¿Qué es una masterclass? Este término anglosajón parece haberse puesto muy de moda en los últimos tiempos, y en muchos ámbitos diferentes. La traducción literal nos llevaría hacia el término ‘clase maestra‘ o ‘clase magistral‘, como las que se daban (o intentaban dar) en algunas Universidades de cuyo nombre no queremos acordarnos.
Realmente, no hay mucho más que decir. Sin ser unos dominadores nativos de la lengua de Shakespeare, el término es bien sencillo: Es una clase o taller, normalmente con un componente práctico alto, impartida por un “maestro’, en el sentido de alguien que es experto o sabe mucho sobre la materia que versa la clase.
Hoy en día hay masterclass de todo tipo en la viña del señor: de buceo, de surf, de física cuántica, de redes sociales…, y como no, de cocina y gastronomía, una de nuestras muchas debilidades.
Hoy os contamos la experiencia vivida en el restaurante Aretxondo de Galdakao a finales de Noviembre, de la mano de Gure Sukalkintza. No todos los días se tiene la gran oportunidad de atender a una masterclass gastronómica y tener de ‘profes’ a los siguientes consagrados cracks de los fogones:
- Zuriñe García, chef del restaurante Andra Mari de Galdakao
- Guillermo Revillas, chef del restaurante Aretxondo de Galdakao
- Jose Miguel Olazabalaga, chef del restaurante Aizian de Bilbao
Os contaremos la experiencia vivida de una forma diferente, desgranando las razones por las que todo aficionado a la cocina o a la gastronomía, debería, una vez en la vida, atender a una masterclass de cocina. A nosotros, se nos han ocurrido estas nueve razones:
- Degustar platos innovadores. No lo vamos a negar. Atender a una masterclass suele tener normalmente premio, y suele venir en formato de delicia gastronómica. Podrás no emplatar bien o puede que la salsa no te quede igual de ligada que a los ‘profes’, pero estate seguro que ese día, degustarás platos que normalmente no te animarías a hacer en tu casa; platos que ni se te pasaría por la cabeza intentar hacer. Ojo, después de ‘doctorarte’ en la masterclass, ¿por qué no intentar cocinar a tu familia ese plato que tanto te gustó?
- Trabajo y creación colaborativa. Las cocinas de los buenos restaurantes han de funcionar como un equipo, bien sincronizado, en tiempos y en visión de los platos que se están preparando para salir a la sala. En esta masterclass tuvimos la oportunidad de aprender a emplatar de forma colaborativa, en nuestro caso, con Patrizia, siguiendo atentamente las instrucciones que nos daba Zuriñe. Era un simple emplatado, pero hasta ahí te das cuenta de lo importante que es la colaboración, el trabajo en equipo. ¡Imagínate la importancia de la buena onda de colaboración a lo largo de todo el proceso previo! Yo pelo esto, tú limpias tres piezas de esto otro, aquel se encarga del punto de cocción perfecto, el otro va preparando la salsa…, y finalmente, alguien emplata y culmina, ¡listo para que el camarero lo sirva con elegancia! La cadena de
produccióncreación gastronómica debe funcionar a la perfección, con todos los actores implicados trabajando en armonía, en la misma dirección. - Poder preguntar directamente a los chefs. ¿Quién no ha sentido la curiosidad de preguntar alguna vez, ya sea al camarero o al cocinero, de los ingredientes de esa salsa secreta que tan rica estaba? ¿O el ‘secreto’ para elaborar el relleno que llevaba ese pimiento? En una masterclass, si te asalta cualquier mínima duda, por muy básica que sea, no te cortes, tienes allí a un o unos fenómenos que van a estar encantados de explicar el porqué y el cómo de las cosas. Aurrera!
- Conocer los entresijos de un restaurante por dentro. ¿Cómo será la bodega de este restaurante? ¿Y la cocina? ¿Qué raro utensilio de cocina habrán utilizado para darle esta forma tan curiosa? Al principio de la masterclass, tuvimos la gran suerte de tener como cicerone a Ricardo Asua, propietario del precioso caserío y restaurante Aretxondo, quien nos enseño los rincones más curiosos de este entrañable e histórico caserío vasco. Adicionalmente a este paseo inicial, lo mejor de atender a una clase práctica en un restaurante, es poder ver a los chefs en acción en la cocina; ya sea en la cocina de su restaurante, o en una cocina habilitada o improvisada para la ocasión. Esto te hace observar cómo se mueven en ese espacio, el orden de las cosas, la importancia de la simultaneidad de tareas, los trucos, y por supuesto, te fijas en los utensilios, tipos de sartenes y cazuelas que utilizan.
- Comprobar que los chefs son personas muy humanas. Esa chef a la que le han dado la estrella Michelín, ¿qué tal será? No lo vamos a negar, pero dicen las malas lenguas que a algunos chefs, en ocasiones, los halagos, los soles Repsol y las estrellas Michelín, que no las puntuaciones de Lonifasiko.com ;-), les sientan muy mal, como que se les sube a la cabeza. Bien, he aquí nuestra experiencia con los tres chefs del grupo Gure Sukalkintza: son gente normal, de carne y hueso, que para nada se creen deidades, aunque realmente lo son, al menos a nivel de gastronomía. Puedes hablar con ellos, preguntar, departir, contar un chiste´; al igual que haces tú, comen, prueban, sonríen…¡son humanos, son (grandes) personas!
- Risas aseguradas. El ‘pique’ sano entre los asistentes, y los comentarios jocosos, siempre desde el respeto y la confianza, hacia el trabajo y prácticas de tus compañeros de masterclass, es motivo de buen rollo y risas aseguradas. ‘Mira qué truño de emplatado has hecho‘, ‘anda que qué manera de agarrar la cazuela‘, etc.
- Compartir la experiencia con gente. A la gente que viaja, por lo general, le gusta conocer, o al menos no le da miedo conocer, a gente nueva. En este caso, fue un lujo coincidir con gente que ya conocíamos, pero también conocer a gente nueva. Da igual en qué trabajen, sexo, edad, tengan blog o no, qué filtro utilicen al subir fotos a Instagram…es gente nueva, de la que siempre se aprende. En este caso, además era gente a la que directa o indirectamente, le gusta la cocina o disfrutar de la buena gastronomía. Efectivamente, estuvimos como Pedro por su casa, en nuestra salsa, nunca mejor dicho ;-).
- Te llevas las recetas a casa. Tranquilos, no es necesario que memoricéis todos y cada uno de los pasos y trucos de los platos de la masterclass. Aparte de que es materialmente imposible, no es necesario, porque durante la masterclass, te entregan un pequeño cuaderno con las recetas de cada plato, tanto ingredientes como proceso de elaboración. Podrás tomar tus apuntes en el propio cuaderno, y una vez de vuelta a casa, ¿por qué probar a hacer uno de los platos degustados en la masterclass? Es cuestión de comprar el género, ponerte un delantal, y refrescar la memoria con los apuntes, ¡sin examen final!
- Sentirte (aprendiz de) chef por un día. ¡Qué sensación más…más más! Te pones un delantal, agarras una cazuela, una cuchara, mirada fija en el plato, y aprendes a emplatar siguiendo las indicaciones de un gran chef. Sí, este detalle no te hace ganador del Nobel de Cocina (por cierto, ¿por qué no hay Nobel de Cocina?), pero en el fondo de tus adentros, te sientes importante. Es la sensación de sentirse, ser chef por un día. A ver, en tu casa también te puedes sentir chef, y toda la gente que cocina en sus casas, son de alguna manera chefs, pero la sensación conjunta y aprendizaje experimentado en esta masterclass fue especial. Y sí, lo digo aquí, tranquilamente: me sentí chef por un día!
No sé si te hemos convencido con estos nueve motivos, no era nuestra primera intención, aunque sí la segunda :). En realidad, simplemente queríamos contarte cómo fue nuestra experiencia en este taller práctico de cocina y gastronomía. Además, la clase tuvo lugar en un espacio chulo y emblemático como el Restaurante Aretxondo, rodeados de buena gente, y sobre todo, de gente que sabe mucho de cocina y gastronomía. Bien, pues esto es una masterclass, ni más ni menos, sin pelos en la lengua.
Por cierto, aunque el taller práctico estuvo genial, seguimos pensando que lo mejor de todo es cuando degustas esas delicias gastronómicas en las que has aportado un 0,01%, aunque sea con el emplatado. Cuando has colaborado, cuando has aportado, aunque sea mínimamente, los platos saben todavía mejor.
Ni que decir tiene que los platos, además de novedosos, estaban exquisitos. Hoy no vamos a entrar en detalle a comentar todos y cada uno de los platos, pero si me tendría que decantar por alguno…, personalmente me inclinaría en primer lugar por la sopa templada de ostras, algas y huevas de salmón; y en segundo lugar, por la molleja de ternera, crema de limón y caldo de cerveza negra. Elijo estos dos platos de la masterclass por lo sabrosos, y especialmente por lo diferentes que me resultaron, chapeau! Lo sé, a más de uno le va a sorprender que yo, que no soy nada carnívora, elija la molleja de ternera, pero no nos vamos a engañar, estaba de 10.
Os dejamos un pequeño collage donde se puede ver las delicias gastronómicas que se prepararon y sirvieron en esta nueva gastroexperiencia y masterclass de Gure Sukalkintza.
¿Se os ocurre alguna razón más para acudir a una masterclass de cocina? Seguro que sí, ¿nos dais la décima?
Por último, no queremos olvidarnos de dar una muy merecida felicitación a Josemi por esa estrella Michelin recién conseguida con el restaurante Aizian, zorionak! Zorionak renovados también a Zuriñe porque la estrella Michelin sigue brillando por un año más en lo más alto del Andra Mari; y animamos desde aquí a tope a Guillermo, porque de seguir trabajando igual de bien, él será el próximo en entrar en el olimpo gastronómico ;-).
On egin!
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Super interesante!! y la verdad es que estos eventos te cruzas con grandes profesionales. Saludos
Hola Marcela! Así es, un lujazo conocer a chefs profesionales de esta talla, además de aprender y disfrutar de su cocina. Gracias y saludos!