Lonifasiko

Ruta mitológica en familia por las cuevas de Baltzola

Entrada a la cueva de Baltzola


Pocas rutas en Euskadi ofrecen en un recorrido tan corto y sencillo, un baño de geología y mitología vasca tan profundo como el que brinda la ruta de senderismo PR BI 41 en Dima. Con lo visto y lo vivido en primera persona en este recorrido que enlaza los barrios de Indusi y Baltzola, no podemos hacer otra cosa que no sea recomendarte arrancar el coche y poner rumbo hacia esta zona de la Bizkaia profunda. Por su notable fusión de cultura e identidad vasca, a través de la mitología, con las maravillas más misteriosas y desconocidas del interior de Euskadi, la ruta por las cuevas de Baltzola en Dima, pasando por Jentilzubi y el túnel de Abaro, es una espectacular salida que tiene que tener cabida en tu agenda de planes con niños en Euskadi. Ojo, siempre, con el permiso de Sugoi…

Jentilzubi, Baltzola, túnel de Abaro y Axlor, ¡vaya nivel!

Cómo llegar a las cuevas de Baltzola: Localización y acceso en coche desde Dima

Tras dejar atrás el núcleo principal de Dima, conducimos por la carretera BI-2543 camino a Otxandio, afrontando las primeras rampas del puerto de Dima. Pasaremos por diferentes barrios y valles hasta topar con un cruce a mano izquierda, con indicaciones claras hacia el barrio de Indusi y las cuevas de Baltzola.

Cruce al barrio de Indusi

Dejaremos a un lado la ermita de San Francisco de Olabarri, cuya zona anexa también se utiliza como aparcamiento, para cruzar un puente sobre el río y proseguir con el coche por la estrecha carretera. Enseguida topamos con un nuevo conjunto de casas junto a otro pequeño puente sobre el río Indusi. Los carteles nos confirman que estamos en el ‘aparcamiento’ de acceso a las cuevas de Baltzola, pudiendo aparcar a ambos lados de la carretera vecinal, o en una campa de hierba anexa.

Aparcamiento improvisado

El lado menos conocido del Parque Natural de Urkiola

Si bien estamos ‘al otro lado’, conviene recordar que estamos parcialmente en los límites del Parque Natural de Urkiola, uno de los 9 parques naturales del País Vasco, por lo que la señalización será excelente en todo momento. Es más, nada más empezar, postes de madera y un panel de grandes dimensiones nos indican todos los detalles de la ruta de senderismo circular PR BI 41, ruta que parte junto al puente de piedra y que realizaremos parcialmente.

La ruta parte de este puente, con indicaciones muy precisas

Cruzamos el puente y subimos por fuerte pendiente de asfalto hasta el bonito y soleado caserío Gibeltar, alimentado de leyendas a los pies del karst de Indusi.

Izaro parecía decidida a enfrentarse a Sugoi y a Mikelatz

Arco natural de Jentilzubi, primera lección de mitología vasca

El asfalto, guardando absoluto respeto a la abrupta naturaleza con la que convive, se esconde repentinamente y se torna sendero. Accedemos ya a una zona más sombría que nos adentra en el misterioso mundo de los personajes de la mitología vasca. Cruzamos una verja primero y un pequeño arroyo después;  es el río Baltzola. Por terreno irregular, emprendemos de nuevo otra corta subida que en pocos minutos nos planta ante el arco natural de Jentilzubi (“Puente de los Jentiles” en euskera).

Sí que tenían fuerza los jentiles sí…

La mitología vasca atribuye la construcción de este irregular puente o irregular arco de piedra a los jentiles, unos seres mitólogicos vascos de fuerza sobrehumana, muy dados a lanzar piedras y a la construcción de ritos funerarios como cromlechs y dólmenes. ¿Vendrá de ahí nuestra manía pasión y cultura por el levantamiento de piedras? Sea como fuere, la ciencia, los geólogos para ser más exactos, optan por la teoría de que Jentilzubi fue en realidad la boca o entrada original de una enorme cavidad, probablemente unida con las actuales cuevas de Baltzola y Axlor, cuyo techo se desplomó.

Continuamos caminando por la ruta PR BI 41, que alterna tierra y piedras por momentos, hasta que el camino efectúa un viraje brusco a la derecha, con el objetivo de acometer un fuerte repecho.

Boca Norte de la cueva de Baltzola desde la ruta PR-BI 41

En este punto y curva, desde donde se oyen voces con eco, abandonamos la ruta señalizada y ¡comienza la aventura! Tomamos el sendero que sale a mano izquierda y asciende entre la maleza. Es una subida corta pero dura, en la que conviene llevar a los niños de la mano, ya que hay que salvar bastante desnivel en poco tiempo y esquivar molestas ramas y algún que otro gran bloque de piedra. Tras evitar resbalones varios y salir victoriosos, el sendero nos planta en la entrada noreste de la cueva de Balzola. Mucho ojo si se va a realizar la bajada por este sendero.

Boca noreste de la Cueva de Baltzola

Recorrido interior por la cueva de Baltzola, morada de Sugoi y Mikelatz

Hemos ascendido hasta este punto porque nuestra intención es atravesar y recorrer el interior de la cueva de Baltzola. Quien prefiera obviar esta misteriosa experiencia y dejar la adrenalina para otro día, que ni se plantee subir hasta aquí, no merece la pena. Si es tu caso, mejor prosigue el ascenso por la ruta señalizada, hasta dar con una campa de hierba y unos letreros de madera situados sobre la otra boca principal, dirección sureste, de la cueva de Baltzola.


Ruta PR-BI 41 que rodea la cueva de Baltzola

De todas formas, habíamos venido a jugar y a explorar, ¿verdad? 😉 Conviene adentrarse con sumo cuidado en el acceso a la cueva por la entrada noreste. El acceso se realiza en pequeña bajada y la roca está muy desgastada en este punto, con lo que se recomienda ir provisto de calzado adecuado y de ayudar a todo aquel que lo necesite, especialmente a niños. No es complicado, pero hay que prestar mucha atención de dónde se pisa si no queremos caer a un pequeño hoyo calizo anexo a la entrada.

Ojo con las paredes y piedras desgastadas de la entrada

Entramos en el mundo subterráneo y misterioso de Baltzola, la morada de Sugoi, un ser mitológico que unas veces se manifiesta en forma de dragón y otras en forma de serpiente de dos cabezas. Sugoi, denominado a veces Sugar, es conocido por su capacidad para transformarse, según la ocasión, en ser humano, y sobre todo, se le conoce por ser el marido de Mari, la dama de Anboto, la diosa de la mitología vasca. La unión de su pasión y amor se personifica en Mikelatz, hijo de ambos a quien también se atribuye Baltzola como lugar de residencia. ¿Nos juntaremos a la dupla padre e hijo?

En el interior de la cueva de Baltzola. Entrada Norte.

Atravesar la parte noble de la cueva de Baltzola es sencillo, pero conviene hacerlo con precaución por lo irregular y resbaladizo del terreno calizo que se pisa. Si la visitamos en fin de semana, probablemente nos cruzaremos con gente, pero se recomienda encarecidamente llevar una linterna o un frontal para ir viendo dónde pisamos. Un pequeño trayecto en la oscuridad absoluta, entre charcos y rocas húmedas, acompañado del inquietante sonido rítmico que producen las gotas de agua que moldean la cavidad, nos conduce a una amplia sala desde donde se visualizar la otra salida o entrada, la boca sureste de la cueva.

Sala principal, boca sur y boca lateral

Somos diminutos en las entrañas del karst de Indusi, bajo el subsuelo del monte Bargondia. Impresionan las dimensiones de esta cavidad. A mano derecha, vemos un ‘ojo’ natural que ejerce también de entrada lateral a la cueva, donde se perciben los desprendimientos de grandes rocas acaecidos en tiempos probablemente lejanos. En la parte más oscura, multitud de pasadizos y cuevas más pequeñas se adentran en los aposentos más secretos de Sugoi, probablemente donde recibe con sus mejores galas y trucos amorosos a Mari. Linterna en mano, solo queda tener un poco de espíritu aventurero y andar con precaución con los techos de la cueva, que son bajos en algunas zonas.

Boca Sur de la cueva

Vías de escalada en Baltzola: pasos aéreos de fama mundial

Más allá del aire misterioso contagiado por la mitología vasca, hay que subrayar que la cueva de Baltzola es conocida a nivel mundial por sus famosas vías de escalada. De hecho, tanto en una boca de la cueva como en la otra, no será raro ver a osados escaladores desafiando las leyes de la gravedad, en unas paredes calizas que los expertos no dudan en calificar como extraordinarias.

Interior de la cueva de Baltzola

Cintas, mosquetones y otros materiales para equipar vías de escalada forman parte del paisaje de Baltzola, cuyas vías – muchas de ellas de máxima dificultad – son muy apreciadas, y visitadas, por escaladores de todo el mundo.

Mosquetones y cintas forman parte del paisajes

La boca sureste de Baltzola engaña. Vista desde fuera, es una especie de arco muy amplio en altura y en anchura, sin embargo, la salida de la cavidad se realiza por un paso bastante angosto incomodado por grandes bloques de piedra. Probablemente, producto del desprendimiento entretenimiento de los jentiles, que no se contentaron con construir Jentilzubi.

Estos bloques de piedras, ¿los pondrían también los jentiles?

Fuera de la cueva, entre maleza, enfilamos un estrecho sendero que discurre paralelo al río Baltzola, que justo en este punto, filtra sus aguas en el subsuelo. No es cómodo caminar por aquí, y menos con niños y con barro. Significar que la boca o entrada sureste (por la que hemos salido nosotros) es la entrada más habitual y sencilla a la cueva de Baltzola, por la que entra la mayoría de la gente que accede, en ligero descenso, desde el barrio de Baltzola.

Boca sur de la cueva, hacia el barrio de Baltzola

En este punto tenemos varias opciones: tomar un sendero embarrado a mano derecha y enlazar de nuevo con la ruta PR BI 41 para continuar dirección al barrio de Baltzola por terreno más cómodo; o seguir el difuminado sendero junto al río hasta dar en cuestión de dos minutos con la entrada al túnel de Abaro, otra de las maravillas geológicas de este entretenido paseo en familia. No problem si elegimos la primera opción, ya que también podremos acceder, desde una cota superior y en sentido contrario, al túnel de Abaro.

Túnel de Abaro, un perfecto pasadizo tallado sigilosamente por el río Baltzola

Es verlo y sonreir como un besugo. Siendo de Euskadi como somos, es un pecado que hayamos tardado tanto tiempo en descubrir este singular y caprichoso pasadizo natural. ¿A qué te recuerda? No seas malpensado ;).


Caprichosas formas de la naturaleza

El túnel de Abaro, también conocido como ‘Behikobea‘ (‘cueva de vacas’) en euskera, es un singular pasadizo natural bajo la mole caliza de Bargondia. A diferencia de la cueva de Baltzola, se puede recorrer sin luz artificial, ya que la boca de salida es bien visible desde la boca de entrada. Eso sí, no mojarse es ya otra historia. El río Baltzola ha tallado aquí una milimétrica obra de arte a lo largo de miles de años; y sigilosamente, aunque tú no te des cuenta, continúa moldeando estas paredes y este suelo calizo día a día, milímetro a milímetro. Él nunca tuvo prisa.

Impresionante

Cruzar el túnel no tiene ninguna complicación, tan solo hay que esquivar algunas piedras y el propio curso del pequeño arroyo, que serpentea de lado a lado, imitando el movimiento de cola de Sugoi. Lo que no se recomienda es adentrarse en este túnel, ni en la cueva de Baltzola por supuesto, en días de fuertes lluvias, cuando el río baja crecido. Podríamos llevarnos un buen susto.

El aparentemente tranquilo río Baltzola

La salida o entrada por la boca sur del túnel es ligeramente complicada, especialmente si se va con niños pequeños. Hay que salvar un pequeño desnivel con grandes bloques de piedra depositados al lado de una pequeña cascada que efectúa el río, y el terreno, al ser muy sombrío, está bastante húmedo y resbaladizo. Lo de siempre: mucha precaución y de la mano.

Hay que andar con cuidado en este tramo de subida/bajada

Salvado este escollo, el estrecho sendero continúa remontando el cauce del río a media ladera, entre maleza, para aflorar finalmente en una verde y tranquila vaguada. Momento y punto ideal para descansar y comer algo a la vera de algún pequeño meandro.

Río Baltzola, el ‘causante’ principal de todo este modelado kárstico

Barrio de Baltzola, el otro punto de acceso a las cuevas

Tan solo queda cruzar, por donde podamos, a la otra orilla del río y volver a enlazar con la pista de la ruta PR BI 41 que hemos abandonado anteriormente. En un rápido y entretenido recorrido que se interna en el bosque bajo el monte Garaio, nos topamos con las primeras casas y caseríos del barrio de Baltzola en Dima.

Porche de caseríos antiguo en el barrio de Baltzola

Dejamos atrás los paisajes salvajes y paranormales, las múltiples leyendas que asolan el lugar, y nos encaramamos entre caseríos modernos y abandonados, a la parte más alta del barrio, dando con el aparcamiento y la explanada donde se asienta la conocida ermita de San Lorenzo en Baltzola. Por cierto, a posteriori nos hemos enterado de que junto a esta ermita, hay una pequeña cavidad conocida como la gruta de la virgen de Lourdes, en versión vizcaína por supuesto, en honor a la veneradísima virgen francesa.

Un sitio que invita al descanso

Cueva de Axlor, el yacimiento que desmontó muchas teorías sobre los neandertales

La ermita de San Lorenzo marca el final de nuestra particular ruta de senderismo mitológico entre Indusi y Baltzola. Desde aquí, los más animados – no demasiado recomendable con niños pequeños – podrán continuar la ruta circular PR BI 41 y ascender a la cima de Garaio, volviendo a salir a las inmediaciones del túnel de Abaro, para enlazar y volver al punto de partida en Indusi. En nuestro caso, al no tener intención de alargar más la ruta ni disponer de coche ‘comodín’ en este punto, me tocará deshacer con Mari en solitario la distancia de 2,6 kilómetros entre el barrio de Baltzola y el barrio de Indusi. Por la pista y sin entretenimientos de por medio, siempre en ligero descenso, el trayecto se realiza de forma muy ágil.

La pista que conecta los barrios de Indusi y Baltzola, la ruta PR-BI 41

La única parada que realizaré será en las inmediaciones del sendero de acceso a la boca noreste de Baltzola, donde para completar la jornada, tomaré un sendero, perfectamente señalizado, que desciende a la famosa cueva de Axlor, protegida con una verja de hierro. En este abrigo y yacimiento descubierto y excavado por José Miguel Barandiarán se encontraron restos humanos neandertales, piedras talladas, múltiples restos de animales y notables puntas de lanza y otros utensilios del Paleolítico Medio. Al parecer, los hallazgos y posteriores estudios determinaron nuevas teorías sobre el modo de vida y comportamiento de los neandertales. Axlor es conocida por ser una de las pocas cuevas de España donde se han encontrado restos humanos neandertales.

Aquí se encontraron restos humanos neandertales y puntas de lanza

El divertido sendero saluda de lejos a Jentilzubi y continúa el descenso, devolviéndome de sopetón al camino que asoma al radiante caserío de Gibeltar, donde tocamos asfalto. De vuelta en el aparcamiento, solo queda coger el coche, volver a Dima, y desde allí, ascender por una serpenteante carretera, entre barrios y paisajes vascos de ensueño, hasta el barrio de Baltzola, donde me esperan Laura e Izaro, mis compañeras de aventuras. Lo fácil que enlaza el discurrir del río Baltzola estos dos puntos, y la vuelta que hay que dar con el coche para conectar estos dos conocidos barrios de Dima.

Caserío Gibeltar en barrio de Indusi

En resumen, la ruta de senderismo PR BI 41 es una magnífica oportunidad para adentrarte en las profundidades de la Bizkaia más desconocida y recibir un primer baño de cultura y mitología vasca.


Grandioso

En pleno Parque Natural de Urkiola, quizás hemos echado en falta algún panel o recurso didáctico (¿qué tal una app?) adicional para que los niños jueguen y aprendan en torno a los seres mitológicos vascos y las leyendas que jalonan este singular recorrido, pero por lo demás, la excursión a las cuevas de Baltzola lo tiene todo para triunfar.



Booking.com

Poco más que añadir. La ruta a las cuevas de Baltzola en Dima, pasando por Jentilzubi y el túnel de Abaro, es una ruta de senderismo relativamente sencilla a nivel técnico y perfectamente realizable, con cierta precaución, en familia, con niños pequeños.

Es una ruta bastante sencilla

Y si te va un poco la aventura, con cabeza y cierta precaución, tienes el aliciente y oportunidad de atravesar un par de curiosas cuevas moldeadas durante millones de años en el laberíntico karst de Indusi. ¿Quién da más? Nos reafirmamos en que pocos rincones y excursiones en familia en Euskadi ofrecen tanto por tan poco. Es lo que nosotros conocemos como ‘un domingo perfecto en Euskadi‘.


Información práctica:


Información para completar tu excursión y/o viaje por Euskadi:


Saludos!



Si el artículo te ha gustado o la información proporcionada en él te ha parecido útil, valóralo con las estrellitas que ves aquí abajo y compártelo con tus amig@s y… enemigos. Es la única forma que tenemos de llegar a más gente y de seguir adelante con este proyecto que apuesta por ofrecer contenido de calidad de manera independiente y gratuita.

3.9 / 5 ( 10 votos )

También puedes contactar con nosotros desde aquí y seguir nuestras aventuras e interactuar en Twitter, Facebook e Instagram. Gracias por tu tiempo, comprensión y ayuda. ¡Buen viaje! 😉