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Paseo otoñal por el embalse escondido de Ibai-Eder


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Entre las numerosas ramificaciones de carreteras secundarias, y consiguientes puertos de montaña, que parten desde la señorial Azpeitia hacia Tolosa y Beasain, existe un valle y paraje natural, que por desconocimiento, merece mención aparte. Conduciendo agradablemente por la carretera que va desde Azpeitia a Beasain por el alto de Mandubia, dejamos atrás los bucólicos núcleos poblacionales de Urrestilla y Nuarbe para meternos de lleno en el típico paisaje del interior de Gipuzkoa, ligeramente distorsionado por el hormigón del embalse de Ibai-Eder. ¿Habías oído hablar de este mágico paraje natural escondido en la “Gipuzkoa profunda“?

Un sitio mágico en la “Gipuzkoa profunda”

Así es, el embalse de Ibai-Eder, también conocido como pantano de Nuarbe, parece querer esconderse, tímido y desconfiado, de la creciente masa de turistas que visita Euskadi en los últimos tiempos. Aproximadamente dos kilómetros después de dejar a mano izquierda el curioso núcleo poblacional de Nuarbe, dividido administrativamente entre Azpeitia y Beizama por el río Ibai-Eder, y famoso por su equipo de sokatira, una curva a derechas, antes de llegar al conocido enclave rural de Matxinbenta, nos descubre el enorme muro y desagúe de hormigón de la presa artificial de Ibai-Eder. Este desconocido rincón está realmente cerca de Azpeitia.

El desagüe y muro del embalse, una obra faraónica en su día

No hay mucho espacio para aparcar en la entrada del embalse, siendo una zona que queda algo expuesta hacia la carretera, por lo que la gente suele meterse dentro y aparcar a lo largo del muro de contención de la presa, que tendrá aproximadamente cerca de 500 metros de largo.

No hay un “aparcamiento” como tal, pero se aparca a la par del muro y listo

Paseo circular de 8,5 kilómetros en familia

Venimos con la firme intención de realizar el paseo o ruta circular de senderismo que bordea el perímetro de este embalse, que recoge, entre otras muchas, las aguas del río Ibai-eder (“río bello” en euskera). El recorrido, obvio y sin pérdida posible, está perfectamente señalizado con balizas de madera cada 500 metros, y tiene la nada desdeñable longitud de 8,5 kilómetros. ¿Dispuestos a dar la vuelta al embalse de Ibai-Eder en Azpeitia?

La vuelta circular tiene 8,5 kilómetros de longitud

Visto que te hemos convencido, significar que es posible realizar el recorrido en un sentido o en otro, indistintamente. Si nos apoyamos en el muro de contención y miramos hacia el agua, el tramo que comienza a bordear el embalse por la parte izquierda está asfaltado, pudiendo transitar incluso algunos coches autorizados, mientras que el camino a recorrer por la parte derecha del embalse, el sentido lógico si atendemos a la numeración de los postes, comienza en forma de amplio y cómodo sendero, entre frondosa vegetación.

Una ruta prácticamente llana, ideal para hacerla con niños

La parte de la izquierda, a pesar de circular en su mayor parte entre bosque, es más luminosa y propicia a recibir los rayos del sol, mientras que la parte de la derecha tiende a ser bastante sombría, acumulando mucha humedad y algo de barro por momentos, debido a las últimas lluvias y al rocío de las noches.

“Ihintza” significa “rocío” en euskera

Sin saber nada de esto previamente, decidimos no desafiar a la lógica y realizamos la ruta de senderismo partiendo por la parte derecha del embalse. El sendero, que parece querer esconder una antigua base de asfalto, realiza un par de quiebros para despistar, y cuando tenemos los pies ligeramente mojados por el rocío matinal, se va convirtiendo paulatinamente en una pseudo-pista más amplia de tierra y gravilla.

La orilla derecha alterna zonas de sol y sombra

Caminaremos bordeando el embalse dirección este, prácticamente a la par que la calzada que se dirige hacia el alto de Mandubia. Durante un tramo, escucharemos cerca el paso de coches que circulan en un nivel inmediatamente superior a nuestro camino.

Recorrido perfectamente balizado, con postes de madera cada 500 metros

Encontraremos durante todo el recorrido bancos de madera, donde debido a la humedad y a la vegetación, difícilmente nos podremos sentar y ver algo. Es una pena pero las infraestructuras del embalse de Ibai-Eder, principalmente bancos y vallas de madera, no parecen estar muy cuidadas.

Una pena que muchos bancos no tengan vistas o que estén deteriorados

Dar la vuelta al pantano de Ibai-Eder: A pie o en bicicleta de montaña

El recorrido es prácticamente llano, una excursión fácil y cómoda para ir con niños a pie. En cambio, no le damos el “ok” para que los niños pequeños puedan realizarla en bicicleta, ya que el terreno es irregular en algunos puntos, tanto en esta orilla derecha como en la posterior parte asfaltada, y las protecciones de madera que salvaguardan el recorrido en algunos puntos, necesitan algún que otro arreglo.


Las protecciones de madera están deterioradas en algunos puntos

Aproximadamente a los dos kilómetros del comienzo, nos adentramos en una “cola” del embalse, adentrándonos en un valle estrecho en el que el embalse se convierte, simple y llanamente, en el río Ibai-Eder.

El valle encajonado que desciende desde Matxinbenta

Una estupenda pasarela de madera nos permitirá salvar la vaguada de este río que es el alimento principal de los 11,3 hectómetros cúbicos de agua que puede almacenar el embalse.

Pasarela de madera que salva el río Ibaieder

Es a partir de esta zona, y tras dejar una fuente (que suponemos será potable) a mano derecha, cuando el piso del recorrido muta enteramente al asfalto.

Desconocemos si será potable, aunque entendemos que sí

Parajes sombríos llenos de vida y vegetación

Aunque el cambio de orilla es obvio, seguimos bordeando el lateral derecho del embalse, y seguimos sumidos en una inquietante humedad que hace florecer plantas, setas, sapos, babosas y otro tipo de biodiversidad local. En algunos puntos del recorrido, el suelo (y las babosas) pueden ser motivo de algún imprevisto patinazo. Mi menisco y yo os lo decimos por experiencia :).

La ruta discurre mayormente por parajes sombríos

Avanzamos a buen ritmo por un piso muy irregular. A buen seguro, la humedad, las filtraciones de agua, el invierno y las raíces de los árboles no ayudan mucho a que la capa de asfalto se conserve en su plenitud. No son baches ni socavones, sino continuos montículos que afloran en el asfalto, como si fueran seres extraños que quisieran escapar de la fría masa gris.

El estado del asfalto es bastante irregular

Como comentábamos, sin protección hacia la zona de agua en muchos tramos, y debido a estas irregularidades del terreno, el recorrido no es muy aconsejable para que niños pequeños vayan en bicicleta o patines. A buen seguro, un adulto sobrellevará sin problemas el traqueteo de este maltrecho asfalto sobre la bicicleta de montaña, pero la situación se ve complicada de gestionar en el caso de niños pequeños (que no saben rodar firmes, que todavía giran demasiado el manillar).

El recorrido nos deja postales muy bonita sobre el embalse

Otoño, la época ideal para visitar y recorrer Ibai-Eder urtegia

Con alguna que otra ligera subida y bajada de por medio, seguimos identificando especies de setas y contando babosas, a la par que vamos viendo postes de madera que nos recuerdan lo andado y lo que nos queda para terminar esta preciosa ruta circular.

En busca del número que esconde el siguiente poste de mandera

A través de un pequeño puente que vadea una regata, damos un giro prácticamente de 180º hacia la izquierda, para situarnos ya definitivamente sobre la orilla izquierda del embalse, la “orilla luminosa”. Por momentos, parece que salimos de las sombras de Mordor para recibir la lujuria de los rayos del sol. Cuesta que dichos rayos penetren entre los altos árboles, pero se nota el calor, o mejor dicho, se nota menos la humedad y el fresco de la zona previa.


Ibai-Eder, también conocida como Nuarbe, fue construida en el año 1991

Por lo demás, otoño es una época muy bonita para dar la vuelta al embalse de Ibai-Eder de Azpeitia. La vasta vegetación que cubre este valle desconocido de Gipuzkoa explota en mil colores en esta época, y la sutil lluvia de hojas es una constante durante el recorrido. Por momentos, caminamos cual estrellas de cine por una alfombra y pasarela de otoño.

Otoño, una buena época para recorrer Ibai-Eder

Con alguna que otra protesta por parte de la peque, pero intentando jugar a adivinar el número que aparecerá en la siguiente baliza del recorrido, alcanzamos el otro extremo del muro del embalse.


Llegando al punto de partida

Qué hacer en Azpeitia con niños: Paseo por el pantano de Nuarbe

Guiándonos por lo que estamos acostumbrados a ver en el embalse de Urkulu o en la presa de Aixola, y sin llegar a niveles de sequía dignos de Almería, podemos decir que el embalse de Ibai-Eder está muy por debajo de su capacidad en la actualidad. Son muy llamativas las marcas de antiguos niveles de agua que estuvieron muchos metros por encima del nivel actual. Tranquilos, pronto volverá a llover con ganas en Mordor Country.

El nivel de agua es muy bajo en la actualidad

Sólo nos queda recorrer la línea recta de asfalto desde un extremo del muro de contención hasta el otro, donde hemos aparcado. Recorreremos este tramo en patines, con los que hemos cargado durante 8 kilómetros, ¡para nada! Como decíamos, no es un recorrido ideal para que los niños pequeños anden en bici o en patines con total libertad, a excepción del último tramo.

Vistas del valle que desciende al barrio de Nuarbe

A un ritmo tranquilo, pero sin mucha pausa, en nuestro caso tardamos algo menos de 2 horas en completar el paseo alrededor del embalse de Ibai-Eder en Azpeitia. Es una ruta circular muy sencilla, prácticamente sin desnivel, ideal para hacerla con niños pequeños. Si se tienen dudas sobre el punto de partida ideal, así como de lo que puedan aguantar los peques de la casa, quizás lo más recomendable sea comenzar por la parte de la izquierda, ya que el piso es más uniforme, de asfalto, y la zona es menos sombría que la orilla derecha.

Una de las rutas más cómodas y asequibles en los alrededores de Azpeitia

Si estás buscando qué hacer en Azpeitia con niños, por cercanía, esta excursión es muy sencilla y agradable para pasar la mañana, o la tarde, en familia. Quizás se echa en falta alguna mesa o zona de merendero durante el recorrido, para poder disfrutar de un pic-nic casero, pero llegado el caso, podremos descansar y recuperar fuerzas en alguno de los bancos que salpican este asequible paseo por los alrededores de Azpeitia.

Información práctica


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