Un sábado de mercado en Périgueux no es un día cualquiera. Si el mercado de los miércoles es tradición, el mercado de los sábados en la capital de la Dordoña es religión. Recorrer las diferentes plazas y curiosear los puestos que salpican el centro histórico de Périgueux se ha convertido en algo sagrado; al igual que degustar y comprar algunos productos locales como fresas, nueces o foie gras. Y para rematar, qué mejor que sentarte en una terraza para tomarte un buen vino de Bergerac con alguna de las tapas o raciones que se ofrecen en los coquetos bares y cafeterías de la zona.
Pero, ¿y si tu plan es comer en plan bien, de plato, sentado y con fundamento? Con la traicionera hora de comer en Francia al acecho, y envueltos en ese aura francesa de bon vivant que merodea en el aire los días de mercado, decidimos ponernos a husmear cartas de restaurantes, buscando dónde comer en Périgueux. Paseos erráticos aparte, finalmente confiamos una vez más en las calificaciones y reviews de la dupla Foursquare-Google Maps, y decidimos comer en el restaurante L’Eden en Périgueux. Allez!
Índice de contenido
Dónde comer en Périgueux, capital de la Dordoña
Con una tapa recién comida y una copa de vino blanco a medio terminar, las premisas gastronómicas eran bastante simples: buscábamos restaurantes económicos en el centro histórico de Périgueux, nada de pegarnos un gran homenaje, que normalmente va asociado a gastarse un dineral.
Desde la plaza de la catedral de Saint-Front, por preciosas calles medievales que descienden de forma tan caótica como bella, tardamos apenas 5 minutos a pie en dar con el restaurante elegido. Efectivamente, está cerca. ¿Será el precio asequible? La clásica pizarra fuera del local nos muestra algunas sugerencias de platos e interesantes fórmulas de menú que nos convencen de inmediato. Aparte, la guadaña de la temible hora française está al caer. “No te lo pienses más. Entramos. La niña ya comerá algo“. Typical. To the limit…
Damos a mano derecha con una pequeña barra que ejerce de recepción del restaurante, y preguntamos -con cierto miedo al no- si tienen sitio para tres. Ilusos de nosotros, venimos sin reserva. No problem, parece que ese día Frontis de Périgord nos tenía guardada la última mesa disponible en el restaurant L’Eden.
Atravesamos una especie de cortina o telón que da acceso al comedor principal de este restaurante clásico francés. Luz ténue y gruesas paredes de piedra de lo que parece ser una antigua casa rehabilitada con sumo gusto. El espacio no es demasiado grande, tampoco e margen entre mesas, pero la atmósfera creada es muy acogedora.
Dispone de algún comedor privado más pequeño, y por lo visto en su web, en verano, o cuando el buen tiempo lo permite, el local dispone de una terraza al aire libre donde también ofrecen comidas. Estando en el restaurante Edén, la terraza no se podía llamar de otra manera: el Jardín del Edén.
Diferentes y asequibles fórmulas de menús
Disponen de carta y de varios tipos de menús, pero con la idea preconcebida que veníamos, nuestros ojos se fijan irremediablemente en el menú Eden. Es una de las opciones más económicas, y por lo que pudimos ver en el resto de mesas, una de las más demandadas. La carta está solo en francés, claro indicativo de que es un restaurante frecuentado por gente local, muy francés.
Para los que tenemos la desgracia de no saber francés y sentirnos un poco inútiles en el país vecino, nos atiende un camarero joven, muy majo y atento, que habla perfectamente inglés. God bless you! Él nos aclarará, pacientemente, algunas dudas que nos surgen al leer el menú en francés, ya que nuestra libre interpretación del idioma galo, aderezada con ciertas dosis de imaginación, deja mucho que desear.
Ofrecen la típica fórmula de plato del día, muy común en Francia y en otros países de Europa, pudiendo seleccionar un único plato del menú Eden. De todas formas, por la diferencia de precio, sale mejor la opción que denominan menú express, que no es otra cosa que escoger un entrante y plato principal, o un plato principal y postre del mencionado menú base. Mencionar que los sábados por la noche el comensal no se puede acoger a estas fórmulas reducidas, y en todos los menús, la bebida va siempre aparte.
El menú express, con el que te sirven agua de grifo en una jarra -como en muchos restaurantes de Francia, a ver si aprendemos por aquí-, cuesta 17,90 €. Está muy bien de precio. Nos decantamos sin duda por esta opción, obviando el postre, y decidimos invertir esos euros -y alguno más- en acompañar la gastroexperiencia con algún vino decente.
Echamos un vistazo a la carta de vinos. Esperábamos encontrar bastantes referencias en cuanto a vinos de Bergerac, región vitivinícola muy próxima a Périgueux, pero enseguida comprobamos que las opciones existentes no son demasiadas, y las que hay, no nos convencen demasiado o se disparan en precio. Así, cambiamos de tercio, y de departamento, y nos vamos a un Sauvignon Blanc -por normal general nos chiflan los vinos blancos de este tipo de uva- de la zona del valle del Loira, arregladito en precio. Desconocemos si será muy comercial, pero nos pareció una muy buena opción: un blanco seco elegante, muy fácil de beber, que se comportó de maravilla con los platos de carne y pescado que pedimos.
Cocina tradicional de Dordoña-Périgord basada en producto de calidad
Estando en la zona en la que estamos, famosa por su deliciosa gastronomía, en uno de los entrantes apostamos por un valor seguro a lo largo y ancho de Nueva Aquitania: foie gras mi-cuit de la casa, prensado y relleno con trozos de confit de pato y manzana asada.
Foie gras con trozos de confit, ¡curiosa combinación que nunca antes habíamos probado! El toque de la manzana asada alivia un poco el peso del foie y le añade un punto interesante al plato, al igual que suele ocurrir con aquellas piezas que van rellenas de algún fruto seco. Extraordinaria sencillez y calidad de producto, en formato de generosa ración. Es un buen ejemplo de lo que es la base de la gastronomía en Dordoña-Périgord. Una delicia junto a los panecillos tostados que sacan para la ocasión. ¿Para qué complicarse?
La aventura viene en forma de unos canelones rellenos de bacalao medio-desalado, sobre una salsa base denominada ‘sopa catalana’. Otro entrante generoso, con pasta casera rellena de una lograda masa, muy fina y elegante, que por momentos, no nos parece ni bacalao, sino algún otro pescado más fino. Más que canelones, en plural, podemos hablar tranquilamente de un rico y señorial canelón.
Izaro espera paciente nuestros platos principales. Para este segundo tempo gastronómico, el menú Eden ofrece dos platos de carne, uno de pescado, y un plato vegetariano. Vamos, que hay para todos los gustos y manías. Tras resolver algunas dudas relativas a salsas con nuestro camarero, nos decidimos por el onglet de ternera con cebolla pochada sobre salsa de vino tinto. Tenía el recuerdo de haber probado una vez un onglet en Flandes, y sin saber qué parte de la ternera era exactamente, tenía buen recuerdo, de carne tierna y jugosa. Según la Wikipedia -a buenas horas, mangas verdes-, el onglet es un músculo que separa la cavidad torácica de la cavidad abdominal de la ternera, una pieza -hasta donde yo sé- no demasiado utilizada en la gastronomía de España.
Presentada en tiras o medallones estrechos que asemejan el plato a un guiso, la carne está limpia, sin nervios, tierna y sabrosa. La cebolla pochadita con la salsa de vino tinto está de muerte, al igual que el toque fresco que aporta la cebolla chalota. Izaro come gustosamente parte del plato; y eso que teníamos nuestros miedos con la salsa.
Ambientación perfecta y sobresaliente atención
Obviando una opción de pescado que no acabamos de visualizar muy bien qué es, confiamos en un cuscús vegetariano, con verduras confitadas y pimiento de Espelette. Otro plato potente, sencillo pero muy bien resuelto, con aromas de cocina tradicional, cocina casera.
Las generosas raciones hacen que huyamos definitivamente de la tentación dulce del postre. Eso sí, no perdonamos un rico café y damos buena cuenta del vino del valle del Loira antes de pedir la cuenta.
No hay sorpresas en este aspecto. Nosotros somos de complicarnos disfrutar con el vino, y por ello, la cuenta ascendió a 60,30 €. De todas formas, si no pides bebida más allá del agua de grifo que te sacan per sé, supongo que para ahora ya sabes de sobra dónde comer en Périgueux, muy bien y a muy buen precio. Pagar menos de 20 € por persona por dos platos generosos y bien elaborados, en un sitio coqueto y bien atendidos, en el corazón de Dordoña-Périgord, es un lujo.
Se refleja una vez más que en Francia cuidan mucho el producto local y aman su gastronomía. Nos lo confirmó el camarero al salir, al preguntar de dónde éramos y ensalzar los valores gastronómicos del Périgord, no sin antes desearnos una buena estancia.
Queda claro que comer bien en Périgueux no es caro; lo que es caro -más caro que en España- es la bebida, especialmente el alcohol. Por supuesto, hay otras opciones de restaurantes en Périgueux, pero si buscas un sitio tranquilo y confortable, auténticamente francés, el restaurante L’Eden en Périgueux es un acierto total, con un equilibrio sobresaliente entre precio y calidad. ¿Habremos dado, sin querer, con un discreto pero resultón edén gastronómico en la capital de la Dordoña? Al igual que nosotros, sabéis que las casualidades no existen; a nivel de restaurantes y gastronomía, las casualidades hay que provocarlas ;).
Valoración @Lonifasiko: 4,5/5
Información práctica:
- Página web
- Dirección: 3 Rue Aubergerie, 24000 Périgueux (Francia)
- Teléfono: (+33) 5 53 06 31 08
- Reserva tu mesa en Restaurant L’Eden vía email
- Psssssst! No te olvides decir que vas porque has leído este post en Lonifasiko.com
- Cierra domingos y lunes
- Precio para 2 personas (con todo lo aquí comentado): 60,30 €
- Disponen de opción de plato del día, sugerencias del chef (9,50 € el plato), carta y diferentes menús.
- Se aconseja llamar para reservar mesa, especialmente en viernes, sábados, festivos y época estival en general.
- Gastroexperiencia disfrutada en Abril del 2017 en el marco de un viaje de cuento por Dordoña-Périgord
- Alojamiento en Perigueux
- Mapa con la ubicación del Restaurante L’Eden en Périgueux
Bon Appetit!
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Me encanta!! Me trae recuerdos de nuestros viajes a la Dordoña y al Perigord, esa zona es impresionante en paisajes y en gastronomía. Echa un vistazo a uno de los rtes que fuimos nosotros este verano:http://sweetale.es/2017/03/16/cabanoix-et-chataigne-donde-comer-domme-perigord-negro-francia/
Un abrazo familia!!
Paula Táboas
Hola Paula! Ese restaurante en el que comisteis también tiene una pinta estupenda, especialmente el foie grillé. Qué raro que nosotros no lo vimos en ninguno de los restaurantes en los que estuvimos, porque si no… el foie a la plancha nos chifla! Volvimos encantados con la gastronomía de Dordogne-Périgord, miman mucho los detalles, los locales son por lo general muy coquetos, y cuidan mucho el producto local. Nos quedó mucho por ver en el Périgord-Noir, así que habrá que volver. Gracias por el aporte, un abrazo!