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Senderismo en la Foz de Arbaiun, la reina de las foces de Navarra


Parece mentira que Navarra pueda tener dos foces tan importantes separadas apenas por unos pocos kilómetros. Pero así es, ya que a la afamada Foz de Lumbier esculpida por el río Irati, remontando el valle de Salazar, le sigue la no menos espectacular Foz de Arbaiun o Arbayún.

Nos atrevemos a decir que esta segunda foz es quizás menos conocida que la foz de Lumbier, quizás por recogerse en un valle que no es tan de paso como lo es la zona de Lumbier, situada a medio camino entre Pamplona y Jaca. Menos conocida no quiere decir ni menos importante, geológica ni medioambientalmente hablando, ni menos espectacular desde el punto de vista paisajístico. De hecho, tras visitar la foz de Lumbier hace unos años, en nuestras diferentes incursiones en el Pirineo Navarro, a la vuelta, siempre veíamos el letrero en la carretera y pensábamos aquello de ‘Un día tenemos que parar aquí‘. Y efectivamente, un día a la vuelta de un fin de semana rural en Otsagabia, paramos. ¿Y sabéis qué? Fue una decisión más que acertada.

Salida sur de la foz de Arbaiun, en Usún, un sitio poco conocido

Mirador de Iso, atalaya de la Foz de Arbaiun

Nosotros íbamos ‘contaminados’ por la visita previa a la vecina foz de Lumbier, es decir, pensábamos que habría que dejar el coche en un punto, y desde allí, se podría caminar, mejor o peor, por el mismo cañón. ¡Error! Si bien comparte una base geológica similar a la de Lumbier, de cara a su visita, no, ya que no es posible recorrer la foz de Arbayún (en su nomenclatura en castellano) mediante un camino o ruta de senderismo. Además, tras nuestra visita, nos ha quedado claro que la foz de Arbaiun tiene dos puntos de visita claros, muy diferentes, y es lo que vamos a intentar explicar aquí.

El primer punto de visita está perfectamente señalizado en la carretera que va desde Lumbier hacia Ezcároz y Otsagabia. Tras subir un repecho o especie de puerto pequeño, veremos un desvío a mano derecha, con el clásico letrero verde, donde se puede leer perfectamente ‘Foz de Arbaiun‘. No problem si nos pasamos este punto, ya que algún kilómetro más adelante, tras bajar una prolongada cuesta, hay una nueva señalización que marca el acceso a la foz a mano derecha. Los dos desvíos nos llevan al mismo punto, al mencionado primer punto de visita a la foz: se trata del mirador de Iso, comúnmente conocido como mirador de la Foz de Arbaiun.

Plataforma del mirador de Iso, el mirador de la Foz de Arbayún/Arbaiun

Es la parada más ‘fácil’ y clásica, ya que se accede cómodamente en coche, habiendo un parking asfaltado para varios coches y varios paneles de interpretación, en especial orientados a la interpretación de aves rapaces. Éste es el punto de entrada más espectacular, ya que desde la plataforma que se asoma a un inquietante vacío, el visitante se adentra visualmente a lo largo y ancho de la foz, en todo su esplendor.

Vistas verticales de infarto en la Foz de Arbayún/Arbaiun

Obra geológica del río Salazar, zona de especial protección de aves

Al asomarse a esta balconada artificial, decorada con pinturas de aves rapaces, es cuando alguien que ha visitado la foz de Lumbier, se da cuenta de que la Foz de Arbaiun es más…colosal. Por algo la denominan ‘la reina de las foces de Navarra‘, y a ese título contribuyen orgullosas unas paredes calizas de más de 300 metros de altura en algunos puntos, y una longitud total de foz de casi seis kilómetros. Y allí, en lo más hondo de este antológico tajo natural, discurre el caprichoso curso de agua del río Salazar, abriéndose paso, impasible, entre vegetación y caliza, sin darse realmente cuenta de la impresionante obra geológica que ha esculpido, pacientemente y durante millones de años, con su alegre discurrir.

Río Salazar desde el mirador de la Foz de Arbayún/Arbaiun

Llaman poderosamente la atención las diferentes tonalidades de las verticales paredes calizas que se alzan imponentes sobre cada orilla, y las enormes grietas y marcas que se pueden apreciar, incluso a modo de repisas naturales, producto de una erosión milenaria por parte de los elementos. La fuerza y sabiduría de la naturaleza se hacen sentir en la foz de Arbaiun.

Líneas y marcas de erosión

Con un poco de suerte, además de contentarte con escuchar de lejos el eco de algún lejano graznido de ave rapaz, si llevas prismáticos, es probable que contemples alguno, en su hábitat natural. Y si no los llevas, tira de zoom de la cámara, como hacen algunos :). Es otro de los puntos diferenciadores de la foz, ya que al no estar su eje natural atravesado por ningún sendero que conlleve el paso de personas, la fauna y flora de este hábitat natural se ha mantenido casi virgen. Esto le ha valido el título de reserva natural y zona de especial protección de aves. Los paneles de interpretación nos ofrecen detalles sobre las especies animales, especialmente aves, que habitan la foz, con un protagonismo especial para su gran colonia de buitres leonados.

Grietas en la Foz de Arbayún/Arbaiun

¿Ya está, esto es lo que había que ver de la foz de Arbaiun? La respuesta depende del tipo de persona que la conteste. Un 90% de la gente puede que se contente con esta espectacular panorámica que se divisa desde el mirador de Iso, pero claro, si venías con la idea de practicar senderismo, o al menos, caminar un poco por las entrañas de la foz, como en la foz de Lumbier, esta visita puede ser un poco ‘frustrante’.

Acceso a la foz de Arbayún desde Usún: Ruta de la Canaleta

Sin embargo, uno de los paneles nos da una interesante pista, y animando al visitante al arte del caminar, nos recomienda ir en coche hasta el pueblo de Usún y recorrer la Ruta de la Canaleta, para adentrarnos en la parte final de la foz. ¡No se hable más!


¿Visitar la Foz de Arbaiun/Arbayún a caballo?

En cuestión de 10 minutos de carretera dirección a Lumbier, en el término de Romanzado, tomamos un desvío que nos conduce por una estrecha carretera hasta la localidad de Usún. A la entrada de este diminuto pueblo, podemos aparcar el coche en batería en un improvisado parking de tierra junto a la carretera. Caminamos por el pueblo hasta dar con un panel de interpretación donde se indican las rutas de senderismo y rutas BTT de la zona. Efectivamente, tal y como habíamos visto en el panel del mirador, nos cercioramos que la ruta o paseo hasta la foz es la que queríamos hacer.

Las indicaciones en postes de madera perfectamente habilitados nos advierten de un paseo de cerca de kilómetro y medio hasta la foz de Arbaiun, y de un poco más hasta la ermita de San Pedro de Usún. Esto hace que nos animemos con la sillita de la peque y comenzamos a caminar por una pista de tierra, bastante transitable con el trotero artilugio.

Ruta de la Canaleta. Pista de tierra que sale de Usún hacia la foz

Nada más entrar al pueblo vemos mucho caballo en la zona, y a los cinco minutos comprobamos el porqué. Hay un centro de equitación en Usún, a mano izquierda de la pista, donde nos sorprende ver bastante gentío, numerosas familias, y caballos, muchos caballos por supuesto. Sirven bocadillos y platos combinados, aparte de poder tomarte algo.  Parece un buen sitio para aprender a montar a caballo en Navarra.

Los caballos son una constante en el acceso a la foz desde Usún

La pista continua su trazado hacia la foz, entre verdes prados, hasta llegar a un punto donde ‘muere’, en una especie de ‘rotonda natural’, junto a una valla de madera y alambrada. Nos cuesta un riñón y medio abrir la puerta de madera, pero cruzamos al otro lado para ver por dónde sigue el camino.

Zona de prados donde termina la pista, espectaculares paisajes primaverales en Navarra

Visitar la foz de Arbayún/Arbaiun con niños

Es este punto donde se emprende el descenso serio hasta la base de la foz, por un bien marcado sendero de montaña, que se pierde entre roca caliza y matorral. Cruzamos la valla y ‘aparcamos’ la sillita tras unos arbustos, ya que no es viable seguir con ella por el sendero. Es curioso pero frente a un panel de interpretación, nada más empezar, el sendero se divide en dos vías u opciones: una opción más directa y sinuosa indicado para senderistas, y otra opción pelín más larga y con menos pendiente, a priori más adecuada para caballos y bicicleta de montaña. Elija cual se elija, comentar que los dos senderos confluyen a los cinco minutos de bajada.

Señalización de la ruta de la Canaleta, donde la pista se convierte en sendero

En nuestro caso, bajamos por ‘la directa’, con zapatilla de trekking, y con Izaro pilotando la nave desde los hombros de su aitatxu. Hay que bajar con cuidado, mirando donde se pisa, pero si se va despacio y con buen calzado, no es una bajada tan mala. La subida la hicimos por la otra vía, y lo dicho, pendiente más suave y ligeramente más largo, pero seamos sinceros, no hay grandes diferencias. En definitiva, sentido común, despacito y buena letra, que somos neopadres.

Sendero “directo” hacia la salida de la foz de Arbayún/Arbaiun

El sendero desciende en cuestión de diez minutos hasta prácticamente el impoluto cauce del río Salazar. Concretamente, hasta un puente de cemento, pelín anti-estético, que estratégicamente salva el último escollo del farallón rocoso de la foz de Arbaiun.

Panorámica del río Salazar en su descenso hacia Lumbier

A partir de este punto, el río Salazar se libera de las estrecheces de la foz y se ensancha envalentonado, justo antes de entregar sus aguas al río Irati en Lumbier. Si no fuera porque sabemos que el río Salazar es un río impoluto en todo su trayecto, podríamos pensar que su misterioso tránsito por la foz de Arbaiun es un secreto proceso que purifica sus nobles aguas. ¡Qué aguas más limpias! Es un gusto ver desde el puente, o desde alguna de sus orillas, el fondo del lecho fluvial, con trozos de caliza que siguen siendo erosionados por esas frías aguas y corrientes, poco a poco, pero de forma constante.

Puente y aguas cristalinas del río Salazar

El puente, es un punto ideal para la práctica del juego de ‘harriak bota ura‘ (‘tirar piedras agua‘ en euskera), un deporte al que todos los acompañantes adultos de la excursión (Cristina, Fermín, Manu, Lore, Laura y Miguel) contribuimos en forma de suministro de piedras, y que Izaro ejecuta, siempre, con suma elegancia. Podría ser deporte olímpico en los siguientes juegos, ojo al dato.

Ermita de San Pedro de Usún

En la otra orilla del puente, vemos que el sendero continua, se bifurca en dos. Hay una pequeña ramificación que sale a mano izquierda hacia arriba, suponemos que hacia cotas más altas de la Sierra de Leire. En cambio, si seguimos la senda principal a mano derecha, bien señalizado, existe la posibilidad de caminar a media ladera, por terreno muy fácil y despejado, hasta la misteriosa y solitaria ermita de San Pedro de Usún. Es un agradable paseo de diez minutos aproximadamente.


Sendero hacia la ermita de San Pedro de Usún

La ermita está cerrada, y a simple vista, no tiene mucha historia ni misterio arquitectónico; es una nave rectangular que mira hacia el suroeste, sin perder de vista el cercano cauce del río Salazar, pero gran parte de la ermita, está cerrada por una valla y alta vegetación. Lo misterioso es su ubicación y su soledad, siendo un edificio que se asienta sobre un florido y verde prado, que parece querer dar la gracias y desear unos prósperos últimos kilómetros al río Salazar.

Nave rectangular de la ermita de San Pedro de Usún

Toca volver, primero hasta el puente, y luego, con Izaro a en la cabeza, hasta la pista de tierra, una subidita corta pero intensa donde echamos alguna que otra gota de sudor.

Sendero de subida, indicado para caballos, BTT…e Izaro

La reina de la foces de Navarra

Menos mal que la subida tiene recompensa, intangible, pero recompensa. El paisaje primaveral de esta zona de la Navarra rural está así de espectacular. Quedarte anonadado contemplando el verde infinito es bastante fácil, podría ser también deporte olímpico.

Prados verdes en Usún, Navarra

Desde allí, ya de nuevo por la pista, y tras descartar comer en la finca de equitación, volvemos en un agradable paseo de 15 minutos hasta Usún, donde damos por terminada la excursión en familia del día. Hora de recoger bártulos, subirse al coche y buscar un buen sitio para descansar en la zona.




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Las sensaciones son muy positivas, ya que hemos tenido la ocasión de visitar la foz de Arbaiun/Arbayún con niños desde dos puntos de vista muy diferentes: desde lo alto, con la típica visita al conocido mirador de la foz de Arbayún; y a ras de cauce del río Salazar, accediendo a la salida sur de la foz desde la localidad de Usún.

Enorme. Espectacular. Es la Madre Naturaleza.

La gran sorpresa ha estado este segundo rincón, menos conocido y visitado, pero que ofrece, tras un fácil y agradable paseo de media hora, una perspectiva bien bonita y sorprendente de la foz y de ese río que tantas ‘perrerías geológicas’ le ha hecho a este valle prepirenaico.

La primavera inunda de color las orillas del río Salazar

Hemos visto los dos puntos en primavera, con una floración y colorido de campos y árboles espectacular, pero estamos convencidos de que en otoño, las tonalidades de los árboles de las orillas del río Salazar tienen que ser un auténtico festival multicolor, un ‘peligro’ para los aficionados a la fotografía, por no decir, la perdición. Habrá que volver al valle de Salazar en otoño ;).


Información práctica:


Información para completar tu viaje por Navarra:

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