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Vía verde del Urola: un bucólico paseo en familia


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La vía verde del Urola recorre gran parte del trazado del antiguo ferrocarril que unía la industrializada Zumarraga con el pueblo costero de Zumaia. En 1988, tras varios años en los que esta importante vía de ferrocarril se convirtió en deficitaria, cayó finalmente en desuso. Sin embargo, al de unos años, se abre la posibilidad y proyecto de aprovechar parte de su trazado y acondicionarla en forma de vía verde. Dicho y hecho, pues en la actualidad, está acondicionado y abierto al público el tramo entre Azpeitia y Legazpi, de más de 22 kilómetros de longitud.

Lógicamente, a lo largo de su recorrido por los diversos pueblos y valles, este camino que discurre paralelo al río Urola tiene numerosos puntos de enganche, y uno de ellos, es por el que nosotros empezamos a caminar el fin de semana pasado. En concreto, nosotros nos unimos a la vía verde en un polígono industrial situado a las afueras de Azkoitia, donde yo ya había estado anteriormente por motivos de trabajo y ya había gilado esta interesante como posible excursión senderista. Si es que hay que estar a todo, las oportunidades, en este caso, de ocio, están ahí fuera…

Panel indicativo del bidegorri o vía verde

Comentar que el primer tramo oficial de la vía verde (bidegorri en euskera; la traducción literal sería ‘camino rojo’) entre Azpeitia y Azkoitia está asfaltado, pero es justo en esta entrada de Azkoitia donde la vía se transforma en pista de tierra compacta, dejando el asfalto a un lado. Por una parte está bien, ya que el asfalto huele a ciudad y civilización, pero por otra, los primeros metros de este tramo resultan algo incómodos; mucha piedrilla suelta, se hace ruido al andar y cuesta avanzar, en especial a los peques, y doy fe de que empujar el cochecito o sillita de la niña, te pone tuning.

Tramo inicial de la vía verde del Urola en el poligono industrial de Etxesaga (Azkoitia)

A pesar del decepcionante y arduo comienzo, en ligera subida, a los doscientos metros, la molesta piedrilla desaparece y pasamos a la pista de tierra compacta, que será el terreno oficial que nos acompañe hasta el final de nuestra corta excursión, y me atrevo a decir que en todo el trayecto hasta la siguiente localidad, Urretxu.

Cambio de terreno y piso en la vía verde del Urola, al de poco de empezar a caminar

Este terreno es algo, poco más, cómodo, pero sigue siendo de piso irregular. Para caminar, andar en bici, correr y para empujar un carrito es asumbile, pero sigue siendo bastante infierno si tenemos que dirigir o empujar algún aparatejo donde va sentada la criatura. Por tanto, si los niños son tranquilos y vuestra espalda aguanta, una buena opción puede ser llevarlos en una mochila, pueden ir entretenidos durante el trayecto.

Asimilando ya que el terreno iba a ser de este calibre, se pasa la zona más industrial del trayecto y vamos dejando atrás las últimas estribaciones de Azkoitia, dando paso a un valle más ancho, despejado y luminoso, donde el verde empieza a campar a sus anchas.

El primer tramo de la vía discurre pegado a una zona muy industrial de Azkoitia

Tras pasar la zona industrial, la vía verde aborda una larga recta que atraviesa en valle


En seguida se llega a una zona donde a mano derecha visualizamos dos bloques de pisos aislados, altos, bastante feos, serán probablemente los últimos pisos de Azkoitia. Es justo enfrente de esos pisos donde nos encontramos con un pequeño prado o zelai, con árboles pequeños, donde hay un merendero con algunas pequeñas barbacoas, mesas y bancos de cemento. Sí, un poco anti estético pero cumplen su función, sobre todo si se quiere parar a descansar, a recuperar fuerzas, a dar de comer a los peques, etc. Por cierto, detalle importante, esta zona dispone de un pequeño parque con algunos columpios.

Zona de descanso y merendero a mano derecha de la vía verde del Urola
Vista hacia la vía verde del Urola y un antiguo caserío desde el merendero

Tras pasar esta zona, volvemos a la vía verde, que sigue una línea bastante recta en este tramo, y a ambos lados se pueden observar huertas y pequeñas explotaciones avícolas, donde los niños disfrutarán de lo lindo viendo gallos, gallinas, y los perros que las custodian, entretenimiento asegurado.

Gallinas de diferentes razas, especies y colores, un deleite para los más pequeños

El gallo, dueño y señor del corral

Animalejos aparte, en la parte final de la recta, pasamos junto al primer salto de agua que hace el río Urola en este recorrido, un pelín antes de un puente que conecta la vía con la carretera que va de Azkoitia a Zumarraga. El río Urola baja normalmente bastante limpio en este tramo, y con el caserío blanco impoluto que tiene a su vera, forma una estampa bucólicamente vasca. En esta zona, la maltrecha valla y alambre no impiden que los curiosos se acerquen hasta la orilla del río a sacar unas fotos y ver lo limpia que baja el agua.

Salto de agua del río Urola

Caserío entre prados verdes a la vera del río Urola, paisaje 100% Euskadi

Río Urola y macizo calcáreo de Izarraitz al fondo

Seguimos el recorrido y la vía verde pasa por el primero de los antiguos puentes del ferrocarril, ahora perfectamente acondicionado, salvando tanto el río Urola como la carretera. De aquí, el camino abandona por un momento el verde valle que venía recorriendo y se introduce en las entrañas de una valle algo más cerrado que el río Urola ha ido moldeando con paciencia durante miles de años.

La vía verde discurre por antiguos puentes, reacondicionados, que salvan el río Urola


En efecto, es un valle bastante estrecho y serpenteante, con mucho monte y masa forestal a ambos lados, bastante que en su día pudieron sacar hueco para construir una vía de ferrocarril, y a posteriori, una carretera, ¡anda que nos discurrían antes! Por supuesto, estas dos construcciones siguen casi a pies juntillas, el trazado del río que vertebra y da nombra a esta prolífica comarca guipuzcoana.

Río Urola y la carretera Azkotia-Zumarraga desde el trazado de la vía verde

Tramo de la vía verde ya inmersa en el Barrio y Valle de Aizpurutxo

Justo un poco más adelante, miramos el reloj y nos damos cuenta de que se nos empieza a hacer tarde, por lo que decidimos, con pena, darnos media vuelta y volver hacia Azkoitia. Por poco, pero no tuvimos ocasión de llegar al primero de los 19 túneles, iluminados todos ellos, que surcan este tramo de la vía verde del Urola entre Azkoitia y Zumarraga. Nos quedamos a las puertas del Barrio de Aizpurutxo, que es como se le conoce a esta zona. Aunque no lo medí, en total no haríamos más de 2 kilómetros de terreno prácticamente llano, que con la vuelta hasta el aparcamiento, se convertirían en cerca de 4. No es mucho y te quedas con las ganas de haber caminado y explorado mucho más la zona, tanto el estrecho valle del Urola que dejamos a medias como el misterio de los túneles, pero al ir con críos, ellos mandan, sobre todo cuando tienen hambre, no quieren andar más o no…saben ya lo que quieren (los padres que lean esto me entenderán) ;-).

Comentar que es una vía muy frecuentada por gente de la zona que va a correr, a andar o a rodar en bicicleta, en mountain-bike claro, y os aseguro que algunos van muy rápido, hay mucho ‘machaca’ por la zona.


La vía verde del Urola es idónea para andar en bicicleta de montaña o mountain-bike

Dado el terreno, exceptuando algún tramo asfaltado que conecta caseríos con la carretera, no es apta para patines, y tampoco para llevar nada de la cacharrería rodante que tanto gusta a los niños; sí, me refiero al típico correpasillos o triciclo/bicicleta con mango dirigible. Os lo dice un neopadre que tuvo que cargar con un triciclo el 90% del trayecto, super divertido.

Triciclos dirigibles no muy adecuados para este tramo de la vía verde del Urola

Una vez los niños son autónomos y saben manejar una bici pequeña de tipo mountain-bike, el camino no está mal, aunque sí es verdad que la caída puede significar, debido al terreno, casi con total seguridad, agujero en la ropa + herida + llorera. Otro tema negativo de este tipo de piso es el polvo que se levanta cuando el terreno está seco y no ha llovido en tiempo. Quizás no caminando, pero si vas corriendo o en bicicleta, la parte de atrás acabará sucia no, lo siguiente.

Ojo que en este corto tramo que aquí relato, y me atrevo a decir que el todo el tramo entre Azkoitia y Zumarraga, no hay ningún bar ni restaurante ni nada por el estilo, por lo que si tenéis intención de ir a pasar el día, hay que llevarse la comida y la bebida en la mochila. La única salvedad en este tramo inicial, esa especie de merendero que hay al final de la zona industrial, puede ser un buen punto para descansar y reponer fuerzas.

Resumiendo, a pesar de haber recorrido un tramo muy corto de la parte de la vía que une Azkoitia con Zumarraga, la sensación que nos transmitió la vía verde del Urola fue muy positiva, tenemos que volver un día a pasar todo el día, sin prisas. Como único punto no positivo, el piso del camino, algo irregular y no muy cómodo para caminar, especialmente si haces la excursión con niños muy pequeños y te toca cargar con cacharrería rodante de diversa índole. Por lo demás, valoración es excelente: el tramo recorrido es abierto, luminoso y soleado, sin pendiente, y recorre un valle verde que te quiero verde, salpicado de prados y caseríos, con el río Urola como compañero de fatigas y el macizo de Izarraitz como telón de fondo, un paisaje con sabor a Euskadi 100%.


Información práctica:


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