Sin rodeos ni miramientos balcánicos, aquí te recomendamos un restaurante de carretera en el que tienes que parar -sí o sí- si andas cerca de Mostar (Bosnia-Herzegovina) o vas de Croacia a Montenegro. Nos sobran motivos: su esmerada cocina tradicional bosnia, su excelente relación calidad-precio, sus preciosas y amplias instalaciones, y como no, el entorno natural en el que está. Es más, los platos típicos que preparan en el restaurante Old Mill en Stolac merecen un desvío gastronómico en toda regla, estés donde estés ¿No nos crees?
Índice de contenido
Stolac, el pueblo de los molinos sobre el río Bregava
Lo nuestro con el Old Mill Restaurant (‘antiguo molino’ en inglés) fue casualidad. Como casi siempre, una casualidad provocada, en este caso, por Google Maps. En nuestra ruta en coche de Croacia a Montenegro y Albania pasamos por Stolac (Bosnia), una localidad en la que nos llamó mucho la atención la zona del río, de aguas cristalinas y donde vimos a gente bañándose. Así, a la vuelta del viaje, de camino a Mostar, cansados tras un par de lentos trasiegos fronterizos por la carretera de montaña R427, Stolac tenía todas las papeletas para hacer un pit stop gastronómico.
Ubicado en un estrecho valle rodeado de altas montañas, Stolac es un pueblo de ámbito rural y sitio de paso importante en la conexión por carretera entre Croacia, Bosnia y Montenegro, en el tridente Mostar-Dubrovnik-Kotor. Sin llegar al centro de la localidad, decidimos aparcar en un recodo de la carretera, cerca del río. El núcleo de la localidad queda al otro lado del río Bregava, pero nada más empezar con la búsqueda de un sitio para comer, algo desorientados por el calor, topamos con el restaurante Old Mill, en la mismísima carretera R427 por la que venimos. Es tarde y el sitio nos da buen feeling desde fuera, ¡para adentro Romerales!
Sin ser un lumbreras, uno comprueba enseguida que el nombre del restaurante hace honor a lo que fue este sitio en su día. Es un antiguo molino cuidadosamente rehabilitado y acondicionado como bar-restaurante, ofreciendo diferentes espacios para tomar algo y comer en Stolac.
Antiguo molino restaurado con mucho gusto
A la vera del río Bregava, torrente que atraviesa esta localidad famosa por sus molinos y puentes, el murmullo del agua es constante en las instalaciones de este restaurante de Stolac, incluso en los días más secos y calurosos de verano.
Las ruedas del molino ya no muelen cereal, pero se conserva intacta toda la estructura de canales de agua e ingeniería que probablemente hizo de este molino, el más importante de la zona. A buen seguro, vistas sus dimensiones y conductos, fue un gran molino.
Por una pasarela de madera, sin apartar la vista del agua cristalina que rodea una pequeña terraza, un amable camarero, en perfecto inglés, nos indica que podemos sentarnos donde deseemos.
El restaurante cuenta con tres terrazas o espacios gastronómicos, a diferentes niveles y alturas: uno a la altura de la barra, resguardado y con parte de terraza exterior; otro espacio abierto en un nivel inferior, y una última terraza un poco más abajo, cerca del río, concretamente con acceso a una poza en la que es difícil resistirse a meter los pies.
Gastronomía bosnia: platos típicos y especialidades
Sentados cómodamente con una cerveza bien fría ya en la mano, estudiamos la carta, no sin antes escuchar atentamente las especialidades de la casa que nos aconseja el camarero, presentes en la carta. Todos los platos están traducidos al inglés, lo que nos indica que es un sitio preparado y frecuentado por turistas como nosotros que deciden hacer un alto en su camino.
El sitio invita e incita a pegarse un homenaje gastronómico en toda regla. No es objetivo de la parada, sin embargo, qué menos que probar algunos platos típicos de Bosnia y Herzegovina.
Rebuscando entre las diferentes opciones de ensaladas que se presentan en carta, optamos por pedir una sencilla ensalada de tomate. No viene en carta como tal, pero el camarero asiente en que no hay problema.
Cevapi, plato de carne típico de los Balcanes
Tras un sencillo pero rico punto de partida gastronómico que refresca los cerca del 40º de temperatura que asolan el valle, llega la hora del Ćevapi, un plato de carne muy típico en los Balcanes, también en Bosnia.
Es carne picada especiada, cocinada a la parrilla, que en este caso se sirve en formato rectangular. Se podría decir que son unas albóndigas o hamburguesas en forma de salchicha irregularmente artesanal. La carne suele ser de ternera o de cerdo, aunque en este caso, y como punto diferencial y especialidad de la casa, parece que la carne lleva algo de cordero.
El sabor es muy intenso y el punto de jugosidad de la carne es exquisito. Se acompaña de patatas fritas -pena que no sean caseras-, cebollita picada y mahonesa. Plato tradicional de interior, fuente de proteínas y energía a tope, exquisito y muy generoso.
Trucha a la parrilla, la especialidad de la casa
Siempre se asocian los platos de carne y los embutidos a las zonas de ámbito rural como Stolac, pero no hay que olvidar que las impolutas aguas del río Bregava también pueden ser rica fuente de aprovisionamiento de alimentos. Y si hablamos de río y de alimentos, en los Balcanes hay que hablar de la trucha. El camarero nos comenta que la trucha es la principal especialidad del restaurante, pescadas en el río Bregava por supuesto.
De hecho, el propio molino, justo a un lado de la pasarela de madera, dispone de un artilugio, mitad jaula, mitad piscina, donde se pueden ver los peces que tienen ya capturados. Lo que no podemos asegurar es si vendrán directamente de allí al plato, previo paso por la parrilla.
Al pedir la trucha a la parrilla, el camarero pregunta si queremos algún tipo de acompañamiento o salsa para la trucha. Algunas salsas y acompañamientos especiales se cobran aparte, viene todo especificado en la carta. Le pedimos por favor que la salsa de ajo la saque aparte, no vaya a ser que nos unten la trucha de arriba a abajo de una salsa que luego no nos haga gracia. Dicho y hecho. Se percibe seriedad y profesionalidad en los camareros de Old Mill, y por supuesto, amabilidad y ganas de agradar al comensal.
Veníamos de comer trucha y otros muy afamados pescados de agua dulce de Albania como el koran, pero sin lugar a dudas, la trucha a la parrilla de Stolac será recordada como la mejor de este gran viaje. Memorable. De menor tamaño que otros ejemplares degustados, sigue siendo una ración generosa y tiene un sabor mucho más intenso y especial que otros pescados de agua dulce que hemos probado. Señal de frescura cuando la espina se quita a la primera, y la carne se presenta blanca y limpia, con cierto toque rojizo. La magia y el arte de la parrilla, con un exquisito punto de asado, hacen el resto. Laura e Izaro dan buena cuenta del pescado, que aderezado con la salsa de ajo, gana enteros también para el que escribe esta crónica gastronómica.
El calor reinante y el sofoco gastronómico al que estamos sometiendo a nuestros estómagos exige una nueva jarra de cerveza helada, de medio litro. Obviamos el postre. Estamos llenos y hay que conducir rumbo a Mostar, que queda a menos de media hora de camino.
En nuestro breve tránsito por Bosnia, no disponemos de marcos bosnioherzegovinos, pero hay que reseñar que en Old Mill aceptan euros sin problemas. Sinceramente, ni lo intentamos con tarjeta. Pagamos muy gustosamente los 17 € en los que redondean -siempre al alza- el cambio a euros (2 marcos bosnioherzegovinos equivalen a 1 € aprox.). Un entrante, dos platazos principales, tres jarras de cerveza de medio litro y agua, en un restaurante y entorno espectacular, con un servicio magnífico, ¡17 €! Si crees que puedes superar esto, inténtalo; pero hazlo con fuerza y convencimiento, porque yo desde luego no lo veo factible, por no decir que lo veo imposible.
La parada gastronómica perfecta camino a Mostar o Montenegro
Antes de irnos sacamos decenas de fotos de las espectaculares instalaciones de Old Mill, que sin duda, y por lo leído a posteriori, es el sitio que más fama tiene entre los restaurantes en Stolac. Incluso para tomar un café, un refresco o un trago largo, ¡este gastrotxoko merece muchísimo la pena!
Y como no podía ser de otra manera, también bajamos a la terraza del piso inferior y abrimos la puerta de madera que da acceso directo a una poza de aguas cristalinas bajo una cascada, ahora seca. Nos mojamos los pies, esquivando de milagro un más que tentador baño express. Esto en invierno, con agua en la cascada, tiene que ser un auténtico espectáculo natural.
Así que ya sabes: a medio camino entre Mostar, Dubrovnik y la frontera con Montenegro, apunta Stolac como sitio donde realizar una parada. Es el punto perfecto para descansar y reponer fuerzas en tu ruta en coche de Croacia a Montenegro; y ya que paras, intenta parar sobre la hora de comer y regálate una gastroexperiencia bosnia de primera. No te arrepentirás.
Bendito descubrimiento de carretera el restaurante Old Mill en Stolac. Y benditos los platos tradicionales de la gastronomía de Bosnia que con tanto mimo y esmero allí preparan. Volveríamos a cruzar de Croacia a Montenegro por Bosnia, por Stolac, con los ojos cerrados; y no por ver lugares como Perast, Kotor o Budva -que también-, sino por parar a comer cevapi y trucha a la parrilla en este precioso molino rehabilitado. Porque en ocasiones son las cosas simples e inesperadas, las casualidades gastronómicas, las que perduran en el recuerdo de un gran viaje. Que la rueda gastronómica del molino Old Mill Restaurant nunca deje de girar.
Valoración @Lonifasiko: 4,5/5
Si comes en Old Mill tras leer este artículo, anímate a compartir tu experiencia a través de los comentarios, nos haría mucha ilusión saber qué tal te fue y qué te pareció. ¡Gracias!
Información práctica:
- Dirección: S.S. Kranjčevića b.b., 88360 (Bosnia-Herzegovina)
- Teléfono: (+387) 36 853 264
- Se puede pagar en euros.
- Precio para 3 personas (con todo lo aquí comentado): 17 € (al cambio de marcos bosnioherzegovinos)
- Gastroexperiencia disfrutada en Julio del 2017
- Alojamiento en Stolac
- Cupón descuento de 35 € en Airbnb (si es tu primera vez)
- Mapa con la ubicación del Restaurante Old Mill en Stolac
On egin!
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