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Olla podrida en Burgos: dónde comer un menú para ponerte como el Kiko


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Es un plato tradicional que se cocina en diversos puntos de la geografía española, pero sí es verdad que la olla podrida en Burgos es todo un reclamo gastronómico en muchos mesones y restaurantes de la provincia castellana. Como no podía ser menos, lo hemos probado y queremos compartir contigo dónde comer olla podrida en Burgos capital. Te contamos nuestra experiencia gastronómica en el restaurante Rincón de España, justo al ladito de la catedral de Burgos. Desabróchate el cinturón ante de seguir leyendo, ¡la olla podrida está a puntito de despegar!

Olla de barro donde se sirve la olla podrida

Olla podrida: ¿Qué es y qué ingredientes lleva?

“¿Qué es la olla podrida?” Es la típica pregunta que se hace todo el mundo cuando lee por primera vez el divertido nombre de este singular plato gastronómico. El principal ingrediente de la olla podrida son las alubias rojas o judías, que se cocinan como antaño, muy lentamente, y se sirven en una olla de barro. Este tipo de recipiente mantiene muy bien el calor y consigue que la alubia se haga bien, incluso se acabe de hacer, sin la molestia de que quede dura. La procedencia de la alubia puede ser muy diversa, pero tiene especial fama la olla podrida de Burgos, con alubia roja de Ibeas de Juarros, un pequeño municipio muy cerca de Burgos capital.

La siempre concurrida plaza frente a la catedral

Sin embargo, sin querer restar importancia a la afamada alubia de Ibeas, la responsabilidad de la contundencia del plato recae principalmente en la pila de ‘sacramentos’ que se añaden a la base del cocido: morcilla de arroz, chorizo, tocino, costilla, manita de cerdo, rabo, oreja, relleno, etc. Los condimentos que acompañan a las alubias pueden variar ligeramente, dependiendo de la zona y de las existencias que tengan, pero la bomba de relojería está siempre más que asegurada en este plato.

Foodporn burgalés del bueno. Que no falten las guindillas en vinagre, of course.

Normalmente se sirven por separado las alubias y los mencionados derivados hiper-calóricos del cerdo; en olla y en cazuela de barro respectivamente. La idea es servirte varios cazos de alubias en el plato, y luego, cada cual añade los ingredientes que más le apetezcan, dependiendo de tus gustos o de la capacidad digestiva de tu estómago.

Origen y significado de la olla podrida

¿De dónde viene el término ‘olla podrida’? La olla podrida es un cocido que se elabora en diversas zonas de España, principalmente en Castilla y León y en Extremadura. A nivel de Burgos, que es lo que nos atañe aquí, su origen se fija en la comarca de Arlanza, en el tridente que forman las bellas localidades de Lerma, Covarrubias y Santo Domingo de Silos. De ahí se ha ido extendiendo a otras zonas burgalesas, y en el caso de la capital, Burgos se ha ‘apropiado’ de la receta para servirla en muchos menús  de corte turístico, junto con las famosas alubias rojas de Ibeas. Tirar de producto local y ‘hacer provincia’. Me parece una política gastronómica muy acertada, la verdad.

Ingredientes de la olla podrida de Burgos

Hay varias teorías en cuanto al origen del nombre de ‘olla podrida’. En lo que atañe a la palabra ‘olla’, por la forma en la que se cocina este cocido tradicional, el origen está más que claro. Y según la Wikipedia y el cartel del restaurante Rincón de España, el adjetivo ‘podrida’ podría venir:

Dónde comer olla podrida en Burgos capital

Aclarado el concepto, vamos al lío, que ahora no hay que ser pariente del Cid Campeador ni descendiente del Duque de Lerma para poder degustar un buen plato de olla podrida. Es más, este plato se ha convertido ahora en una especie de icono de la cocina burgalesa, al igual que el lechazo y la morcilla, y se ofrece en infinidad de mesones, tascas y restaurantes en Burgos. Además, ha tenido la suerte de saltar al primer escalón gastronómico, pasando de ser un plato de cocido, un primer plato de menú del día, a un ‘plato turístico’ que incluso se sirve en formato de menú. ¡Bendita olla podrida!

El restaurante está situado muy cerquita de la ‘joya de Burgos’

Ya nos quedamos con ganas de probar este plato en las tierras bañadas por el río Arlanza, por lo que no pudimos resistirnos en las tierras castellanas que cruza el Arlanzón. Todo, por culpa de una pizarra que llama poderosamente nuestra atención. No hay escapatoria gastronómica.

Entrada al bar-cafetería

Restaurante Rincón de España en Burgos

Lo más lógico hubiera sido evitar los restaurantes cerca de la catedral de Burgos. Ya sabes, por aquello de no pagar el pato de la ‘turistada gastronómica’. Sin embargo, siendo festivo y andando, como andábamos, tarde y relajados, no había mucha más opción que entrar y preguntar en  todos aquellos locales que se encontraran en nuestro camino.

Ubicación excelente, junto a la catedral

Para nuestra sorpresa, nos dan sitio para comer en el restaurante Rincón de España, al lado de la catedral. “Qué miedo. Aquí, hoy, nos la van a meter doblada” pensé. Lógicamente, el ‘sí’ tiene trampa. No es llegar y besar el santo, sino que tenemos que esperar a que se libre alguna mesa. “Cerca de 20 minutos” nos dicen. No hay prisa… Mientras haya vino.


Cordero, cochinillo… ¡y olla podrida!

Para hacer más llevadera la espera, nos quedamos en la zona de barra, ya que este clásico y concurrido local también funciona como animado bar, con raciones y pintxos interesantes, buenos vermuts y buenas referencias de vinos, con protagonismo, como no, para la Ribera del Duero y para la D.O. Arlanza. Psssst! Mucho ojito con esta última D.O. Sorpresón de vinos.

Buena selección de vinos en barra

La espera pasa de la media hora. Menos mal que se une al grupo el amigo Carmelo Rodero; y las aceitunas aliñás que nos sirven en barra. Así, la espera se hace más agradable y llevadera.

Horno de leña y amplia carta de vinos

El restaurante dispone de tres zonas de comedores, dando asiento a muchos más comensales de lo que pueda parecer desde fuera. Allá donde termina la barra, tras soñar con más de una botella de la estupenda y cuidada vinoteca que tienen, se pasa al comedor principal.

Lujazo de vinoteca. Qué ganas de abrir una puerta…

Como prolongación natural del clásico comedor principal, se sale a una especie de terraza exterior acristalada, algo menos fashion pero útil y correcta; y para estar donde está, muy bien aislada y calefactada, Aquí comemos.

La terraza interior tampoco es un mal sitio para comer

El tercer comedor también viene en formato de terraza acristalada, con el plus de que mira hacia la plaza de la catedral de Burgos. No lo elijas por las vistas ya que vas a estar en un recinto cerrado (al menos en invierno). Suponemos que estará igual de bien calefactado que el comedor anteriormente comentado, aunque desde fuera, parece ser más endeble y estar más expuesto al frío castellano.

Comedor principal del restaurante, un sitio clásico.

Menú olla podrida con alubias de Ibeas

El restaurante Rincón de España dispone de carta y de diferentes menús. Tienen fama en esta casa, tal y como reza el cartel fuera del local, el cordero y el cochinillo asados en horno de leña.

De aquí salen los corderos y los cochinillos 😉

Sin embargo, por lo visto en mesas anexas, se ve que la opción que se lleva la palma es su menú especial de 18,5 €, con primer y segundo plato, postre, pan, agua y vino. Es correcto. Se come bien.

Un plato del menú especial, que tampoco está mal. E incluye vino.

Pero veníamos a lo que veníamos, ¿no? 😉 Así es, para qué andar con tonterías. El menú olla podrida del restaurante Rincón de España cuesta 18 € IVA incluido, y como su propio nombre indica, incluye la degustación de la famosa olla podrida burgalesa. El menú dispensa pan pero no bebida, no al menos vino, que va aparte. Pensábamos que al menos incluirían el vino que sacan con el otro menú, pero no es el caso. Ni vino, ni entrante ni postre, ¿para qué? El menú ‘solo’ consta de la dichosa olla podrida.

¿Olla podrida, menú o carta?

El procedimiento es bien sencillo: un camarero trae la olla de barro y te sirve amablemente unos buenos cazos de alubias rojas. No te pongas nervioso… Te dejan la olla sobre la mesa ;). Para que repitas.

Las alubias, incluso solas, están riquísimas. Tienen un toque ligeramente picante.

Las alubias solas están muy ricas. Están en su punto perfecto y el caldo sobre el que se asientan tiene un toque pelín picantón. Personalmente me encanta.

‘Sacramentos’ locales: morcilla y relleno de Burgos

Pero la olla podrida va más allá de las famosas alubias de Ibeas. Los condimentos supremos vienen en la siguiente vuelta del servicio de sala. Si habéis pedido la olla podrida entre varios, te plantarán una cazuela de barro enorme en la mesa, donde comenzarás a seleccionar a tus siguientes víctimas gastronómicas. De salivar.

‘Sacramentos’ de la olla podrida. Amén.

La cazuela está caliente y todos los sacramentos bailan al unísono en un acompasado chup-chup que huele que alimenta. No pueden faltar la morcilla de arroz, el chorizo y la panceta o el tocino. También podrás encontrar pata, costillas y relleno de Burgos. El relleno no es más que una especie de tortilla compacta a base de miga de pan, ajo, perejil, pimentón y sal. Brutal.

Relleno de Burgos, un gran descubrimiento
Vino tinto Carmelo Rodero joven (Ribera del Duero)

Con tanta contundencia sobre la mesa, se hace necesario pedir buen vino para acompañar. La carta de vinos del restaurante es espectacular, con referencias de la Ribera del Duero que harán brillar los ojos de más de un winelover.

Amplia y variada selección, con especial atención a los vinos Ribera del Duero y Arlanza

Para seguir con la fiesta que comenzamos en barra, hemos pedido una botella de Carmelo Rodero, un Ribera del Duero joven que acompaña a la perfección este potente plato y que viene bastante arregladito en precio, 15 €. Su precio en barra es de 12 €.

Muy buen sabor de boca con este vino.

Satisfechos con el vino, cuando acompañas una cucharada de alubias con algún ‘tropiezo’ del animal más generoso del mundo, la olla podrida estalla en todo su esplendor. Si tenemos que destacar algún acompañamiento, destacaríamos el tocino, producto de calidad y bien cocinado, y el relleno de Burgos, otra de las sorpresas picantes de la jornada.

Restaurante clásico cerca al lado de la catedral de Burgos

Gracias al vino no echarás fuego por la boca, pero te aseguro que saldrás con la boca bien calentita. Digestiones aparte, repetirás, vaya que sí repetirás. Puede haber ligeras variaciones pero aproximadamente un menú de olla podrida da para dos buenos platos de alubias, más los correspondientes sacramentos por persona.


Calientes y humeantes. Huele que alimenta. Rico-rico.

Allá cuidaos si alguien se atreve con el postre después de semejante festín. Yo preferí pasarme directamente al café y al chupito de orujo blanco. La digestión de la olla podrida es pesada y complicada para estómagos delicados, por lo que se aconseja pasear por la ribera del Arlanzón o subir hasta las ruinas del castillo de Burgos. Es por no recomendarte aquí, públicamente, que te bebas varios chupitos de orujo blanco o te tomes unos gintonics en alguna terraza del centro; que también…

Las alubias solas están muy ricas, pero claro, ¿cómo resistirse? 😉

Y hasta aquí lo que se daba sobre la gastroexperiencia en torno a este plato de la cocina tradicional burgalesa. Es un menú sencillo pero contundente, y en nuestra sincera opinión, si te gustan los platos de cuchara, éste es un buen sitio para comer olla podrida en Burgos. Lleva camino de convertirse (si no lo es ya) en un reclamo gastroturístico, pero la experiencia en el restaurante Rincón de España de Burgos, en contra de algunas opiniones que hemos leído en Internet, fue más que satisfactoria.

Muy fan, desde ya, de la olla podrida de Burgos

Si estás buscando dónde comer en Burgos cerca de la catedral,  aquí tienes una buena opción, sin trampa ni cartón, con olla podrida :). Buen servicio una vez sentados, amplia capacidad de comensales, un par de turnos de comidas, cordero, cochinillo y buenos vinos. What else? Como no, el menú olla podrida, que no incluye pero requiere vino. De hecho, para disfrutar plenamente de la ‘Olla Podrida Experience’, te aconsejamos encarecidamente que acompañes este plato castellano como bien se merece: con un vino tinto del Arlanza o de la Ribera del Duero. ¡Qué menos!

Hala, y ahora que ya sabes dónde comer olla podrida en Burgos capital, ya puedes respirar muy hondo, meter tripa y volver a abrocharte el cinturón ;). Y si tienes alguna otra recomendación de restaurantes en Burgos donde degustar este plato, o alguna otra curiosidad que contarnos sobre la olla podrida, no dudes en dejarnos un comentario con la información y la recomendación. ¡Muchas gracias!


Valoración @Lonifasiko: 4/5


Información práctica:


¡Completa tu experiencia en Burgos!


On egin!

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