Rolls-Royce blanco frente a casa-torre Loizaga

Torre Loizaga: La meca de los Rolls-Royce


Ser único en este mundo tan competido en el que vivimos es complicado. Ya lo es diferenciarse, pero ser ‘único’, es doblemente complicado. Este tipo de premisas y pensamientos negativos no debían de encajar muy bien en la bien amueblada mente de Miguel de la Vía, un cantero que a base de mucho trabajo, sudor y riesgos, amasó una gran fortuna durante su vida profesional. Podría haberse retirado en la tranquila isla de Cozumel sin que nadie se hubiera enterado, pero su pasión por el mundo del motor, los automóviles y los coches clásicos en particular le llevó a trabajar en pos de tener una colección de Rolls-Royce única en el mundo.

Así es, Miguel de la Vïa dedicó gran parte de su éxito empresarial hacia la adquisición, reparación y puesta en marcha, de numerosos automóviles de lujo, clásicos y modernos, con especial predilección por la marca británica de automóviles fundada  en 1906 por Henry Royce y Charles Stewart Rolls. ¿Os apetece daros una vuelta por Enkarterri en uno de los coches propiedad de Don Miguel?

Rolls-Royce blanco frente a casa-torre Loizaga

Rolls-Royce blanco frente a casa-torre Loizaga

Los negocios le van bien, muy bien, y Miguel se va haciendo con diferentes modelos de coches poco a poco, un trabajo muy costoso y exigente, tanto económicamente como mentalmente, pero especialmente gratificante para él, gran amante del mundo del motor. Conseguir piezas descatalogadas en rincones jamás pensados, fabricación ad-hoc de algunas piezas, montajes y puestas en marcha inverosímiles junto a los mejores expertos en mecánica de automóvil…, muchas horas y esfuerzo para hacer funcionar a estas lujosas máquinas de la carretera que parecían estar obsoletas y olvidadas para siempre, ¡ja!

Pabellón con Rolls-Royce de diferentes décadas

Pabellón con Rolls-Royce de diferentes décadas

La colección va in-crescendo, y Miguel se empieza a picar con el deseado objetivo de ‘¿Y si pudiera tener todos los modelos de Rolls-Royce desde que comenzaron a fabricarse a principios del siglo XX?’ Se refería exactamente a coleccionar una pieza de cada modelo de Rolls-Royce diferente fabricado a lo largo del tiempo, con la premisa de que el coche portara originalmente un motor Rolls. Esto último es un detalle muy importante, ya que no quería saber nada de los intentos, baldíos por cierto, que firmas como BMW en 1998, y Volkswagen a posteriori, hicieron tras aventurarse a intentar reflotar la compañía anglosajona. Esa nueva hornada de Rolls-Royce ya no eran Rolls-Royce ‘puros’, y a Miguel de la Vïa eso no le motivaba.

Motor y mecánica de un Rolls-Royce antiguo

Motor y mecánica de un Rolls-Royce antiguo

Pero ahí no queda la cosa, ya que según la colección se va ampliando, hace falta un sitio donde guardar estas joyas, un txoko en consonancia, a la altura de la clase que la marca británica destila en cada kilómetro que recorre uno de sus coches. Es entonces cuando a Miguel de la Vía no se le ocurre otra cosa mejor que comprar los extensos terrenos sobre los que se asienta la Torre Loizaga, una casa-torre medieval del siglo XIII, ubicada en la  localidad de Galdames, y que la compró en un estado lamentable y ruinoso.

Jardines interiores del recinto visitable, exteriores de la Casa-Torre Loizaga

Jardines interiores del recinto visitable, exteriores de la Casa-Torre Loizaga

Sin embargo, este visionario empresario encartado, plantea una serie de trabajos de remodelación de la torre y de sus aledaños en 1985, unos trabajos que con el paso de los años, utilizando diferentes tipos de piedra de la zona y bien ayudado y aconsejado por amigos canteros suyos, devuelven a la Torre Loizaga a su máximo esplendor. La torre pasa a ocupar así un nuevo sitio honorífico en la cronología e historia de la comarca de Las Encartaciones, esta vez no como fuerte defensivo en las Guerras Banderizas, pero sí como vigía de una colección de coches antiguos y clásicos, reconocida como una de las mejores colecciones privadas del mundo.

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Olivos y la Casa-Torre Loizaga, hábilmente rehabilitada

Olivos y la Casa-Torre Loizaga, hábilmente rehabilitada

Con los trabajos de la torre, murallas y edificios anexos terminados, la adquisición de coches emblemáticos sigue su curso hasta completar la colección de 45 Rolls-Royce fabricados por la firma británica desde sus comienzos. Algunos comprados y encontrados en estado lamentable en un pajar (no es broma…), otros adquiridos a gentes de la más alta sociedad, nobleza y realeza, incluso a emires de países árabes. El caso es que Miguel de la Vïa consigue reunir esos 45 modelos de Rolls-Royce ‘puros’ que mima y pone a punto con sacrificio, devoción, desembolso económico y gran ayuda de amigos mecánicos entusiastas.

Actualmente, la CMV – Torre Loizaga, que obedece a las siglas de ‘Colección Miguel de la Vïa’ es una casa-museo que permite la entrada del público general en días festivos, previo abono de los 7 € que cuesta la entrada para adultos.

Placa en memoria de Miguel de la Vía, artífice de este imperio del motor

Placa en memoria de Miguel de la Vía, artífice de este imperio del motor

La entrada otorga al visitante acceso a un mundo automovilístico sacado de otro planeta, algo fuera de los circuitos comunes del mundo del motor. Los amantes de los automóviles, del mundo del motor en general, y en especial aquellos que se emocionan con los coches clásicos, deben visitar esta alucinante colección en Torre Loizaga,. Estamos seguros de que el ‘peregrinaje’ hasta este alto situado en un entorno natural envidiable de Galdames merece la pena, mucho, estamos en la meca de los Rolls-Royce.  No, no es ninguna bilbainada.

Rolls-Royce Phantom VI, un monstruo de la carretera

Rolls-Royce Phantom VI, un monstruo de la carretera

Rolls-Royce de diferentes épocas en Torre Loizaga

Rolls-Royce de diferentes épocas en Torre Loizaga

Admitimos que nos gustan los coches, con predilección por los coches deportivos, los potentes, aquellos de colores chillones cuyos motores rugen con fuerza. Sin embargo, admirar estas obras de arte de la floreciente industria de la automoción del siglo XX es una experiencia que te hace replantearte tus gustos automovilísticos, llegando tras la visita, a decantarte por preferir conducir cualquier Rolls de los expuestos a los modelos de Ferrari Lamborghini, Porsche o Cadillac que también se pueden ver. Es fuerte decirlo, pero estas pedazo de marcas son marcas que pasan a un altísimo y honorífico segundo plano.

Lamborghini Countach, también hay coches deportivos en la colección

Algunos coches deportivos más modernos también tiene cabida en la colección

Lo sentimos, mucho, por estas marcas, pero es que hay que ser muy bueno extraordinariamente excelente, para poder hacer sombra a un Rolls; las cosas, como son.

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Las parrillas delanteras de los Rolls-Royce llaman mucho la atención

Las parrillas delanteras de los Rolls-Royce llaman mucho la atención

Aunque es posible hacer la visita con audioguía o si vienes en grupo grande, con el acompañamiento de un guía, la visita normal se realiza por libre, y consta de un recorrido, señalizado, que va visitando los seis pabellones en los que se guardan semejantes perlas del motor. Son 75 vehículos en total, 45 Rolls-Royce y otros 30 coches de todo tipo, desde otros coches clásicos, deportivos, ¡hasta carruajes y un simpático camión de bomberos!

Carruajes de diferentes épocas, un medio de transporte singular

Carruajes de diferentes épocas, un medio de transporte singular

Camión de bomberos anglosajón

Camión de bomberos anglosajón

Conviene recorrer los pabellones en orden, estando el primer pabellón al lado de la entrada al recinto. Este primer pabellón ya impresiona al visitante, a quien se le hace muy difícil no entretenerse con la cámara de fotos, admirando todos y cada uno de los detalles de los cochazos clásicos que allí se exponen.

Hispano Suiza K 6, otra legendaria marca automovilística

Hispano Suiza K 6, otra legendaria marca automovilística

Isotta Fraschini, un señor coche

 Isotta Fraschini, un señor coche

Sin embargo, a pesar de intentos interesantes de marcas como Cadillac, Issota Fraschini e Hispano Suiza, hay que significar que la experiencia mejora pabellón a pabellón, ya que las verdaderas joyas están unos pabellones más adelante.

Cadillac, una marca que también tiene presencia en la colección

Cadillac, una marca que también tiene presencia en la colección

Los pabellones son meros contenedores de un contenido excepcional, es por ello que no son atractivos ni tienen detalles que mencionar, ni por fuera ni por dentro. Quizás falla algo la iluminación artificial de los pabellones, ya que los reflejos sobre las impolutas carrocerías de los coches son molestas para la fotografía. Pero como decimos, lo valioso y verdaderamente prodigioso es lo que encierran con celo las cuatro paredes rectangulares de cada una de estas naves.

Set de Rolls-Royce impecables

Set de Rolls-Royce impecables

Llega un momento en el que el visitante camina tan abrumado entre imponentes carrocerías, enormes ruedas e interiores de película de gangster, que no es capaz de diferenciar modelos de Rolls de diferentes épocas.

Rolls-Royce, la elegancia y personalidad de una marca anglosajona

Rolls-Royce, la elegancia y personalidad de una marca anglosajona

Incluso a pesar de su característico emblema y siglas con la ‘doble R’, otrora símbolo y orgullo nacional, cuesta diferenciar cuándo cambiamos de un Rolls a un no Rolls, ¡hay tantos! De todas formas, sin ser entendidos en la materia, nos aventuramos a mencionar especialmente los modelos Silver Ghost, y sobre todo, la saga de los Phantom. Entre los modelos de esta saga, destacar algunos que fueron fabricados expresamente para Franco, para emires árabes y para la Casa Real Británica, lujo y exclusividad al alcance de muy pocos.


Rolls-Royce Phantom IV, uno de los coches más míticos de la casa

Rolls-Royce Phantom IV, uno de los coches más míticos de la casa

Es una borrachera de lujo automovilístico que transportan al viajero a épocas pasadas, en las que tan pronto se inmortaliza conduciendo un ‘tanque’ de estos junto a un mafioso, transportando a la Reina Isabel II, o simplemente dejándose llevar por las reviradas carreteras de Enkarterri,  cual rey, sin discusión de por medio, del asfalto.

El clásico emblema de marca de Rolls-Royce

El clásico emblema de marca de Rolls-Royce

BMW no tuvo el éxito suficiente como para dar continuidad y poder reflotar una familia de coches de lujo de primer nivel, y es que tras presenciar este espectáculo, somos conscientes de que dar continuidad a la leyenda de Rolls-Royce no era tarea fácil, mucha responsabilidad.

Si Henry y Charles levantaran la cabeza, probablemente cambiarían, sin dudarlo, el marketiniano lema de ‘¿Te gusta conducir?’ por el de ‘¿Te gusta conducir…un Rolls-Royce?’. El motivo es claro: Si conduces un Rolls, no hace falta sacar y mover en círculos la mano por la ventanilla para sentirte libre y cool, es el aire y el asfalto quienes deben sentirse unos privilegiados al ser envueltos por el silencioso, armonioso y ceremonial paso de una leyenda automovilística llamada Rolls-Royce.

Colección de los Rolls-Royce más antiguos, en el último pabellón visitable

Colección de los Rolls-Royce más antiguos, en el último pabellón visitable

Información práctica:


  • Página web
  • Dirección: Barrio Concejuelo 48191 Galdames (Bizkaia)
  • Teléfono: (0034) 649 41 20 01
  • Reservas: Vía email en info@torredeloizaga.com
  • Precio entradas: 7 € adultos; Jubilados y niños de 12 a 18 años, 4€;  Niños menores de 12 años: gratis
  • Visita realizada en Marzo del 2014.
  • Hay dos carreteras de acceso hasta la casa-torre Loizaga. Hay indicaciones, pero el sitio está ‘perdido’ en la montaña, en un paraje y entorno natural envidiable.

SaludoX!

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