Restaurante Akebaso, gastroexperiencia de auténtico lujo en el valle de Atxondo

Comer en el valle de Atxondo es religión. Y es que aparte de las perlas naturales que esconde de por sí, encierra los secretos de varios templos de la gastronomía vasca, y de Bizkaia en especial. No voy a dar el nombre ni hablar de las excelencias de todos los restaurantes conocidos de este bucólico valle que escenifica lo mejor de la desconocida Euskadi de interior. Simplemente voy a hablar de uno de los restaurantes de Axpe que en los últimos tiempos se ha ganado mi simpatía y confianza gastronómica. Hablo del restaurante Akebaso, un sitio con el que inauguro, muy orgulloso e ilusionado, la sección de gastroexperiencias de este blog. Comamos y ¡disfrutemos de la vida!

Akebaso restaurante croquetas caseras txistorra
Croquetas caseras de txistorra en Restaurante Akebaso

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Nueva sección de ‘Gastroexperiencias’, el lado foodie de los viajes

Mis padres me cuentan que de pequeño era un comedor normal, ni de los que comen todo, ni de los que comen mal y desesperan a sus padres. Sí me cuentan en cambio, y yo también tengo recuerdo de ello, que en el comedor de la ikastola o colegio, comía mal, tirando a muy mal. Por mucho que las señoras del comedor que nos cuidaban y se encargaban de que comiéramos lo intentaban por activa y por pasiva, primeros platos como los garbanzos, las alubias, rojas y blancas, las vainas, la coliflor etc., y segundos platos de pescado, no eran santo de mi devoción. De hecho, alguna vez me recuerdan que al llegar a casa y preguntarme qué había comido, decía: “Tres garbanzos”. Sí, tres, hablo de unidades.

Ojo, este mal comer de la ikastola no significa que la comida estuviera mala (tampoco era excelente), pero sí es verdad que durante esa etapa de mi vida, la primera en la que empiezas a comer fuera de casa, fui bastante ‘especialito‘ con la comida, en fin, etapas de la vida. Quién lo iba a decir si nos atenemos a la siguiente foto, donde ya apuntaba maneras de foodie

Lonifasiko ya apuntaba maneras como foodie desde bien pequeño

Lonifasiko ya apuntaba maneras como foodie desde bien pequeño

Sí, de no comer nunca he estado, más bien lo contrario, porque este mal comer en el  colegio lo compensaba con mi gran apetito carnívoro, que saciaba en casa. En la ikastola, suplía muchas veces esa falta de ingesta alimentaria básica y necesaria con ingentes cantidades de pan, que comía durante la comida, y durante el partido de fútbol posterior a la comida; había límite en los trozos de pan asignados, pero los sacábamos escondidos en la chaqueta o en el pantalón, para que no nos pillasen. Porque claro, otra máxima era que había que comer rápido para coger sitio en el campo de fútbol principal y organizar un partido a muerte contra la clase de al lado, los enemigos, en lo futbolístico, y en todo.

Viéndome y conociéndome ahora, ¿quién diría que de pequeño comía tirando a mal eh? La verdad es que según me iba haciendo mayor, de una forma natural fui abriendo mi mente alimentaria, probando alimentos que me había dado repelús probar anteriormente y volviendo a catar aquellos de los que no guardaba buen recuerdo en mi etapa infantil; y poco a poco, a día de hoy puedo decir que como casi de todo, con contadas excepciones alimentarias que no trago ni con el mejor de los vinos, léase acelgas, borraja, coliflor, espárragos, alcachofas, salmón a la plancha, brócoli y alguno más que seguro que me olvido. Tampoco soy un gran fan del marisco, dicen que es un defecto, pero yo prefiero un buen plato de cocido maragato antes que unos percebes, soy así de simple, es lo que hay. Juro que he probado todos estos platos, en repetidas ocasiones, pero no puedo con estos alimentos, no me gustan, ni a secas, ni camuflados, ni con mil y un florituras de alta cocina alrededor. Ojo, no me gustan y evito comerlos, pero si no tuviera nada más que comer, está claro que…para adentro con todas las de la ley.

Es más, durante esa etapa en la que empiezo a comer de todo, tengo la suerte de viajar y conocer muchos lugares, con mis padres primero, con mi novia y ahora mujer más tarde; y es ahí donde mi tendencia a comer de todo alcanza su plenitud y empiezo a apreciar y a disfrutar realmente de la comida, tanto de la de casa, como de la de fuera, principalmente en restaurantes. Me considero un afortunado de poder salir a comer fuera en bastantes ocasiones, da igual que sea un plato combinado, un bocadillo, un hot-dog en un puesto de la calle, un menú del día, un menú degustación, o un menú de alta gastronomía en un restaurante de lujo con chiquicientas estrellas Michelín. Para mí, todos y cada uno de estos momentos y vivencias son experiencias gastronómicas, lo que me atrevo a denominar como ‘gastroexperiencias‘, declarándome a día de hoy, muchos ya lo sabéis, foodie confeso.

¿Por qué os he metido toda esta chapa sobre mis diferentes etapas y evolución gastronómica? Porque considero que en los viajes y escapadas que hacemos, seguimos teniendo la necesidad, y la gran suerte, de comer, lo que en muchos casos implica probar alimentos nuevos o cocinados de otra forma, comer en sitios nuevos, en situaciones diversas, etc. En realidad, considero que viajar va muy unido al mundo de la gastronomía, directa o indirectamente, y en nuestro caso, el comer y disfrutar de la gastronomía de una zona, región o país, es algo que va implícito en todos y cada uno de nuestros viajes y escapadas, como un ingrediente más, importante, en todo el puzzle que compone cada viaje. Es algo con lo que disfrutamos como foodies que somos, y realmente lo considero una forma de ahondar en una cultura y tradición, de aprender, y también de valorar la gran labor de la gente que trabaja entre fogones, que son unos auténticos artistas, desde la señora de 60 años que cocina las mejores alubias de la zona hasta el chef revelación del año elegido por la guía gastronómica de turno. Por todas estoas razones, y tras darle una serie de vueltas, he creído conveniente que este blog tenga un apartado denominado ‘Gastroexperiencias‘, donde contaré nuestras aventuras gastronómicas, principalmente experiencias vividas en restaurantes, pero sin descartar otros temas relacionados con la comida y los alimentos, porque también es posible viajar a través de la gastronomía.

Por cierto, con el anuncio de esta nueva sección, creo que la descripción del blog necesita también una pequeña coletilla de actualización, por lo que pasa a ser “Viajes, escapadas y gastroexperiencias por un tubo”, ¿qué os parece? Nada más, os espero en la sección de ‘Gastroexperiencias’, donde intentaré aportar la visión gastronómica que muchos de los viajes y escapadas que hacemos tienen, como siempre, aportando mi experiencia personal, y no pretendiendo ser un crítico de cocina y gastronomía, porque  entre otras cosas, no me considero un experto, soy un simple aprendiz de foodie, que no morrofino ;-), que disfruta un montón en torno a una buena mesa. Espero que guste, ¡a la mesa!

SaludoX!

Un día en la isla de Capri: descubriendo su glamour en clave lowcost

“Definición de Capri: dícese de la bella isla italiana, situada en el Golfo de Nápoles, de donde proviene la ensalada caprese, los pantalones ‘pirata’, hoy en día un destino vacacional de ensueño, relacionado con el lujo y el glamour de la jet-set que la visita”. No es una definición de la RAE, es una definición que me la acabo de sacar de la chistera yo mismo, pero que a buen seguro, es similar a la que ha recorrido vuestros pensamientos nada más leer la palabra ‘Capri’. ¿Correcto?

Capri suele ser parada habitual de muchos cruceros que navegan por el Mediterráneo y por el Mar Tirreno, que es realmente el nombre del mar que baña estas costas. También es destino vacacional de gente italiana pudiente, y de la jet-set internacional, pero sin duda, el grueso de visitas que recibe esta famosa isla italiana proviene en su mayoría de la típica excursión de un día a la isla de Capri que se puede realizar desde muchos puntos de la Costa Amalfitana. Ah, pero ¿se puede visitar Capri en un día? Yes of course!

Isla de Capri desde Positano fotos
Silueta caliza de la isla de Capri

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Pasai Donibane, paseo por la bocana del puerto de Pasajes

A los pies del monte Jaizkibel, un entramado de casas asentadas en la parte oriental de la bahía de Pasaia (Pasajes en castellano) conforman lo que se conoce como Pasai Donibane (Pasajes San Juan en castellano), visita imprescindible cerca de San Sebastián y uno de los cuatro barrios o distritos que se agrupan bajo el municipio de Pasaia.

Si bien los barrios de Trintxerpe y Pasai Antxo se asocian muchas veces con Donostia, al ser prácticamente una prolongación urbanística de la Bella Easo, Pasai Donibane y su vecina Pasai San Pedro (Pasajes San Pedro; eterna rival si hablamos de remo), son los dos núcleos de población que el turismo asocia con Pasaia.

Y quien dice Pasaia o Pasajes, dice ‘puerto de Pasajes‘. Hablamos del primer puerto de Gipuzkoa, segundo de Euskadi por detrás del súper puerto de Bilbao. Demos un tranquilo paseo por la bocana del puerto de Pasaia y decide tú mismo si merece la pena visitar Pasai Donibane.

Pasai Donibane fotos
A la derecha, Pasai Donibane; a la izquierda, Pasai San Pedro

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Tarjetas de embarque en el smartphone, genial avance ¿fuente de problemas?

[Disclaimer: Estás leyendo un artículo del año 2012, por lo que en todo este tiempo, es probable que la experiencia de obtener y utilizar la tarjeta de embarque móvil haya cambiado y mejorado bastante, subsanando muchos de los problemas que aquí se comentan. Así todo, te invitamos a leer nuestra mala experiencia.]

Suelo, y me gusta definirme, como early-adopter, un adjetivo tecnológico que delata, en pocas palabras, al tipo de persona que no puede estar sin probar un nuevo servicio, aplicación, web, red que haya salido recientemente y a la que se le entrevea cierta utilidad o interés. Lógicamente, esto tiene sus ventajas y desventajas, porque los primeros usuarios, los que abren camino, son los que experimentan con el producto/servicio, lo cual es motivador en sí mismo por disfrutar de esa primicia; sin embargo, son también los más propensos a sufrir errores, bugs y desafíos varios que hacen que la experiencia pueda resultar incluso frustrante.

En este caso, el servicio del que voy a hablar no es que sea la panacea de la innovación, ni por utilizarlo me considero un alumno aventajado, para nada; sin embargo, sí creo conveniente compartir aquí con vosotros las diversas experiencias que he tenido en mis recientes viajes de trabajo en avión, en los que he llevado, o intentado llevar, la tarjeta de embarque en el móvil, un acto que que poco a poco, ayudado por el boom del acceso a Internet a través del móvil, se está generalizando, como debe ser.

Si, llevar la tarjeta de embarque en el móvil es una práctica que suelo realizar con frecuencia. Por una parte, me ahorro la impresión en papel, y mi subconsciente cree contribuir a rapiñar menos oxígeno del cada vez más dañado pulmón del planeta, la Amazonia. Por otra parte, me es muy útil para ir con el tiempo algo más justo al aeropuerto, time is money, para evitar esperas innecesarias, siempre que viajes sólo con equipaje de mano claro. Porque ir de esta manera tan ligerita, con la tarjeta en tu móvil, te evita pasar por el mostrador de facturación, pudiendo acceder directamente al control de seguridad para dirigirte a las puertas de embarque. A priori todo parecen  ventajas, ¿no?

Pues bien, si bien he de admitir que he tenido en los últimos años más experiencias buenas que malas con esta práctica, hay varias cuestiones que a día de hoy me desconciertan, y cabrean, con el tema de llevar la tarjeta de embarque en el móvil:

  • Cada aerolínea tiene su propio método de envío de la tarjeta de embarque al móvil, no es un proceso 100% universal y uniforme. Tras hacer check-in online (paso previo necesario para obtener la tarjeta de embarque), casi todas las aerolíneas te dan la opción de descargarte las tarjetas de embarque en formato PDF, para que las puedas imprimir. Ok, está bien, siempre las descargo y las dejo a mano por si hay algún problema inesperado, pero decía que vamos a intentar evitar imprimir y talar más árboles, ¿no?

Tras guardar las tarjetas en formato PDF, es cuando los métodos particulares de cada aerolínea comienzan a hacer de las suyas. Casi todas te permiten la recepción de las tarjetas de embarque vía email, viniendo éstas como archivos adjuntos en formato de imagen, que en realidad son códigos QR; otras, te envían un raquítico SMS que incluye un link, al que deberás acceder para descargarte la imagen y código QR de la tarjeta de embarque; algunas proveen los dos métodos de forma gratuita, otras sólo uno. Sinceramente, prefiero la opción de que las tarjetas de embarque vengan como adjuntas por email, lo veo más limpio. Eso sí, sea cual sea el método, a los segundos de terminar el check-in online, descargo y guardo las imágenes en una ubicación fácilmente localizable en el smartphone, más que nada por si en el momento de enseñarlas en el aeropuerto, no dispongo de acceso a Internet, o estando en el extranjero, no quiero pagar unas tarifas abusivas por culpa de nuestro amigo el roaming.

  • Problemas de lectura de códigos QR en puertas de embarque. Normalmente en la cola del control de seguridad no suelo tener ningún problema; abro el código QR previamente descargado en mi smartphone, muestro el DNI a la persona que está controlando la cola, acerco el smartphone al lector y…¡luz verde, adelante señor! Hasta ahí, perfecto, pero el problema suele venir a posteriori, en los lectores situados en las puertas de embarque, instantes antes de subir al avión, cuando muchos lectores le dicen a mi smartphone que na-nai de la china, que no es posible leer el código mostrado en la pantalla.

Estos dos puntos confluyen, especialmente el problema con los lectores, en una viaje a Roma realizado hace poco por motivos profesionales, con una aerolínea a la ida, y con otra a la vuelta, con Iberia y Vueling para ser más exactos. A la ida, con Iberia, el problema fue que los lectores, ni en Bilbao ni en Madrid, fueron capaces de leer el código QR que tenía perfectamente abierto en la pantalla de mi smartphone. Ante esto, el personal situado en la puerta esboza el típico ‘sí, está estropeado, últimamente está fallando, a veces suele pasar…‘. Total, que al final el personal de la puerta de embarque se tiene que dejar la vista mirando y apuntando en un papel los diminutos numeritos que aparecen alrededor del código QR. Vuelta al trabajo manual de toda la vida, pero llego hasta Roma sin problemas, que es lo importante.

A la vuelta, tras hacer el check-in online con varios días de antelación al vuelo, Vueling me ofrece la posibilidad de descargar en formato PDF las tarjetas de embarque, que lo hago cómo método de backup, y también de recibir mediante SMS el link de acceso al código QR, nada de envío por email. No problem, recibo de forma instantánea el SMS.

Tarjeta de embarque de Vueling en el móvil vía SMS

Abro el link y veo un código QR, con cierta información básica como hora del vuelo,  destino, asiento, etc. a continuación, por lo que doy por sentado que está todo perfecto.

Tarjeta de embarque en formato código QR de Vueling

Tarjeta de embarque en mano móvil, me despreocupo ya hasta el día antes del vuelo,  que como uno es un poco segurola, se me ocurre volver a chequear el link del SMS. Es un vuelo Roma-Bilbao de dos trayectos, con escala en Barcelona, pero sólo tengo el código QR relativo al segundo trayecto, ¿y eso?

Tirando de redes sociales, en concreto de Twitter, envío un mensaje directo a @VuelingClients preguntando por esto, y a la mañana siguiente, el mismo día del vuelo, tras preguntarles de nuevo, esta vez públicamente, obtengo respuesta:

Conversación con Vueling vía Twitter

Tengo que decir que la atención al usuario a través de redes sociales por parte de Vueling es muy buena, pero sinceramente, el argumento no me convence, nada, por dos motivos: primero, que el aeropuerto principal de Roma no esté habilitado para obtener y leer  códigos QR es un tanto extraño; segundo, ¿cómo puedes enviar un SMS con la tarjeta de embarque al usuario, sin notificarle nada acerca de que sólo le envías la tarjeta de embarque de un trayecto, y no de los dos? ¿Qué hubiera pasado si no llego a chequear esto y me presento en el control de seguridad confiadísimo y con el tiempo justito? Considero esto una falta de información al usuario terrible, se tenía que notificar sí o sí, ya sea vía SMS, vía email, o simplemente en la propia web al hacer el check-in online, mostrando un mensaje por pantalla de tipo: “Estimado Sr. Pepito Pérez, por motivos (ajenos) a nuestra aerolínea, sólo le hemos podido enviar la tarjeta de embarque de un trayecto, por lo que deberá imprimir las tarjetas de embarque o acudir al mostrador de facturación“. ¡Qué menos! En serio, si no llego a ser segurola, me hubiese encontrado sin tarjeta de embarque, lo que hubiera significado un sprint de campeonato por toda la terminal de Fiumicino en busca del mostrador de facturación, menuda gracia.

¿Qué hice ante este panorama para evitar tener que pasar por el mostrador de facturación? Talar un árbol del bosque e imprimir las tarjetas de embarque descargadas previamente en PDF, vuelta a la edad de los Picapiedra.

Por tanto, ¿para qué tanto smartphone , acceso a Internet y adelanto tecnológico si luego los métodos no son uniformes, las cosas, léase lectores, no funcionan, y lo que es más grave y primitivo, no se informa debidamente al usuario, quien vive en la inopia y al que las prisas y este tipo de imprevistos pueden jugarle una mala pasada de última hora? Señores tecnológicos de las aerolíneas y aeropuertos, vamos a intentar cambiar este tipo de detalles tecnológicos en favor del usuario y en aras de proveerle una experiencia de vuelo y viaje lo más confortable posible, sin imprevistos de última hora. De hecho, no creo que sea muy difícil, es tan fácil como acordar y uniformizar el proceso de obtener la tarjeta de embarque en el móvil, disponer de aparatos lectores de códigos QR, que funcionen, en todos los aeropuertos y sobre todo, de informar al usuario de todos los detalles, si hace falta, incluso sobreinformar, porque con los vuelos y los aviones, no se juega.

¿Qué opináis sobre este tema, habéis sufrido vosotros también este tipo de pequeños percances tecnológicos que hacen que vuestra experiencia de vuelo no sea tan agradable, o al menos, no satisfactoria al 100%? Animaros a comentarlas por favor, a ver si poco a poco entre todos podemos cambiar este tipo de cosas y facilitamos la vida a los usuarios, y no sólo a los early-adopters, a todos.

SaludoX!

Ah! No olvides que también puedes seguir nuestras aventuras a través de nuestros perfiles en Twitter, Facebook, Google+, Instagram y Pinterest. ¿Mucho estrés? Sí, nosotros también confiamos en que no aparezcan más redes sociales ;-).