No es oro, ni plata, ni bronce, todo lo que reluce en los viajes de trabajo o business trips. Cuando tienes un viaje por motivos de trabajo, un business trip, tienes dos opciones en cuanto a la actitud se refiere: la fácil es amargarte y embajonarte desde que sales de casa, ya que muchas veces suelen ser viajes a los que no te apetece un pimiento ir; la otra, es ir en clave positiva, pensando en que más allá de los motivos laborales, es probable que saques algo de tiempo para visitar y saborear ese nuevo destino que visitas.
Normalmente, los integrantes del txoko optamos por esta segunda vía, intentando arañar algo de tiempo al reloj business y disfrutando, en la medida de lo posible, del viaje de trabajo. Dependiendo del destino, muchas veces no hace falta mucho tiempo para captar la esencia de un pueblo, ciudad o región, y ver lo imprescindible, lo típico turísticamente hablando. No, no somos muy amigos del concepto fastravel, pero muchas veces, especialmente durante los viajes de negocios, no queda otra que aprovechar al límite los minutos de tiempo libre para coger unas pinceladas de la ciudad, área o región que visitas.
Esperas y tiempos muertos en aeropuertos, una constante en un business trip (Foto de metroparent.com)