Con Arrasate-Mondragón, antaño villa cerrajera donde las haya, teníamos un problema, gastronómicamente hablando me refiero. Tanto Arrasate como la comarca de Debagoiena en general, por cercanía, es una zona que frecuentamos a menudo, especialmente en fines de semana, para dar algún paseo, practicar un poco de senderismo, etc. Sin embargo, a la hora de comer, conocemos restaurantes de la comarca de cierto o mucho nivel, donde te dan de cine de comer, pero donde también hay que rascarse la cartera, muy mucho en algunos casos. Por eso, siempre nos faltaba ese sitio donde tras la excursión de turno, poder aterrizar de golpe y degustar un menú fin de semana correcto, donde la relación calidad-precio fuese aceptable tirando a buena.
Fue la lectura de opiniones en la red sobre restaurantes en Arrasate-Mondragón, unido a nuestro afán de exploradores foodie, lo que nos llevó a seleccionar el Restaurante Hilarion para nuestra gastroexperiencia. De todas formas, hemos de admitir que era un sitio que ya se había colado en nuestra agenda gastronómica hacía tiempo, recomendado por diversos amigos y conocidos.