Lonifasiko

11 razones para compartir nuestros viajes en la red


Valora qué te ha parecido este artículo

A veces siento que no tenemos intimidad. Todo el mundo sabe dónde hemos estado el finde; qué hemos visto, qué hemos hecho e incluso qué hemos comido.

Esta compleja afirmación realizada por Laura una tarde de lunes de Marzo del 2016, me hizo reflexionar. Mucho. Más de lo que pensáis. Es más, me preocupó tanto que corrí a echar un vistazo a lo que había publicado en nuestra fanpage de Facebook durante las últimas semanas. No vi nada grave, pero sí es verdad que en ocasiones nos obsesionamos con compartirlo todo en la red, en tiempo real, casi por encima del momento del disfrute. Este detalle en forma de alerta femenina me ha removido por dentro y me ha hecho indagar por enésima vez en el verdadero porqué de Lonifasiko – Viajes y gastroexperiencias. ¿Por qué escribir un blog de viajes con niños? ¿Por qué compartir la experiencia y los detalles de nuestros viajes, de nuestra vida, en la red? Hoy contestamos a todas y cada una estas preguntas después de la publicidad foto, ¡vamos allá!

Relatar nuestros viajes en la red. ¿Bueno o malo?

Tener un registro histórico de los viajes realizados (para Izaro)

Hay gente que nos dice que viajamos mucho y que conocemos un montón de sitios. La primera afirmación no es cierta, y la segunda, es medio-cierta. Nosotros preferimos decir que “nos movemos bastante”. Sin grandes viajes, salimos y nos escapamos a la mínima que podemos, eso es todo.

Fans del concepto”escapada”

No hablamos en este punto de pulverizar récords ni establecer marcas viajeras. Para nada. Izaro, a punto de cumplir 5 años, todavía no se da cuenta de muchos detalles de todos los sitios que visitamos. Por muy kid-friendly que sea la excursión o discurso, hay cosas, como es lógico, que no recordará cuando sea mayor. Ahí es donde entra en juego este blog de viajes y gastronomía. Cuando sea mayor y tenga capacidad para leer las chapas viajeras de sus padres y comprender, queremos que este blog le ayude a revivir momentos, rememorar viajes y recuerdos. En definitiva, darse cuenta de lo afortunada que ha sido y de lo mucho que ha visto y aprendido.

¿Qué pensará dentro de unos años?

Y no sólo para Izaro. Dentro de muchos años, estoy convencido que Laura y yo nos emocionaremos viendo fotos y leyendo alguno de nuestros viejos artículos. Aquellos maravillosos años.

Ayudar a la gente

Internet ha cambiado nuestras vidas y nos ha dado mucho en todos los sentidos. También a la hora de preparar viajes y conocer destinos. La palabra “compartir” fue la esencia de aquella Web 2.0 en la que nos subimos a todo tren, con la que tan identificados nos sentimos. Compartiendo detalles e información práctica sobre nuestros viajes y escapadas intentamos de alguna forma devolver ese “favor” a la red. A la gente. Porque es de bien nacido ser agradecido.

Es de bien nacido ser agradecido [Foto: Magnus Karlsson; Licencia: CC BY-SA 2.0]

Si la información que publicamos te ayuda de alguna manera a planificar mejor tu viaje, a conocer mejor un destino antes de visitarlo, perfecto. Nosotros hubiéramos agradecido mucho saber las rutas no accesibles con sillita de niños en el Parque Natural de Izki. Después de sufrirlo, qué menos que contarlo para ahorrarle la tortura de excursión a otras familias viajeras. Si la información práctica que publicamos te ayuda a la hora de elegir hoteles y restaurantes, o te puede ahorrar malas experiencias que hemos vivido en nuestras carnes, chapeau! Que queda claro que tampoco somos una ONG viajera.

La hemos “cagado” muchas veces. Si te ayuda a que tú no lo hagas, perfecto.

Culturizarse y seguir aprendiendo en el post-viaje

En cualquier visita o excursión se aprende algo nuevo. Pero cuando vas a escribir sobre un sitio, al menos en nuestro caso, nos gusta informarnos y documentarnos. Es en esa fase donde verdaderamente se aprende y se fijan conceptos. Tenemos muchas neuronas ocupadas por artículos de la Wikipedia y diferentes webs en las que aterrizamos para poder escribir sobre un sitio con información cierta y precisa. El último ejemplo: La leyenda de Erasmo Lueger, el bandolero del castillo de Predjama. Allí, a nuestro aire y con el tiempo justo, sólo vimos un espectacular castillo. Hoy sabemos la leyenda del personaje que habitó el castillo, que es todavía más grande.

Lo que se aprende tras el viaje, supera en ocasiones al propio viaje

Viajar es la mejor de las inversiones. Cada viaje te enriquece como persona, te culturiza, per sé. Preocuparte de escribir bien sobre algún sitio, con información veraz, también pone en marcha la maquinaria del aprendizaje. Y creednos, tan maravilloso es visitar sitios como lo es conocer datos, anécdotas e historias alrededor de los sitios. Esa información contextual hace muchas veces que el cóctel viajero se torne único y explosivo.

Inspirar Generar emociones que incitan a viajar

La palabra “inspirar” nos produce mucho vértigo. Suena a que alguien muy influyente, un artista por ejemplo, guía tus pasos, tu carrera, tu ser. Nosotros no inspiramos. Para nada. Compartimos fotos en la red y contamos nuestra experiencia y punto de vista, muy personal, de los sitios que visitamos. Si se da la remota casualidad que tú, tras leer alguna publicación nuestra, decides visitar ese mismo rincón, que sepas que nos alegra mucho. Por cierto, ¡dínoslo, que nos hace mucha ilusión! 😉


Inspirar, no. Sugerir o dar ideas, sí.

Pero ni aún en ese caso nos atrevemos a decir que te hemos inspirado. Dejémoslo en que hemos compartido una foto o cierta información sobre un sitio, y ese hecho ha generado algún tipo de emoción o interés en ti. Eso ya es un triunfo inesperado para nosotros. Si hemos propiciado un 0,1% de emoción que te ha hecho viajar o visitar un sitio a posteriori, que sepas que ese simple detalle nos hace esbozar hoy una gran sonrisa.

Relatar aventuras viajeras en primera persona, a nuestra manera

En ocasiones nos preocupa el efecto de amplificación y viralización que pueden llegar a tener ciertas publicaciones en la red. Con gente que lo está pasando realmente mal, nos consideramos unos privilegiados por poder viajar y disfrutar de la vida a tope. Carpe diem! Porque ya hay demasiados blogs de viajes generalistas, nosotros hemos optado por contar viajes y escapadas de forma muy personal. Intentando evitar, en la medida de lo posible, el postureo viajero-bloguero que tan de moda parece estar. Anécdotas y experiencias vividas en primera persona se entremezclan con humor y ciertos guiños de actualidad. Nos gusta mucho escribir. Es nuestro estilo, nuestra forma de ser y de contar las cosas.

Un viaje sin (son)risas, no es viaje

Nos gusta la buena vida. ¿Para qué negarlo? Sería engañaros y auto-engañarnos. Eso sí, sin caer en la grosería ni en la falta de respeto. Aunque algunas veces lo pueda parecer, especialmente en lo que a gastronomía se refiere, no queremos que nuestra presencia y actividad en la red evidencie chulería, prepotencia u ostentación.

¿Para qué negarlo? Nos gusta “cuidarnos”

Si alguna vez ha ocurrido, u ocurre, dadnos una colleja, hacednos unfollow y ponednos de vuelta y media. Es probable que nos lo merezcamos. No somos ni pretendemos ser perfectos, ni políticamente correctos; somos nosotros mismos, con nuestros miles de defectos, y contamos las cosas como las contamos. Si no te gusta, lo sentimos. De verdad.

Nos encanta “hacer el mono”. ¿Algún problema?

Dar a conocer gente y sitios “que se lo merecen”

Nos fascinan los sitios curiosos. Recónditos o cercanos, nos referimos a sitios que encierran una historia. Al hilo, nos entusiasma la gente que sabe contar historias. Rincones que pasan desapercibidos en las guías turísticas, donde el tiempo parece haberse detenido; donde viven personas que aman su tierra pero no se benefician de ese motor económico llamado turismo global. En ocasiones, hay sitios y personas que nos “marcan” tanto, que creemos merecen una mención especial por nuestra parte.

Hay sitios y gente que se lo curra y se lo merece

Hablar de ellos en nuestro blog, mencionarles en redes sociales, es el único y humilde homenaje que les podemos hacer. Es nuestra forma de darlos a conocer y mostrarles gratitud por la experiencia vivida. Se lo merecen.

Animar a la gente a viajar con niños

Viajar con niños es muy jodido. Quien diga lo contrario, miente. El choque mental es aún mayor si anteriormente a tener hijos estabas acostumbrado a hacer lo que te daba la gana: Sin horarios, sin fechas, sin destinos, sin prisas. No worries. Es jodido y al principio cuesta adaptarse, pero se puede viajar con niños. A otro ritmo, pero por supuesto que se puede. Es más, es divertido y gratificante, te da otro punto de vista sobre los viajes y destinos que visitas en familia.

¡Con niños también se puede viajar!

Éste es otro de los motivos por los que escribimos en Internet: Queremos desmitificar la falsa creencia, casi leyenda urbana, que dice que cuando llegan los niños, se acabó el viajar. Te contaremos experiencias buenas y experiencias malas al viajar con niños, porque de todo se aprende. ¿Alguna de nuestras publicaciones te ha ayudado o te ha dado ideas para futuras escapadas en familia? ¿En serio? Misión cumplida.

Vamos a contar verdades tralará…

Por respeto al trabajo y forma de ganarse el pan de la gente, a no ser que nos hayan hecho mucho daño, nunca “atacaremos a muerte” a nadie aprovechando los altavoces sociales con los que contamos. Eso sí, nos gusta contar la verdad y nada más que la verdad. Por ello, si algo no nos gusta, es caro o la experiencia es mejorable, lo diremos. Tanto in situ como en la red. Esconderse y escudarse en el anonimato de la red es de cobardes. Por ello, de forma educada y sin faltar al respeto, no nos morderemos la lengua al hablar sobre nuestras experiencias.

Verdades como croquetas, sin medias tintas

¿Por qué? Porque toda crítica constructiva, feedback y sugerencia de mejora, escrita desde el respeto y la educación, debería verse como algo positivo.


Descubrir y poner en valor la verdadera Euskadi

No somos, ni nos gustaría ser, bisnietos de Sabino Arana, pero somos y nos consideramos muy vascos. Amamos Euskadi profundamente. Disfrutamos, y en ocasiones nos emocionamos, difundiendo la belleza y la cultura de esta tierra tan especial en la que vivimos. Somos muy afortunados de vivir aquí. No hace falta decir que en Euskadi se vive muy bien. Firmes convencidos de que vivimos en un paraíso (en el que llueve mucho), una de nuestras debilidades en la red es dar a conocer diferentes rincones de Euskadi.

Amar Euskadi

Hay una Euskadi que va más allá de la Euskadi que sale en las guías turísticas y recomendaciones oficiales. Hablamos de la Euskadi de interior, de la Euskadi más rural. Dar a conocer esa verdadera y auténtica Euskadi es sin duda otra de nuestras grandes misiones y objetivos en la red. Por muy lejos que viajes, tus raíces, tus excursiones de domingo y tus recuerdos están aquí. Que sepas que intentaremos por todos los medios que te entren ganas de conocer “la otra Euskadi”. Ya puedes ir desempolvando el diccionario básico de euskera.

“La Otra Euskadi”

Compartir (y aprender) es amor

Que escribas un artículo sobre un sitio y que un lector, con toda la razón del mundo, te corrija. Ha pasado. En más de una ocasión. ¿Enfadarnos? ¿Por qué? Se contrasta la información, y si tiene razón, se corrige el artículo y punto. Que para eso tenemos un medio online, no impreso. Y por supuesto, se le dan las gracias, porque gracias a su comentario, has aprendido una cosa que difícilmente se te olvidará.

#AlwaysLearning [ Foto: GotCredit; Licencia CC BY 2.0]

Comentarios que complementan a la perfección la información que tú proporcionas en tu artículo; lectores que se ayudan entre ellos; gente que comparte nostálgico tu publicación en un grupo de Facebook de “Vascos en las Américas”; recomendaciones en tiempo real que te hacen a través de Twitter o Facebook cuando estás de viaje. Todo ese conocimiento y experiencia que la gente, sean conocidos virtuales o amigos, te entrega en bandeja de planta, de forma gratuita, es impagable, y no hacen sino enriquecerte como persona. De nuevo, el compartir y el aprendizaje colaborativo sacan a relucir la verdadera esencia de la Web 2.0, la Web Social.

“Corrillos” familiar, donde también se aprende mucho

Interactuar y conocer gente, virtual y físicamente

En los últimos años, gracias a los viajes, el blog y las redes sociales, hemos tenido la suerte de conocer mucha gente. Virtualmente a algunos, físicamente a otros; con algunos hay más feeling, con otros menos. Barreras on/off aparte, estos encuentros e interacciones no hacen sino abrir tu mente y enriquecer tu círculo de contactos; tu experiencia, tu visión de la vida.


La experiencia siempre es un grado

Somos de los que piensan que la desvirtualización es necesaria para conocer bien a las personas, cara a cara, a la luz del día. Pero sí es verdad que lo virtual empieza a tener un peso importante en nuestras relaciones. Cada vez más. En ocasiones llegan al blog comentarios muy curiosos, que dan pie a conversaciones e interacciones virtuales incluso emotivas. Hace poco, y como ejemplo de vínculo remoto generado por el blog, nos ocurría la siguiente experiencia:

  1. Martina, una señora uruguaya, de abuelos vascos, nos escribe dándonos las gracias por la información tan útil de este post sobre Milán. De nada.
  2. No sólo eso, sino que empatiza con nuestra filosofía viajera y nos dice que “viajar y ver mundo es lo mejor que le podéis dar a vuestra hija“. Totalmente de acuerdo.
  3. Finalmente nos cuenta que quiere traer a su nieta, llamada Maite, de la edad de Izaro, a conocer Euskadi, para que sepa de dónde vienen sus raíces.

Puede parecer ñoño, pero para nosotros, son pasajes bonitos y emotivos. Gracias a nuestra presencia en la red hemos podido vivir historias que te llegan a emocionar, conexiones que te tocan mucho la fibra.

La pasión y la emoción siempre son clave

Son innumerables los comentarios de agradecimiento que recibimos, tanto de forma pública como de forma privada. Qué menos que responder a esa gente que invierte algo de su tiempo en darte las gracias. Queda buena gente en el mundo y estamos teniendo la suerte de interactuar y conocer a mucha de esa buena gente. Somos unos privilegiados, sí.

Queda muy buena gente en el mundo

Finito. ¿Te parecen suficientes razones? Independiente de lo que te parezca, son nuestras razones para tener un blog de viajes. Y punto. Que quede claro que de momento NO escribimos en esta bitácora por y para:

Ya ves. Sin trampa ni cartón, éstas son las razones por las que un buen día decidimos empezar a compartir viajes en la red de redes. Siendo conscientes de que compartir nuestros viajes y cierto tipo de información puede volverse en tu contra y generarte situaciones embarazosas, esta reflexión, que no auto-justificación, nos hace sentirnos orgullosos de tener y escribir en un blog de viajes. Sí, cada uno tiene sus hobbies y paranoias.

En ocasiones veo ojos… Y también viajes, y blogs!

Los motivos aquí esgrimidos son además suficientemente poderosos como para seguir alimentando con pasión y mucho trabajo este intangible tesoro virtual convertido en proyecto viajero familiar. Al menos ésa es nuestra intención. Hasta que cuerpo y mente aguanten. O mejor dicho, hasta que nos dejéis de aguantar ;). Larga vida a los blogs y larga vida a Internet!



Disclaimer: Si os hemos decepcionado o alguien se ha sentido ofendido alguna vez con algo que hemos publicado, tanto en el blog como en nuestras redes sociales, lo lamentamos profundamente.


SaludoX!

Ah! No olvides que también puedes seguir nuestras aventuras a través de nuestros perfiles en Twitter, Facebook, Google+, Instagram y Pinterest. ¿Mucho estrés? Sí, nosotros también confiamos en que no aparezcan más redes sociales ;-).