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Ventajas e inconvenientes de vacaciones y ofertas de última hora


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Este año nos ha vuelto a pillar el toro, el toro de las vacaciones de verano. No nos ha corneado, pero por segundo o tercer año consecutivo (ya he perdido la cuenta), hemos notado los tres el aliento del bicharraco más cerca que nunca. En efecto, parece que nos va el riesgo y la incertidumbre de decidir a última hora cuál será el destino y recorrido de nuestro siguiente #Lonitrip de Agosto, que también podríamos denominar como ‘las vacaciones de verano de toda la vida’. Parece que no aprendemos, y nos ha vuelto a ocurrir lo mismo que el año pasado. Claro, nos vamos de vacaciones en Junio, y volvemos tan relajados con el solete y el buen tiempo que se nos pasa volando el mes de Julio, plantándonos en Agosto con la casa viajera sin barrer, sin saber dónde iremos durante las 2 semanitas que tenemos ahora.

El año pasado encontramos alojamiento en Blanes a falta de tres días de la teórica salida prevista. Este año hemos andado algo más sobrados y hemos decidido dónde ir, y encontrado alojamiento…¡una semana antes de salir! Sí, finalmente nos vamos a tierras gallegas, a la zona de costa entre A Coruña y Pontevedra, tierra a la que ya teníamos ganas de volver después de tantos años. Este destino ha tenido que lidiar con adversarios de la talla de las costas del Algarve y del Alentejo, y con la zona española de Pirineos, con Jaca y con la Val d’Aran para ser más exactos, pero finalmente se ha llevado el gato al agua.

Foto propiedad de Barrheadtravel

A pesar de que la sombra de la guadaña vacacional siempre roza nuestras cabezas, últimamente nos invade una extraña sensación que combina tranquilidad, despreocupación y pereza, ya que hasta ahora, tras decidir destino y reservar a última hora, siempre nos ha salido bien todo, o desde luego no nos ha salido mal. Ojo, no quita que algún día suframos las consecuencias de esta dejadez en la toma de decisiones vacacional, pero de momento, no es algo que nos quite el sueño, aunque sí admito que da pie a la discusión, tanto interna como con vosotros.

Es más, la gente de nuestro entorno nos suele comentar: ‘¿Pero teniendo una niña tan pequeña cómo dejáis para tan última hora la decisión de dónde ir, y dónde alojaros?’ ¿Irresponsabilidad paternal viajera? No, para nada, el día que andemos tarde y no encontremos nada de nuestro gusto, o que se nos vaya de presupuesto, nos quedaremos en Eibar y el mundo no se acabará, ya que siempre nos quedarán las salidas y excursiones de día para conocer y redescubrir txokos secretos de nuestros alrededores.

Y este año, mientras hacemos las maletas, teniendo blog de por medio, no he podido resistirme y me he animado a listar aquí las principales ventajas e inconvenientes de dejar para última hora la elección de un destino, y la consiguiente reserva del alojamiento:


Ventajas:

Foto propiedad de MastHoliday

Inconvenientes:

Ya veis que en cada parte de la balanza, hay razones que se repiten pero a la inversa, son armas viajeras de doble filo, que pueden terminar siendo una ventaja…o un inconveniente. En muchos casos, todo depende de ti, ya que el riesgo está ahí, pero también es verdad que la vida está llena de riesgos y decisiones de última hora.


Foto propiedad de ViajesLatitudSur

Conclusión: Cuando no hay vuelos de por medio y no viajas con niños, si no tienes claro tu destino, esperar a última hora para elegir destino y reservar las vacaciones es viable, ya que si andas listo, pueden surgir ofertas interesantes. Al contrario, cuando viajas en familia, creo que no conviene dejar la elección del destino y la reserva de alojamiento para tan a última hora (entonación de un terrible mea culpa 🙂). Si aún en este segundo caso, por la razón que sea, te pilla el toro, don’t worry, de peores situaciones hemos salido, con lo que ‘sólo’ hace falta no ponerse nervioso, tener paciencia mirando sitios, preparar bien los bártulos de los niños y…sea el destino que sea, te alojes donde te alojes, viaja con una actitud positiva y ten capacidad de adaptación, ya que así, es muy difícil que un viaje pueda salir mal. Todo lo contrario, a pesar de haber elegido el destino a última hora, mal y rápido, con esa mentalidad, el viaje tiene grandes posibilidades de ser un nuevo éxito viajero en familia.


Dicho todo esto, que se ha convertido casi en una clase de psicología viajera, no os puedo prometer nada y no sé si para el año que viene aprenderemos la lección sobre cómo torear con elegancia y antelación al dichoso miura de las vacaciones de verano. Mientras tanto, nos vamos a centrar en disfrutar del destino y de la zona elegida para estas dos semanas de Agosto, que seguro que va a estar todo de cine, allá vamos Galicia!

Y vosotros, especialmente aquellos que de entrada no pensáis coger un vuelo para vuestras vacaciones y tiráis de otros medios de transporte, ¿sois de los que dejáis la elección final del destino para (tan) última hora, os la habéis jugado tanto alguna vez? ¿Alguna experiencia o anécdota al respecto, tanto positiva como negativa?

SaludoX!