarios y su condición física, ¡son niños! Si un adulto que está aprendiendo a esquiar acaba “derrotado” los primeros días de esquí, ¡imagínate un niño! La primera vez significa tensión, vencer miedos, esquiar con un “extraño”… Es normal que terminen agotados. Si están cansados, y aunque quede día por delante, no les “machaques”, es mejor que se vayan con buen recuerdo y sensaciones, para volver con ganas en otra ocasión. Y si es la hora de comer o la hora de merendar, se para y punto.
- Alquiler de equipo de esquí para niños. No tiene sentido comprar un equipo de esquí a un niño pequeño, ya que al siguiente año, las botas y los esquís se les quedan pequeños. Alquilar un equipo de esquí para niños completo (botas, casco y esquís) cuesta alrededor de 15 €/día.
Nosotros lo alquilamos en la tienda Sports Calbó, en el mismo parking de El Tarter. Déjate aconsejar por expertos, saben mucho más que tú de tallas y medidas.
- Esquiar tiene que ser divertido. El mal tiempo, el cansancio, las caídas, los enfados familiares etc., no hacen sino que la experiencia de aprender a esquiar se convierta en un trauma para todos. Intercala descansos, déjales jugar un rato en el parque infantil, dales algún tipo de premio o recompensa. Esquiar tiene que ser un juego para ellos, algo que les divierta. Si tú, madre o padre, te tienes que tirar a la nieve para que tu hijo se ría un rato, te tiras. Todos hemos hecho payasadas para solventar momentos de tensión o hacerles reír. Si no se divierten, apaga y vámonos.
- Más toneladas de paciencia. Intenta robarle el título al malogrado Santo Job. La necesitarás, la necesitaréis.
Consejos aparte, el esquí nunca fue un deporte barato, empezando por el alquiler del equipo, el forfait para acceder a pistas, y especialmente, las clases de esquí. Sin embargo, para que la iniciación al esquí se realice con paso firme y de forma segura, conviene tener muy en cuenta esta última opción, que además de que los niños aprendan mejor, puede evitar enfados familiares en la nieve ;).
¿Qué te ha parecido la experiencia de aprender a esquiar con niños en Andorra? ¿Y la amplia oferta de servicios y actividades orientadas al esquí en familia que ofrece la estación de esquí de Grandvalira?Tanto si es su primera vez en la nieve como si ya dominan algo el deporte rey del invierno, acudir a esquiar en Grandvalira con niños es garantía de diversión en familia, tanto juntos como por separado. Porque recuerda, esquiar en familia puede y tiene que ser divertido, para todos.
Deseando escuchar cómo fue tu primera vez, o la primera vez de tus hijos. ¡Nos referimos a la primera vez esquiando malpensad=, en la nieve! 🙂
Agradecer a la estación de esquí de Grandvalira haber podido disfrutar de esta experiencia de iniciación al esquí para niños.
Información práctica
- Página web
- Horario apertura: 9:00 a.m. – 17 p.m.
- Teléfonos: (+34) 931 770 586 / (+376) 891 800
- Nosotros accedimos a Grandvalira desde la zona de El Tarter, entre Canillo y Soldeu. Otros puntos de acceso típicos a ese macro-dominio esquiaba son los siguientes: Encamp, Canillo, Soldeu, Grau Roig y Pas de la Casa.
- Cada sector y punto de acceso dispone de un amplio aparcamiento gratuito, junto al telecabina.
- La estación provee un servicio de WIFI gratuito (previo aceptación de condiciones) en puntos de acceso como taquillas y en zonas de restauración o puntos clave.
- Aunque haga buen tiempo y brille el sol, conviene ir bien abrigados y equipados. Las condiciones pueden ser cambiantes y la zona de debutantes en el caso de El Tarter se sitúa por encima de los 2000 metros de altitud, con lo que hace frío.
- El precio del forfait de adulto es de 46 € día (precios de 2016). Si vas a esquiar varios días, sean seguidos o alternos, hay fórmulas con las que el forfait sale más económico. También existe la posibilidad de adquirir un forfait de medio día. El forfait es gratuito para los niños menores de 6 años.
- Mapa con los principales puntos de interés para esquiar con niños en Grandvalira sector El Tarter.
- Dónde comer en Grandvalira. Hay cafeterías y restaurantes en cada sector principal de la estación. En algunos casos, existe más de una opción de restauración. En nuestro caso comimos un bocadillo en una especie de chiringuito denominado Frankfurt Gourmet, en la terraza de la cafetería-restaurante Pi de Migdia, junto al parque infantil. Los precios de la comida y la bebida no son baratos, pero tampoco desorbitados. Hay que pagar el placer de comer algo caliente a más de 2000 metros, es lo que hay.
- Viaje realizado en Marzo del 2016
- Para no tener sustos ni disgustos, seas esquiador habitual o esporádico, te recomendamos que contrates un buen seguro de esquí.
Información para completar tu experiencia en Andorra:
- ¿No te gustar esquiar? Hay vida más allá del esquí en Andorra.
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4 comentarios sobre “Grandvalira, paraíso kid-friendly para aprender a esquiar en Andorra”