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Arrieiro Praia, el gastro-chiringuito clandestino de la playa de Lapamán


Porque no sólo hay chiringuitos en las playas del Mediterráneo y en la zona costera del Sur de España. Aunque así lo parezca, la Costa Cantábrica y la Costa Atlántica gallega, esas grandes olvidadas, también tienen sus chiringuitos playeros. Es más, por estar siempre a regañadientes con la climatología normalmente menos benigna del norte de la península, estos chiringuitos tienen para nosotros un valor añadido que los hace sobrevivir incluso en tiempos revueltos.

Para demostrar nuestro afecto gastronómico por estos “valientes” chiringuitos, hoy nos vamos a comer a un chiringuito ubicado junto a las frías aguas de la ría de PontevedraTomen asiento (de playa) y prepárense para comer en el chiringuito Arrieiro Praia, en la playa de Lapamán, la más salvaje y bella entre las playas de Bueu.

Postureo gallego-playero

Playa de Lapamán, bello y salvaje arenal en la ría de Pontevedra

¡Qué maravilla de playa! A pesar de visitarla en Agosto, en teórica temporada alta, tuvimos la sensación de estar prácticamente sólos durante toda la mañana en la praia de Lapamán. Es un arenal amplio, con tupida vegetación que llega hasta la propia playa, y con frentes de rocas en sus extremos. Comentábamos que esta playa de Bueu puede pasar por cualquier playa salvaje del Pacífico de Costa Rica. Lo decimos totalmente en serio.

¿Galicia o el Pacífico de Costa Rica?

Y después de pasar toda la mañana en la playa, paseando, haciendo castillos de arena, jugando a las palas, etc., lo que más apetece, especialmente a los adultos, es tomarse algún refrigerio y aperitivo, a la rica sombra.

¿Lo mejor del sol? ¿La sombra?

Hay que diferenciar que hay dos chiringuitos en la playa de Lapamán. Por una parte, y en primera línea la línea cero de playa, está el chiringuito Amelia.

Típica caseta metálica sobre la propia playa

Este clásico remolque adaptado a bar de playa, con el añadido de un suelo de madera, mesas, sillas y sombrillas, está situado sobre la propia arena de la playa. Aquí sirven bebidas y puedes comer un helado o una bolsa de patatas fritas y similares, pero olvídate de comerte una tapa, y mucho menos, de comer en condiciones. Eso sí, gran sitio para tomarte una cerveza en la sombra o contemplar el atardecer sentado. Los precios, para estar donde está, y comparando con Euskadi, no son caros.

“Zona cero” del chiringuito

Para comer en condiciones, te animamos a que camines hasta la entrada principal de la playa, subas cuatro escaleras y mires a tu derecha. ¿A que no te habías fijado al bajar las escaleras hacia la playa?

Un chiringuito… “diferente”

Chiringuito “clandestino” y “alternativo” a pie de playa

Allí está, sin que ningún cartel advierta de su presencia enogastronómica, casi en clandestinidad. El chiringuito Arrieiro Playa es una extensión playera del Mesón do Arrieiro, un clásico restaurante gallego situado en la carretera entre Bueu y Marín.

Entre la vegetación que parece querer comerse la playa, totalmente a la sombra, una mesas con mantel de cuadros azules y blancos, de plástico, invitan a una larga sentada. Si vienes en bañador, y a pesar de ser Agosto, notarás enseguida que en este sitio nunca hace calor. Es más, en la sombra hace bastante fresco.

Chiringuito con mesas a la sombra

Ya sentados y con algo de ropa por encima, nos damos un garbeo por el chiringuito, que aparte de las mesas exteriores, tiene una especie de zona chill-out algo casera, con diversos sofás, puffs, asientos con mullidos cojines e incluso una especie de cama.


“Zona chill-out” exterior del chiringuito

Llama la atención que el chiringuito también dispone de una zona que funciona a modo de tienda, ¡una tienda de ropa y complementos! Sí, justo al lado de la barra, algunos maniquíes visten vestidos y van engalanados con complementos y bisutería de bastante buen gusto. ¿Tomarte una cervecita y comprarte un bonito collar? ¿Cómo llamamos a esto Laura, shopping playero?

Chiringuito-tienda-chill-out, tres en uno

Tras la inspección visual de la zona, volvemos a sentarnos para tranquilidad del chico joven que nos atiende. Carta cantada, nada de carta física o folleto con indicaciones de platos y precios. Si tienes dudas, especialmente por el precio de los manjares que aquí sirven, pregunta, no vayas a tener luego sustos con la cuenta final.

Comer en Bueu: Platos típicos de la cocina gallega

Hoy no venimos a comer pulpo ni otro tipo de marisco, que también lo tienen; queremos comer algo en plan sencillo, en plan picoteo y raciones para compartir.

Zorza mía que están en los cielos…

Optamos por una ensalada mixta y unos pimientos de Padrón como entrantes. La ensalada viene en bol, abundante, bien aliñada y con apuesta por el producto local. Buena lechuga y buen tomate, probablemente de alguna huerta de aquí al lado. Fresquita, entra de cine.

Sencilla a más no poder, pero a base de buen producto

Estamos en Pontevedra, Padrón no queda muy lejos. Generosos pimientos verdes, con ese punto de sal gorda que le dan una gracia divina y superior. Comer pipas es aburrido, mientras que comer pimientos de Padrón es la mar de divertido.

Unos pican… Y otros non! 🙂

Raciones, picoteo y albariño casero

A pesar de que ningún pimiento nos hace poner cara de susto debido al picante, nos hemos curado en salud. Si bien la playa suele ser feudo teórico para la cerveza, nos hemos animado con un vino blanco gallego. El chico, joven, no acierta a darme referencias y precios de albariños y ribeiros que tienen disponibles. “Venga, que hoy me dejo aconsejar, recomiéndame algún albariño que esté bien a nivel de relación calidad-precio“. No hay manera de obtener alguna recomendación concreta. Qué pena, no nos entendemos, y hoy tenía buen rollo. El chiringuito, como es lógico, no tiene una extensa oferta enológica, pero finalmente, por no alargar más la agonía del camarero, optamos por pedir un albariño casero de cosecha propia, que por lo hablado con el chico, algo parco en palabras, pensábamos que iba a ser algo más económico.

Cosecha propia, Galicia Calidade

Los primeros sorbos de esta bebida de los dioses gallegos, sin etiquetar, nos saben raro. “Ves, tenías que haber pedido alguna referencia conocida. O dos cervezas, y acabas antes“. Mítica frase demoledora de tu pareja de baile gastronómico. Pues no, me gusta probar el producto local, descubrir nuevos sabores, aromas auténticos que no voy a poder experimentar en otros sitios más “típicos”. Vamos entrenando el paladar con este albariño, que con un toque muy suave, y llevado en volandas por el marco en el que nos encontramos, acabará incluso conquistándonos.

Albariño con vistas: Pla-na-zo

Sardinas asadas y zorza con patatas

Pasamos a los segundos platos, también en clave de raciones para compartir. Qué color más bonito traen las sardinas asadas… ¡Y qué sabor, por favor!

Buena pinta, ¿no?

Con un regusto de pescado fresco delicioso, pasamos al plato de carne, algo que tampoco puede faltar en ninguna mesa de Galicia. Una señora ración de zorza con patatas fritas puede colmar el hambre de un vasco al que le encanta comer bien en Galicia. Me encantan esas chichas del cerdo, cortadas en cuadraditos, bien adobadas y con un buen toque de sal y pimentón. El plato invita a beber albariño con avaricia, y a brindar por los platos típicos de la cocina gallega. ¡Viva la zorza y el cerdo que la parió!

Un plato típico de la cocina gallega

Con el buche bien lleno, pedimos un helado para la peque y nosotros nos saltamos el postre. No perdonamos un par de chupitos de licor casero para digerir mejor y de forma menos pesada la gastroexperiencia: crema de orujo y orujo blanco, uno de cada color.

Don’t panic, no es albariño 😉

Zona chill-out para relajarse y tomarse un buen cóctel viendo la puesta de sol

Aunque da pena irse y la zona de chill-out invita al gin tonic y a la animada conversación en pareja, o con amigos, pedimos la cuenta, donde sólo nos sorprende el precio del albariño casero, que prácticamente lo cobra al precio de otros albariños más comerciales que nos había  mencionado. Por lo demás, todo correcto.

El sitio es muy de andar por casa, no deja de ser un chiringuito, con cierto toque “alternativo”. Eso sí, está a pie de playa, a la sombra entre la vegetación, y con unas vistas muy sugerentes sobre el espléndido arenal de la playa de Lapamán en Bueu.

Una playa salvaje en la ría de Pontevedra

Y además, y lo que es más importante, se come muy bien, y a un precio bastante asequible para estar donde está. Imposible comer así, y sobre todo a este precio, en algún chiringuito a pie de playa en Cataluña, Valencia o Cádiz, por poner simples ejemplo del sureste peninsular. Larga vida a la clandestinidad gastronómica del chiringuito Arrieiro Praia en Bueu.


Qué color, ¡y qué sabor!

Si tienes el día playero y estás buscando dónde comer en Bueu, en plan económico, sin grandes pretensiones pero en un sitio auténtico y especial, acércate a los chiringuitos en la Playa Lapamán. Tómate un refrigerio en el chiringuito Amelia, en pleno arenal, y disfruta luego de la cocina gallega en el chiringuito Arrieiro Playa, a la rica sombra.

Comer con estas vistas mola. Galicia mola!

Por cierto, no hay muchas mesas, así que mejor si reservas cuando bajas a la playa, o tan pronto como abran el chiringuito. El gin-tonic o cócktel, tómatelo sin duda en este último, a la sombra y cómodamente sentado. A pesar de estar en un sitio bastante sombrío (llévate la chaquetita), ver la puesta de sol desde aquí tiene que ser especial. Copazo en mano, al lado de esas personas que merecen estar a tu lado.

¿Un gin-tonic? ¿Y dos?

La verdadera Galicia y su tradicional cocina gallega, están ahí fuera. Sólo hay que acertar, muchas veces por casualidad, con los sitios auténticos que no aparecen en las guías oficiales, como es el caso de este genial chiringuito en la playa de Lapamán, una buenísima opción para comer en Bueu. Galiza calidade!


Valoración @Lonifasiko: 4,4/5


Información práctica:


Información práctica para completar tu estancia en la zona:

On egin!


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