Hoy hace un año que se inauguró este txoko viajero. Sonará a tópico, pero parece mentira lo rápido que pasa el tiempo, más si cabe en el mundo Internet, donde la tecnología y los contenidos corren a una velocidad endiablada, haciendo que un día estés en todo lo alto, y al día siguiente, puedas estar a ras de suelo. ‘Lo importante es participar estar’ como diría aquel.
En efecto, han pasado 12 meses completos desde aquel primer post inaugural, que para mi sorpresa, tuvo una muy buena acogida. Hemos vivido 365 días desde que me animasteis (¡gracias y más gracias!) y me animé a abrir mi propio blog de viajes y escapadas, mi espacio en la red de las redes, mi txoko. Como siempre que se inicia un nuevo proyecto, tenía muchas ganas e ilusión, pero soy humano y admito que comencé este nuevo ‘Txoko de Lonifasiko’ con mucha cautela y ciertas dudas, especialmente en relación a la frecuencia de publicación de posts, la continuidad del proyecto en el tiempo, y por supuesto, la aceptación del gran público, vuestro ok. La decisión había sido meditada durante bastante tiempo, pero nunca sabes qué sorpresas te va a deparar la vida, tanto en lo profesional como en lo personal, es por eso que siempre existe un cierto vértigo antes de comenzar una nueva aventura. Más si cabe con el antecedente de haber tenido un blog (tecnológico) anteriormente, allá por el lejano 2007, que luego, por circunstancias profesionales y cierta desidia, abandoné vilmente :(. La misma pregunta rondó mi cabeza día sí y día también, durante varios meses: ‘¿Seré capaz esta vez?’.
Creer en lo que haces y te apasiona, motivo para seguir adelante
‘¡Al menos vamos a intentarlo, no perdemos nada!’ Y me lancé. 56 posts después, sólo puedo decir que estoy contento, pero soy consciente de que esto no ha hecho nada más que empezar. No oculto el orgullo y satisfacción de poder decir que ‘El Txoko de Lonifasiko’, en versión blog de viajes, lleva ya un año online, algo que significa mucho para mi familia y para mí; pero también asumo que he hecho la parte fácil, ese recorrido blogueril que el primer año se hace cuesta abajo y con viento a favor, atendiendo al argot ciclista, pedaleando con plato grande y piñón pequeño. Sí, el primer es un camino en el que la ilusión del principiante te lleva en volandas, pero el más común de los mortales de la red sabe que ahora empieza lo complicado, la carretera cuesta abajo ha terminado.
Toca comer algo, hacer bien la digestión, y cambiar de desarrollo, todo sin dejar de pedalear, ni un minuto. Este año que viene, el calendario marca una serie de largas etapas, llanas al principio, de media montaña después; son las típicas etapas en las que Internet y el pelotón de bloggers ruedan muy deprisa, en las que el viento puede soplar en contra y ralentizar nuestra marcha, incluso pueden formarse abanicos; puede que pinchemos en un momento inoportuno, o nos encontremos con un inesperado repecho exigente que nos obligue a levantarnos del sillín y subir un piñón; y como siempre, habrá que pelear, apretar los dientes y sprintar, no sólo en los últimos kilómetros de cada etapa, sino también en cada meta volante, puerto de montaña y sprint bonificado, todo cuenta.
Apretar los dientes y pelear, la sinuosa carretera continúa
Volver a tener un blog y postear con cierta asiduidad era una especie de reto personal, y a día de hoy, podemos decir que lo hemos conseguido durante este primer año. Hablo en plural porque lo hemos conseguido entre todos los que formáis esta familia y pelotón: los que leéis este post, los bloggers de viajes que me han ayudado y acogido con los brazos abiertos, los que aterrizáis en mi blog buscando información, mis compañeros de trabajo 1.0, mis amigos, virtuales y físicos, y finalmente, y de forma muy especial, mi pedazo de familia. Es así, un blog no se arma y se alimenta sólo. Puede que sea yo, Miguel Loitxate “Lonifasiko”, quien escribe, la cara visible del blog, pero este blog lo forman más personas, ya que el blogging tiene efectos colaterales, tanto positivos como negativos, que implican y afectan a personas, en muchos casos, muy cercanas.
Por ello, en primer lugar, sólo puedo decir ‘Eskerrik asko!’, bien alto y claro, a Laura y a Izaro, por su paciencia y comprensión, por no dedicarles todo el tiempo que se merecen. Son las primeras ‘perjudicadas’ sin duda, aunque espero devolverles algún día todo el tiempo que les he robado, con intereses o pagando en especie. Gracias también a nuestras respectivas familias y amigos, ya que el menda les ve y está con ellos menos que antes, y muchas veces opta por salir a la calle más tarde por postear, perdiéndose esa segunda birra con la que tantas risas nos solemos echar. Es la cruda realidad, un blog lleva mucho trabajo y consume mucho tiempo, mucho de tu tiempo libre, aunque hay que pensar que es un proyecto de futuro, algo construido desde la ilusión de no saber a ciencia cierta en qué puede convertirse esto con el tiempo. Quizás el año que viene no haya post de segundo aniversario del blog porque lo he abandonado, quizás dentro de siete años consiga profesionalizar esta actividad y vivir de ello; quizás el año que viene el txoko lo formen más personas; quizás metamos publicidad o nos compre una multinacional gigante del sector viajes. ¡Cómo voy a pronosticar qué pasará el año que viene si ni siquiera sé qué va a pasar mañana! Por ello, la realidad es que esta humilde bitácora 100% personal ha cumplido un año, y como en la vida y en los viajes, hay que disfrutar del momento, sin perder de vista el camino trazado.
Carpe diem sin perder de vista el camino trazado
Retos para esta nueva temporada
¿Cuál es el siguiente o siguientes grandes retos? La idea es coger ritmo y rodar bien durante las mencionadas etapas llanas camino de los Pirineos, para atravesar luego sin problemas, guardando fuerzas, el Macizo Central camino de los temidos Alpes. Esto se traduce simple y llanamente en escribir el siguiente post, ir post a post, siguiendo a pies juntillas la filosofía slowblogging, buscando contar historias y experiencias de viaje personales, a mi manera, en mi formato, de forma independiente y no influenciada; cuando quiero, como quiero y sobre lo que quiero. ¿Estar otro año online? En Internet, un año es una eternidad, eso sería un objetivo a largo plazo, por lo que vamos a seguir con los pies en el suelo e ir, como diría el típico entrenador de fútbol ‘partido a partido’, sigamos rodando kilómetro a kilómetro, post a post.
Eso en lo que se refiere a reto y objetivo general, porque en lo que respecta a nivel técnico, los retos son infinitos. Hay muchas cosas nuevas que aprender sobre la plataforma de blogging WordPress, hay que intentar darle un nuevo aire al diseño del blog, cacharrear con nuevas funcionalidades, conocer mejor a tu público, aplicar algunos trucos SEO para posicionar mejor ante San Google, etc. Ojo, son cosas necesarias pero seguiremos sin obsesionarnos ni perder demasiado tiempo en ello, ya que tenemos claro que aquí, si hay algo que nos diferencia, es el contenido que generamos, que sin duda es el rey de la fiesta y hay que dedicarle el máximo tiempo posible.
Lecciones aprendidas durante este año
Aquí van una serie de cosas de las que nos hemos ido dando cuenta durante este año:
- Nos encanta viajar y contar nuestros viajes: antes, durante y después. Sí, aunque parezca mentira, hay gente que sigue nuestros viajes, que disfruta con lo que contamos, que lee tu post y te corrige educádamente, te pide consejo, participa y te da sugerencias de qué ver en un sitio o dónde comer. Todo esa interacción y conversaciones con la gente, conocidos, amigos virtuales o desconocidos, por sí sola, vale su peso en oro, es muy gratificante, mola.
- El blog es sólo una parte (muy importante eso sí) de nuestra identidad y ser digital. La ‘marca’ que inevitablemente estás empezando a crear conlleva otra serie de cosas , como por ejemplo tener y alimentar otras redes sociales como Twitter, Facebook, Instagram, Foursquare, Minube; interactuar con tu comunidad virtual, estar presente en eventos de networking entre bloggers, un constante reciclaje y aprendizaje de herramientas y utilidades de Internet, etc. Más trabajo y más tiempo, y la bola se va haciendo más grande, hay que evitar que se convierta en burbuja, manteniéndola rodando a ras de suelo.
- Slowfamilytravel al poder! Puede sonar un poco duro lo que voy a decir, pero quien no tiene niños, no sabe lo que es y lo que supone viajar con niños. Es divertido y gratificante, pero no vamos a negar que tiene sus momentos de tensión; y quien diga lo contrario y cuente que viajar con niños es enteramente de color de rosa, una de dos: o está mintiendo, o no tiene niños. Con la llegada de Izaro nos hemos dado cuenta de que nuestra forma de viajar ha cambiado, y creo que durante este año hemos asumido precisamente eso, que ahora mismo, no podemos viajar ni andar al mismo ritmo ni con los mismos objetivos que andábamos en la época pre-neopadres, ¡pero se puede seguir viajando y conociendo lugares! Ahora viajamos de otra manera, con otra filosofía y objetivos, a otro ritmo, ya sabéis que por aquí lo llamamos #slowfamilytravel, porque vamos lentos, y viajamos en familia, con lo que doblemente lentos, pero contentos :). La interiorización de este rol ha hecho que hayamos decidido cambiar hoy mismo la coletilla de la descripción del blog, ya que principalmente hablamos de ‘Viajes, escapadas y gastroexperiencias, en familia‘. Es algo que personalmente estoy intentando cambiar incluso en la forma de escribir, ya que hay que empezar a hablar en clave plural, ya que viajamos, nos escapamos, comemos, descubrimos, sufrimos, reímos y lloramos los tres, no sólo yo, que a veces te entra complejo de egocéntrico.
- Viajar, conocer sitios nuevos e interactuar con otras personas es una inversión de futuro, probablemente el mejor método de enseñanza que le podemos costear a Izaro. Puede que aprenda mucho en la ikastola, en el instituto, y si va, en la universidad o en algún ciclo de enseñanza superior, también durante su futuro trabajo, pero estamos convencidos de que viajando, va a aprender mucho de la vida.
- La importancia de las gastroexperiencias. Admito que antes de abrir esta bitácora, estuve tentado de separar en dos blogs diferentes el tema de los viajes y las escapadas del tema gastronómico, algo que como sabéis, nos fascina, con lo que disfrutamos un montón. Sinceramente, me alegro de no haberlo hecho, ya que bastante nos cuesta mantener y actualizar un blog, como para estar inmersos en la locura de mantener dos. Sin embargo, esto no quita que nuestras gastroexperiencias hayan cogido un peso importante en nuestra línea editorial, son ya un clásico, por lo que la idea no es mantener, sino potenciar esa parte del blog. Sí, nos gusta contar de primera mano cómo hemos comido y nos hemos sentido en un restaurante concreto, o cómo hemos vivido la fiesta gastronómica de lo que sea. Tenemos muy claro que la comida y la gastronomía en general son parte esencial de cualquier viaje o escapada que hacemos. ¿Somos por ello más foodie/gastronomy bloggers que travel bloggers? Sinceramente me da igual el apelativo que nos pongan, nos consideramos travel bloggers y foodie, mezcla explosiva todo en uno, que tiene como lema que también se puede viajar a través de la comida.
También es posible viajar a través de la comida
Seguro que olvido analizar y mencionar muchas cosas, incluso a mucha gente, pero mi memoria de plancton ha tocado techo (¿o fondo?) por hoy. Lo dicho, muchas gracias a todos por estar aquí, ahí y allí. Gracias por leer nuestras historias y chaparrones vía web, por descifrar nuestros posts malamente en vuestros smartphones, por seguirnos en Twitter, Facebook, Instagram, Foursquare…gracias y más gracias! Sin todos vosotros, ‘El Txoko de Lonifasiko’ no es nada, que quede claro.
Dicho esto, me subo la cremallera del maillot, me pongo el casco, bajo un piñón, y comienzo a pedalear con fuerza e ilusión los primeros metros de esta nueva y segunda etapa. Espero encontraros en el camino y pedalear juntos algunos kilómetros, ya que sin conversación e interacción, esto no tiene nada de gracia.
Eskerrik asko denoi, benetan!